Las precipitaciones de las últimas semanas han elevado las reservas de agua en los embalses de buena parte de España, pero la sequía persistente sigue afectando a la mayor parte del territorio nacional. Las restricciones al consumo continúan siendo la norma en Cataluña y algunos municipios de Andalucía, mientras se buscan soluciones de urgencia, como barcos con agua o la instalación de desaladoras portátiles.
El principal motivo de las sequías tiene que ver con el clima, por supuesto, pero la gestión del agua y las pérdidas que se producen en distintas partes del suministro también son fatales. En un panorama global en el que, según la ONU, la demanda de agua superará a la oferta en un 40% en 2030, hacen falta soluciones tecnológicas urgentes. En eso lleva trabajando desde hace más de una década Mark Kovscek, el creador de H2know, un dispositivo que detecta fugas y ayuda a reducir el consumo de agua gracias a la ingeniería acústica.
Según los técnicos de Conservation Labs, "cada vez que lavas los platos, tiras de la cadena o utilizas el agua para cualquier otro fin, se crea una firma sonora única". Aprovechando esa circunstancia, H2know utiliza un micrófono y un sistema de aprendizaje automático para traducir los armónicos del flujo de agua en estimaciones precisas del caudal de agua, además de alertas de fugas y otros posibles problemas de la instalación.
Los inicios del proyecto
Los inicios de cualquier empresa a veces guardan historias curiosas. Es el caso de Conservation Labs y de su fundador y actual CEO, el estadounidense Mark Kovscek. Este matemático de formación, acostumbrado a usar la ciencia de datos para resolver complejos problemas empresariales, vio cómo la factura del agua de su casa subía 100 dólares al mes sin aparente explicación.
Tras múltiples pruebas de ensayo y error, descubrió que todo se debía a una fuga en el sistema de calefacción. Y al intentar encontrar una solución tecnológica para evitar que volviera a suceder, se encontró con que los dispositivos que había por entonces en el mercado costaban más de 1.000 dólares y exigían la participación de un fontanero especializado para su instalación.
"Sabía que tenía que haber una forma mejor. He estado trabajando en esto desde entonces", aseguraba Kovscek en un comunicado de prensa publicado en 2018. "Ha sido el reto más importante de mi carrera y estoy muy emocionado por el nivel de talento que se ha unido a nuestro equipo".
Así nacieron Conservation Labs y H2know, el dispositivo que ha ido mejorando gracias a pruebas de campo, tanto en viviendas colectivas como en comercios, desde octubre de 2017. En ello han contribuido la Universidad de Chatham en Pittsburgh y el Centro de Emprendimiento de CMU, encargados de proporcionar asistencia científica, en estrategia comercial y desarrollo de producto.
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El resultado es la primera generación de este dispositivo que "se instala donde entra la tubería principal en menos de 10 minutos", asegura Kovscek "No se necesita fontanero. No se necesitan herramientas especiales. Por unos 100 dólares, un H2know puede proteger y controlar toda una casa, restaurante, apartamento o propiedad similar. Una aplicación móvil y otra de escritorio proporcionan estimaciones del caudal de agua, alertas de fugas, información sobre el agua y recomendaciones de conservación".
Mejoras
Las constantes mejoras en el producto, que ya utilizan más de 150 empresas, han conseguido que el H2know ofrezca un control continuo del consumo de agua para identificar cualquier pérdida y optimizar el consumo de agua. En caso de una fuga catastrófica, el dispositivo envía una notificación por correo electrónico o SMS, gracias a su conectividad WiFi.
La app complementaria, disponible para iOS y Android y para ordenadores, permite clasificar los eventos de este tipo según su gravedad, duración y la cantidad de agua perdida, pero también avisa si el sensor se desconecta. Otra opción es integrar el H2know con dispositivos de terceros que pueden cortar el agua de forma remota.
Con el paso de los años, la empresa ha ido recibiendo cada vez más apoyos, tanto en forma de premios y reconocimientos públicos como de financiación, con una reciente ronda de inversión de 7,5 millones de dólares. Pese a los principales desafíos de la monitorización acústica, como son la variabilidad en el volumen del agua y el material de las tuberías, los ingenieros de Conservation Labs han seguido trabajando en la validación de sus algoritmos, para adaptarse a nuevos casos de uso y mejorar aún más la precisión.
Su idea es comercializar el producto para todo tipo de usuarios, pero el potencial de este aparato es especialmente interesante para la industria e incluso para integrarlo en las instalaciones públicas. Recientemente, la Corporación para el Desarrollo Económico de la Ciudad de Nueva York (NYCEDC) anunció la inclusión de Conservation Labs en la Brooklyn Army Terminal, donde se llevarán a cabo "proyectos piloto de innovación climática que permitan a las empresas probar y ampliar sus tecnologías en entornos reales".
En ese entorno, H2know se usará para "detectar ineficiencias y fugas para reducir el consumo de agua en al menos un 10-20%". Sin embargo, es algo con un impacto aún mayor, ya que menos agua también significa menos aguas residuales y, por tanto, menos consumo de energía. Según los cálculos de sus responsables, un edificio de tamaño medio "puede reducir su huella de carbono entre 30 y 50 toneladas anuales reduciendo su consumo de agua".
Máquinas industriales
Otra de las aplicaciones de esta tecnología acústica tiene que ver con la monitorización de máquinas industriales, además de la detección de problemas. "La plataforma de Conservation no sólo te dice si una máquina funciona mal, sino también el motivo de la avería (por ejemplo, si es la correa o el cojinete del motor, si la máquina está desequilibrada, etc.)", explica Kovscek en una entrevista con TechCrunch. "Todo esto se consigue con un único sensor que utiliza un micrófono de bajo coste".
Ahora, la compañía prepara el lanzamiento de una segunda generación de su sensor H2know, además de la expansión de su plataforma en la nube aprovechando las posibilidades que ofrece la IA para manejar grandes cantidades de datos.
Mientras tanto, se centra en dar servicio a restaurantes, hoteles y edificios de vivienda colectiva, que utilizan el dispositivo para protegerse de los daños causados por el agua y gestionar su consumo. Según su página web, está previsto que el H2know esté disponible para viviendas individuales a partir de 2025. Un sensor cuesta actualmente 129 dólares (unos 120 euros), mientras que la suscripción del servicio en la nube, al que se puede acceder 24/7 desde el ordenador o el móvil, cuesta 36 dólares al año por cada sensor.