El invento para que los carriles bici estén siempre limpios: un remolque que quita la suciedad a su paso
Una iniciativa ciudadana ha construido dos prototipos para ofrecer una manera asequible de retirar todo tipo de residuos de las vías ciclistas.
2 abril, 2024 02:46La movilidad urbana en España está en plena transformación, aunque no evoluciona al ritmo necesario como para que las bicicletas, tanto las convencionales como las eléctricas, sean las protagonistas del transporte en nuestras ciudades. Las diferencias con otros países y capitales europeas, que duplican los kilómetros de carril bici de Madrid o Barcelona, son demoledoras. Además, suelen ser carriles segregados del tráfico, lo que los hace más seguros, algo a lo que también contribuye la limpieza periódica que realizan los servicios municipales de ciudades como París, Ámsterdam o Helsinki.
Al otro lado del Atlántico, en EEUU, hay quien parece empeñado en promover el uso de la bici mejorando las condiciones en las que circulan los ciclistas urbanos. En los carriles construidos para el tráfico de bicicletas a menudo se acumulan residuos como gravilla, trozos de metal o cristales rotos, que pueden ser peligrosos y causar pinchazos. Para evitarlo, dos ingenieros han creado varios prototipos de un invento que han bautizado como Bike Lane Sweeper, una barredora eléctrica instalada en un remolque para bici que recoge o desplaza los desperdicios para que no supongan una traba para los ciclistas.
Estos dispositivos, que podrían sustituir los sistemas de limpieza que utilizan algunos ayuntamientos, son soluciones silenciosas, asequibles y fáciles de producir en serie, y ya se están probando en ciudades como Charlotte y Portland (EEUU) o Vancouver (Canadá). Detrás de ello están sus entusiastas creadores y varias asociaciones de ciclistas, que se han organizado para tener los carriles bici siempre limpios gracias a estos curiosos dispositivos.
Eliminar la suciedad
Pierre Lermant vive en Sunnyvale, California, y trabaja en PayPal como ingeniero de sistemas. Sin embargo, su gran pasión son las bicicletas y en los primeros compases de la pandemia se planteó dedicar su tiempo libre a crear Bike Lane Sweeper. "Aunque en la zona de la bahía tenemos suerte y muchas calles tienen carriles bici, tienden a acumular residuos que el tráfico principal de coches o camiones empuja hacia los lados, lo que los hace desagradables para circular y propensos a los pinchazos", explica en declaraciones recogidas por New Atlas.
Lermant, que también es ingeniero mecánico, empezó a pensar en la mejor manera de eliminar los residuos o al menos despejarlos para que no afectaran a la seguridad de los ciclistas. Sus primeros prototipos fueron "muy rudimentarios": básicamente, se basaban en una estructura de madera con un motor eléctrico accionado por cadena conectado a un cepillo barredor industrial.
Así empezó a probar los primeros prototipos por su cuenta, pero descubrió que no eran lo suficientemente completos como para que su uso se generalizara. Cuando su proyecto parecía haberse quedado a medio camino, otro ingeniero, en este caso canadiense, acudió en su ayuda.
Hablamos de Cedric Eveleigh, otro apasionado de las bicicletas, fundador de Lal Bikes y responsable de Super Drive, una pieza que protege a las bicis de montaña de cualquier impacto por grande que sea. Tras mudarse a Sunshine Coast, una región al norte de Vancouver, Eveleigh empezó a colaborar como voluntario con un grupo de ciclistas que se dedicaba a barrer con escobas los carriles bici de la zona para mantenerlos limpios y, de paso, protestar por la inacción municipal.
"Fue en estos eventos cuando empecé a pensar en la idea de una barredora de carriles bici, con un cepillo motorizado, tirado por una bicicleta", asegura Eveleigh. "Entonces busqué la idea en Google y descubrí a Pierre, que había construido barredoras de prueba. Me puse en contacto con él para ofrecerle ayuda con la ingeniería y la fabricación, y Pierre se mostró dispuesto a que trabajáramos juntos".
Dos prototipos
El encuentro entre ambos, primero a través de internet y posteriormente en persona, ha supuesto un importante avance para el proyecto Bike Line Sweeper. Juntos han diseñado y fabricado dos versiones distintas del dispositivo que, según ellos, están listas para su producción a gran escala.
Por un lado, hay una versión pensada para su uso en las zonas rurales y en los carriles a los lados de la calzada, que barre los residuos hacia la cuneta. La segunda, algo más elaborada y destinada a su uso urbano, cuenta con un depósito en el que se acumulan los residuos para poder tirarlos posteriormente en un contenedor de basura.
La construcción básica de ambos modelos es similar. La base es un bastidor de aluminio con paneles laterales de madera contrachapada cortadas con máquinas CNC (control numérico por computadora) y varias piezas impresas en 3D. De hacer girar el cepillo se encarga un motor eléctrico alimentado por una batería integrada en la barredora. Para encenderlo o apagarlo de forma inalámbrica, se instala un mando en el manillar de la bici gracias a unas bridas de plástico.
El remolque se puede enganchar a cualquier bicicleta, con tamaños de rueda trasera de 22 a 28 pulgadas, gracias a un enganche con conexión Burley estándar. Eso sí, los responsables del invento aconsejan utilizar bicicletas eléctricas, ya que son más eficaces en las subidas y requieren menos esfuerzo de pedaleo. Las barredoras miden aproximadamente 1 metro de ancho y caben en el maletero de un coche normal. Pueden ser levantadas por dos personas, aunque sus creadores no revelan su peso.
Según informan en su página web, el dispositivo tiene cada vez más adhesiones, tanto en Canadá como en EEUU. Ahora su objetivo es comercializar las barredoras y para ello estudian varios modelos de negocio, desde la venta a grupos de voluntarios sin ánimo de lucro a través de campañas de crowdfunding hasta la prestación de servicios a ayuntamientos.
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Según sus cálculos, los camiones que hacen un trabajo similar en algunas ciudades tienen precios de hasta 180.000 euros, mientras sus soluciones "cuestan órdenes de magnitud menos, lo que permite barrer muchos más carriles bici", indican en su página web.
"La suciedad a menudo obliga a los ciclistas a cruzarse con el tráfico de coches, provoca pinchazos o es simplemente desagradable", afirma Eveleigh. "Este proyecto de barredora de carriles bici nació del deseo de eliminar los escombros de los carriles bici para hacer el ciclismo seguro y agradable, consiguiendo que más gente la use a diario".