Estamos tan acostumbrados en España a que nos atienda una persona en un establecimiento que entrar a uno sin él es algo rarísimo. Este es un concepto ya explorado por firmas como Amazon con sus tiendas de autoservicio. Ahora, un empresario propone esta idea pero al extremo: restaurantes con camareros virtuales que atienden a los clientes.
En ciudades de Estados Unidos como Nueva York están comenzando a aparecer establecimientos de comida que reciben a sus clientes con asistentes virtuales conectados a través de Zoom. Dichos locales contratan a estos trabajadores en países tremendamente remotos desde los cuales se atiende a la clientela habitual mediante una pantalla.
Estos negocios no solo anticipan un futuro distópico para los trabajadores de hostelería, sino que propone un modelo increíblemente precario para estos. Y es que según recoge The New York Times, estos trabajadores estarían cobrando alrededor de 3 dólares la hora, en ciudades donde su salario mínimo es de 16 dólares.
Restaurantes con camareros virtuales
Hablamos del Sansan Chicken, un tipo de restaurante que se ha ido extendiendo por la ciudad de Nueva York, y que ha sido objeto de polémica en redes sociales. La idea de todo esto proviene de Chi Zang, fundador de la empresa Happy Cashier, que proporciona esta clase de asistentes virtuales. La idea del empresario de 38 años ha causado revuelo en las redes sociales.
Zang era propietario de un restaurante de comida shanghanesa en pleno centro de Brooklyn. La pandemia provocó que dicho establecimiento cerrara, llevando al dueño a una situación muy peliaguda. Debido a cuestiones como los altos precios de los alquileres y la inflación, Zang pensó en el clásico modelo virtual que ha determinado los peores momentos de la pandemia y el teletrabajo.
Todo esto ha llevado a los Sansan Chicken, restaurantes que cuentan en algunos de sus locales con hasta 12 asistentes virtuales. Todos estos camareros estarían ubicados en Filipinas, y todos son llamados desde una pantalla a través de Zoom cuando un cliente se les acerca. La labor de estos asistentes va desde saludar hasta invitar a los clientes a entrar, además de explicar la carta.
Las franquicias de Sansan Chicken, así como otros restaurantes ubicados en Nueva York, ya se han extendido por barriadas tan emblemáticas como Queens, Jersey City o Manhattan. Todos ellos están contratados por Happy Cashier, y según dicha empresa, los camareros cobran el doble de lo que se paga en puestos de esta índole en Filipinas. Las propinas, muy comunes en Estados Unidos, se pagan a un 30% del pago final.
Los camareros virtuales están en una diferencia horaria de hasta 12 horas respecto a Estados Unidos, poniendo de manifiesto la complicación laboral que esto supone para dichos trabajadores. Todos están conectados a través de Zoom en pantallas colocadas en la pared, y pueden ver a los clientes mediante webcams que enfocan a los invitados.
Esta clase de trabajo virtual en hostelería es extremadamente infrecuente, debido a la necesidad intrínseca que tienen estos trabajos de ejercerse de cara al público. Además, el New York Times recoge algunos problemas que este modelo presenta, ya que algunos clientes se quejaron de problemas a la hora de interactuar con estos trabajadores y encargar sus pedidos.
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Varios de estos restaurantes comparten cocina y local con otros establecimientos, lo que causa algunas situaciones muy incómodas. La reacción de los clientes ante este modelo suele bailar entre el escepticismo y la indiferencia. Mientras que algunos no quieren ser apuntados por una cámara, otros simplemente deciden ignorar a estos asistentes virtuales, llegando a pensar que son anuncios.
Lo más preocupante de todo es que el modelo de Zang es completamente legal en Estados Unidos, ya que las leyes de salario mínimo de cada estado solo se aplican a trabajadores presentes en su geografía. Es decir, que este es un modelo de subcontratación externo, que subcontrata a trabajadores por unos pocos dólares a miles de kilómetros de distancia.
Zang espera implantar a estos camareros virtuales en al menos 100 restaurantes, y defiende esta solución ante los problemas de arrendamiento presentes en estas ciudades y a problemas económicos derivados de la inflación. Si la idea del empresario se extiende, podríamos ver una auténtica transformación en el sector de la hostelería; una no precisamente buena.