La arquitectura innovadora es uno de los salvavidas a los que se está aferrando la humanidad para contrarrestar los fenómenos climáticos cada vez más extremos como las olas de calor o las fuertes tormentas. Además de aportar sostenibilidad y aislamiento con el uso de nuevos procesos y materiales, el diseño de los edificios y espacios públicos puede revitalizar un entorno y devolvérselo a sus habitantes.
Ejemplos de ello son el Jardín del Viento que se ha planteado para rebajar 4 grados la temperatura en Madrid o la nueva joya de la costa belga. Silt, en la localidad de Middelkerke, se ha convertido en el centro de la vida social de la ciudad costera y en su muralla defensiva contra la ira del Mar del Norte.
Este hito arquitectónico acoge un hotel, un casino, un restaurante y una imponente sala para eventos, pero su principal valor está en el diseño y las ventajas que aporta a sus vecinos. El proyecto se inició para restaurar el deteriorado paseo marítimo y reforzar el sistema defensivo de la playa frente a fuertes tormentas, dos objetivos que, aseguran, se han conseguido.
Fortaleza contra el clima
Los estudios de arquitectura ZJA y DELVA firman esta obra en cooperación con OZ Architect, encargados del diseño del casino y el hotel; y Bureau Bouwtechniek así como varios expertos regionales. Sus creadores han diseñado un espacio que recrea unas dunas artificiales para integrar el espacio natural de la playa con el entorno urbanístico.
La plaza Épernay, tan importante para la vida de la ciudad, se ha incrementado con el nuevo diseño, que esconde la zona de aparcamiento para ofrecer más espacio para los viandantes. De los 14.928 metros cuadrados que disponían antes, ahora pueden disfrutar de 26.327 metros cuadrados, ganados al parking y a la playa en un diseño en alto. En el aparcamiento subterráneo hay espacio para 354 coches.
Los arquitectos se propusieron diseñar un emplazamiento inspirado en la isla medieval de Testerep, una franja de tierra que históricamente se extendía a poca distancia de la costa belga y contaba de tres pueblos: Westeinde, Oosteinde y Middelkerke. El monótono y rectilíneo paseo ha dado paso a este diseño curvilíneo que se eleva sobre la línea de costa y une la costa con el bulevar.
Silt nace con la intención de revitalizar la vida pública de la ciudad, dándole una lavada de cara al paseo marítimo, pero esta iniciativa tuvo un detonante clave. Era necesario reforzar el dique de la costa. La ciudad necesitaba nuevas defensas contra el volátil Mar del Norte.
Así, esta construcción ejerce de malecón y puede resistir condiciones climáticas extremas, hasta una tormenta que solo ocurre cada mil años y que provoca olas que se elevan hasta los 2 metros por encima del nivel del mar, como señala NewAtlas. No es el único elemento que promete suavizar el brusco clima de la zona.
Hotel y casino
La estructura se compone de una base de concreto gruesa sobre la que se sostiene la sección principal en forma de roca. El edificio central se forma de concreto y vidrio envuelto por un enrejado de vigas de madera que le da un aspecto final similar al de una cesta de mimbre.
Este diseño exterior se eligió por su resistencia, pero también por las ventajas que aporta en el día a día del edificio. En verano este trenzado ofrece sombra y en invierno protege el interior de las bajas temperaturas y el viento. Se compone de 150 piezas de 3x3 metros ancladas a las terrazas del hotel mediante soportes de acero.
"La elección de madera, en particular madera contralaminada, en la carcasa abierta alrededor de la torre del hotel ahorra enormes cantidades de CO2, porque es un material renovable y circular", aseguran sus arquitectos. Para este esqueleto externo se han utilizado 3 kilómetros de vigas de madera. Por la noche la torre se ilumina para brillar de forma suave como un faro en la costa.
Este edificio es fruto de la colaboración entre Holanda y Bélgica en el Consorcio Nautilus. Su coste ha sido de 70 millones de euros y cuenta con 39.200 metros cuadrados en los que se ha creado un hotel, un casino, un restaurante y un salón para eventos reúnen buena parte de la vida social y lujosa de la región. Estos espacios equivalen a 8 campos de fútbol.
La sala de fiestas, por su parte, es un inmenso centro de 1.500 metros cuadrados con capacidad para 1.786 personas y con 8 metros de altura. Con vistas tanto a la playa como a la ciudad por dos inmensas cristaleras, el salón está destinado a exposiciones, presentaciones de empresa, desfiles de moda, fiestas, banquetes y un largo etcétera.
Jean-Marie Dedecker, alcalde de Middelkerke, afirmó durante la apertura del edificio para la televisión neerlandesa que "con Silt queremos superar las ambiciones locales. Esperamos que atraiga la atención de los turistas y apunte a unos ingresos de unos 3 millones de euros al año". En su inauguración, se reunió a 25.000 visitantes.