Así serán los aeropuertos del futuro: una torre de control remota, vallas invisibles para drones y pistas más seguras
Investigadores proponen sistemas para automatizar los aeródromos, que incluyen una solución para que los UAVs no paralicen el tráfico aéreo.
30 abril, 2024 03:01La forma en la que viajamos está cambiando en todo el mundo, España incluida. Más allá de la electrificación, que también está llegando a los aviones con motores integrados en el fuselaje, la industria aeroportuaria es una de las que lideran esta transformación, que busca una mayor eficiencia, seguridad y comodidad para los viajeros, además de mayor rentabilidad para los operadores. Por eso hay cada vez más vehículos autónomos que realizan tareas como la inspección de pistas, la gestión de equipajes o la limpieza de terminales.
A este cambio de paradigma se añaden proyectos de investigación como el liderado por la Mid Sweden University, en Östersund y Sundsvall (dos pequeñas ciudades del centro de Suecia). Tras tres años de trabajo, esta iniciativa ha dado lugar a desarrollos que plantean nuevas maneras de gestionar un aeropuerto, con soluciones seguras y económicamente viables. Los dos grandes avances hasta el momento se centran en mediciones autónomas de la superficie de las pistas y una mayor capacidad para controlar los drones en los aeródromos.
"Hemos contado con socios colaboradores muy sólidos que han aportado nuevos conocimientos y, además de los resultados obtenidos, también hemos identificado juntos varios nuevos retos de investigación", sostiene Benny Thörnberg, profesor asociado de la Mid Sweden University. Y la investigación sigue en marcha, mejorando y automatizando los distintos procesos del aeropuerto de Örnsköldsvik, el primero del mundo en tener una torre de control remota.
Estado de las pistas
Las pistas en las que a diario despegan y aterrizan miles de aviones necesitan un estudio continuo y detallado para conocer su condición y garantizar la seguridad, más aún en lugares como Örnsköldsvik, en el norte de Suecia, donde la nieve y el hielo son protagonistas durante la mayor parte del año.
Para controlar el estado del firme se utilizan diversas técnicas, desde las inspecciones visuales para detectar grietas o baches, pasando por la medición de fricción para determinar la adherencia de la superficie de la pista, hasta sistemas avanzados que usan láser y cámaras para obtener mediciones precisas.
Precisamente, la investigación de Thörnberg y sus compañeros de la Mid Sweden University apuesta por integrar esta última tecnología, desarrollada por Klimator, socio corporativo del proyecto, en un quad totalmente autónomo. Así, se consigue un sistema de medición muy preciso capaz de controlar en todo momento el estado de las pistas.
La medición óptica de la fricción desarrollada en el proyecto se lleva a cabo apuntando distintos sensores sobre la superficie de la pista con luz infrarroja, mientras se registran los datos de la luz reflejada. "La nueva tecnología puede medir en un área mayor, en lugar de en un solo punto de la pista", afirma Torbjörn Gustavsson, director de Investigación y Desarrollo de Klimator.
"El sistema también puede determinar si la superficie está seca o mojada, si hay nieve, aguanieve o hielo, que pueden ser muy difíciles de detectar por el ojo humano", añade. Además de estos datos fundamentales sobre la resistencia al deslizamiento de la superficie, "la tecnología proporciona un importante apoyo a la toma de decisiones del personal del aeropuerto".
Muros invisibles
La otra rama principal del proyecto tiene que ver con aumentar el alcance del sistema de seguridad DRIWS, siglas en inglés de "Sistema digital de aviso de incursión en pista". El objetivo es que los controladores aéreos situados en otros lugares puedan acceder a la información proporcionada por el sistema.
"Este sistema sirve de valla invisible alrededor de la pista, donde todos los vehículos conectados solicitan permiso para entrar, y se activa una alarma en caso de intrusión no autorizada. Esto permite a los controladores aéreos ver qué vehículos están en la pista incluso con niebla espesa y visibilidad extremadamente escasa", explica Erik Bäckman, responsable de la torre de control de tráfico aéreo por control remoto de Sundsvall.
El uso de los drones sigue creciendo de forma exponencial, y el proyecto de investigación pretende aportar nuevas herramientas para registrar su posicionamiento y eliminar posibles riesgos.
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Esta innovación es especialmente relevante en operaciones de rescate, para que los drones puedan despegar y aterrizar de manera segura en aeropuertos, sin interrumpir las operaciones o retrasar vuelos. Así, los servicios de emergencia pueden planificar eficazmente la operación, lo que supondrá un ahorro de tiempo que puede ser crucial para minimizar las posibles víctimas.
La investigación no se detiene aquí y pretende continuar explorando nuevas posibilidades, como la viabilidad de realizar mediciones láser de las pistas desde drones a mayores distancias, además de estudiar el impacto de las condiciones meteorológicas en estos métodos de medición. "También estamos iniciando un nuevo proyecto en el que investigaremos la tecnología de sensores para medir la cantidad de productos químicos en las pistas", concluye Thörnberg.
Torre de control remota
El aeropuerto de Örnsköldsvik se considera el pionero en el control aéreo remoto. Desde 2014, en este aeródromo de pequeñas dimensiones los despegues y aterrizajes de los aviones se controlan desde el Centro de Torre Remota (RTC) de Sundsvall, a unos 100 kilómetros de distancia.
Esta tecnología fue desarrollada por Saab, que mucho antes de adentrarse en la automoción se fundó como fabricante de aviones, principalmente para la industria de defensa. Por eso no sorprende que sean ellos los que están detrás de un sistema que incluye cámaras de alta definición 360º, sensores de vigilancia y meteorológicos, micrófonos y hasta cañones de señales luminosas.
Los datos de los sensores instalados en Örnsköldsvik se envían a la RTC para su visualización en tiempo real. Así disponen de todas las herramientas, además de una señal de vídeo en directo, para operar en el aeropuerto de forma similar a como lo harían en una torre de control de tráfico aéreo tradicional.
Es una solución para mantener abiertos aeropuertos con poco tráfico aéreo o para añadir servicios a aeropuertos que todavía carecen de torres. Además, permite mejorar la seguridad y reducir los costes, ya que los equipos necesarios no son excesivamente caros y se amortizan en poco tiempo. Se espera que, en un futuro, hasta los aeropuertos más grandes del mundo incorporen este conjunto de cámaras y sensores montados en un poste.