Adiós a los muebles de Ikea: estos están hechos de esponja y recuperan su forma con agua
Un equipo de diseñadores y estudiantes de diseño de Suiza desarrollan prototipos para optimizar la logística y el transporte del mobiliario.
2 mayo, 2024 01:17El diseño de mobiliario contemporáneos no es sólo cosa de Ikea y se puede entender como un cruce de caminos entre la ciencia de materiales, la investigación arquitectónica, la funcionalidad y el arte. Así lo demuestran conceptos como Kitchen for Life, cocinas modulares ideadas en España, o los paneles fabricados con residuos procedentes del cultivo de maíz para cubrir paredes y muebles.
El mejor escaparate para comprobar el estado de la cuestión a nivel global ha sido la Semana del Diseño de Milán 2024, celebrada a mediados de abril. Allí, en la cita internacional más importante del sector, se han podido ver todo tipo de propuestas, con 2.000 expositores y más de 300.000 visitantes. Una de las más llamativas ha sido sin duda la de la Universidad de Arte y Diseño de Lausana (ECAL), una serie de muebles y objetos fabricados con esponja de celulosa, un material bioderivado y biodegradable.
Esta colección, llamada Under Pressure Solutions (UPS), parte de una larga investigación de estudiantes y profesores de diseño industrial para minimizar el impacto medioambiental del sector y optimizar lo máximo posible el transporte de mobiliario. Y lo consiguen gracias a las propiedades del material, que se puede transportar comprimido en finas planchas pero que, tras humedecerse con agua, se expande para transformarse sin montaje mecánico en elementos funcionales como taburetes, mesas o escaleras capaces de soportar el peso de objetos y personas.
Origen de la idea
Durante la Feria del Mueble de Milán de 2018, estudiantes del Máster en Diseño de Productos de la ECAL propusieron una serie de objetos cotidianos, fabricados in situ por impresoras 3D en las propias instalaciones de la exposición Los asistentes podían comprarlos directamente sobre la marcha o de forma online, con lo que se podría relocalizar la producción y ahorrar ingentes cantidades de CO2 en el transporte de los productos, minimizando al máximo la logística. Sin embargo, hasta que mejoren las capacidades de la impresión 3D, son necesarias soluciones para reducir o compactar los muebles antes de montarlos.
La idea de optimizar el embalaje del mobiliario no es nueva, como señalan los propios responsables de la ECAL en la página web del proyecto. En una fecha tan lejana como 1859, el ebanista austriaco Michael Thonet ya pensó en ello, desarrollando una técnica de madera curvada para su célebre Silla nº 14, que podía fabricarse en serie por piezas, permitiendo almacenar hasta 36 sillas desmontadas en 1 metro cúbico.
Quien más avanzó en ese sentido fue el diseñador Gaetano Pesce con su icónico sillón UP5, también conocido como La Mamma o Big Mamma. En 1969, Pesce presentó este mueble que marcó un antes y un después gracias a la espuma de poliuretano con gas freón con la que estaba fabricado. Así, podía envasarse al vacío para ocupar una décima parte de su volumen y adquiría su forma definitiva en apenas unos minutos tras abrir el paquete en el que se transportaba.
Basándose en estas inspiraciones, los responsables de la ECAL decidieron investigar sobre los materiales compresibles y las posibilidades que ofrecían para simplificar la logística del sector. Así dieron con la esponja de celulosa y sus propiedades, que permiten a los muebles diseñados con este material expandirse y reconfigurarse una vez humedecido.
Distintas fases
Antes de llegar a esa conclusión, los diseñadores industriales Anniina Koivu, Christophe Guberan y Camille Blin plantearon a los alumnos del Máster en Diseño de Productos una investigación exhaustiva sobre materiales que pudieran comprimirse para ocupar menos espacio. Los 150 elementos identificados en esa fase inicial debían evaluarse en torno a tres criterios básicos: compresibilidad, organicidad y "sentabilidad", es decir, su capacidad para convertirse en un asiento lo suficientemente cómodo para un futuro usuario.
Para clasificar con detalle todos los materiales, los alumnos trazaron una cartografía en 3D para poder identificar fácilmente y de forma intuitiva los más propicios para lograr el resultado deseado. Poco a poco, fueron dejando atrás los menos apropiados, reduciendo la lista a 56 candidatos, algunos tan exóticos como la mermelada granulada, la espuma de látex y ricino o el nitinol, una aleación de níquel y titanio con memoria de forma.
Tras examinar sus propiedades y posibles usos siguieron descartando materiales hasta quedarse con 10, para elegir el más adecuado sobre el que trabajar en profundidad. El siguiente paso, en agosto de 2022, fue experimentar con cada uno de ellos hasta que sólo quedaron 3 para la realización de pruebas integrales y prototipos más avanzados: corcho, esponja de celulosa y enkair, un material elastómero termoplástico que ya se está utilizando para sustituir a la espuma en diversos mercados, como el de los colchones.
Tras diversos ensayos y la fabricación de los primeros prototipos, el equipo de investigación concluyó que el elemento más accesible y eficaz para lograr su objetivo eran las placas de esponja seca ensambladas. Este material de origen vegetal, que se expande hasta 10 veces su tamaño al contacto con el agua, está fabricado a partir de fibras de madera, por lo que es ecológico y altamente respetuoso con el medioambiente, tanto por su capacidad biodegradable como por un proceso de producción muy poco contaminante.
Una vez seleccionado, los diseñadores industriales Camille Blin, Christophe Guberan, Anthony Guex, Chris Kabel y Julie Richoz propusieron distintos diseños de asiento elaborados a partir de esponja de celulosa, con varias prioridades en mente: un proceso de producción eficiente, un diseño que facilitara la expansión y minimizara la cantidad de agua necesaria y, muy importante, acortar la fase de secado.
Así establecieron un prototipo final de taburete básico, el que mejor cumple con todos los requisitos, pero a lo largo del proceso surgieron todo tipo de ideas para distintos muebles y objetos decorativos, como se ha podido comprobar en su stand de la Feria de Milán. Allí se pudieron ver desde mesas de café hasta sillas, los que más probabilidades tienen de llegar alguna vez a producción, pero también cuencos, papeleras, estanterías y hasta lámparas de techo.