Con un simple paseo por alguna de las ciudades de España basta para localizar casas con paneles solares en sus tejados. Estas instalaciones eléctricas se encuentran tanto en el campo como en entorno urbanos y son una de las grandes fuentes de electricidad sostenible. Los hogares consiguen ahorrar en la factura de la luz, pero, además de la inversión inicial para instalarlas, los gastos de mantenimiento pueden ser altos si no se protegen contra las inclemencias naturales.
Expuestas día y noche a la intemperie, los paneles solares deben hacer frente a el frio en invierno, el calor en verano, la suciedad y los animales. Si los excrementos de las aves son un peligro para la carrocería de los coches, también lo son para el cuidado de estos paneles.
Limpiarlos cada ciertos periodos de tiempo puede ser un coste importante, económico y de agua, además de un engorro. De ahí que estén surgiendo soluciones para blindar estos sistemas solares de los animales o la suciedad que se acumula en su superficie y les impide funcionar al máximo rendimiento. Prosolar Birds es una respuesta a este problema creada en España y que asegura tener un impacto mínimo en la instalación.
Ahuyentando a los pájaros
Quienes tienen un huerto o sufren el azote de los pájaros en sus terrazas y azoteas saben lo complicado que es proteger las plantas de las aves. Este problema también lo tienen otros elementos que se han convertido en indispensables para muchas casas en España: los paneles solares.
En cultivos o edificios, la lucha contra las aves se libra de muchas maneras, se usan espantapájaros, pinchos, molinillos, hasta pequeños CDs cuyo brillo y oscilación al viento ahuyenta a los pájaros. Gran parte de estas soluciones han servido de inspiración para crear sistemas de protección de los paneles solares.
El sistema de Prosolar Birds funciona como un molino de viento, una leve brisa es suficiente para accionarlo. La fuerza del aire genera movimientos en las aspas que disuade a los pájaros de acercarse o posarse sobre la instalación solar y evita que depositen sus excrementos que son corrosivos, bloquean la recepción de luz solar y no se limpian con las lluvias.
Esta solución eólica se compone de un eje central con 2 varillas extensibles y 2 aletas autónomas. Las dos varillas telescópicas son extensibles desde 2,2 metros hasta 3,8 metros de diámetro. Así se puede cubrir desde dos paneles de 2x1m hasta ocho paneles de 2x1m.
En la parte inferior, se integran con los paneles fotovoltaicos gracias a un soporte universal, este se adapta a todos los tipos de placas. La empresa ha diseñado ese soporte para que la instalación se pueda realizar entre los paneles y de forma simple. No es necesario atornillar, pegar, ni taladrar los paneles. De esta forma, la garantía de la instalación se conserva.
Aunque una pequeña brisa es suficiente, si llega la época de las tormentas, también resiste vientos de hasta 180 km/h. Sus creadores aseguran que la sobra que pueden proyectar las aspas es tan pequeña que no interfiere con el funcionamiento y eficiencia de los paneles solares.
Otras soluciones
Esta propuesta española se suma a la larga lista de soluciones que se han creado en los últimos años para preservar la integridad de los paneles solares allá donde se instalen, desde el desierto, hasta la Luna. La NASA ha probado en el satélite de la Tierra este año una tecnología que evita que el polvo lunar o regolito deteriore sus sistemas como los paneles solares que dan energía a las sondas o rovers.
Donde otros proponen el uso de agua, la agencia espacial estadounidense ha creado la tecnología EDS, que utiliza electrodos transparentes y campos eléctricos para levantar y eliminar el polvo de diversas superficies. Esta técnica es similar a la desarrollada por el MIT para proteger y limpiar los paneles solares en la Tierra. Los ingenieros de Massachusetts crearon un sistema de repulsión electrostática para evitar usar agua o contacto con las placas.
En este segundo caso, la barra de metal que pasa cerca del panel, en realidad, es un electrodo que aporta carga eléctrica a las partículas. Una vez cargadas, se aplica también electricidad al panel para que las partículas reaccionen y salten por el aire tratando de alejarse de la superficie que antes ensuciaban. Es decir, convierten el panel fotovoltaico y la suciedad que lo cubre en imanes del mismo signo para que se repelan.
El objetivo no solo es evitar que el polvo cubra la placa, como ya se ha mencionado antes, los animales pueden ser un peligro tanto para los paneles fotovoltaicos como para ellos mismos pudiéndose quedarse atascados en la instalación. Se ha propuesto la utilización de sonidos para ahuyentar a los pájaros. Pero estos sonidos son también audibles para los humanos, por lo que esta solución no sería compatible con entornos domésticos.
Por supuesto no falta los espantapájaros o replicas de aves rapaces para asustar a palomas, gorriones y demás especies como se utiliza desde hace siglos en cultivos. Además, los pinchos que se han instalado en cornisas o fachadas de las ciudades, no solo son ineficaces, sino que son perjudiciales para los animales.
En su lugar, además de propuestas como la de ProsolarBirds, existen mallas de plástico, también descritos como peines, que impiden que animales como los roedores se cuelen por debajo de tus paneles solares y queden atascados.