La automatización va llegando poco a poco al sector de la construcción. Los robots, tan habituales ya en las fábricas de coches, incluso en su versión humanoide, auguran un gran cambio en el sector, con máquinas capaces de colocar 500 ladrillos por hora para construir una casa al día o de levantar muros de más de 6 metros sin ayuda humana. Pero no parece suficiente, sobre todo teniendo en cuenta advertencias como la del Banco de España, que ha alertado de un déficit de más de medio millón de viviendas para 2025 debido a la escasez de suelo.
Y es que, además de sufrir una escasez de mano de obra estructural, es el sector menos digitalizado y el más contaminante. Según recoge un informe de Naciones Unidas, la industria de la construcción es responsable del 37% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, algo insostenible en plena lucha contra el cambio climático. Por eso son necesarias soluciones como las que propone Automated Architecture (AUAR), una startup británica que "está construyendo un ecosistema mundial de microfábricas automatizadas para ofrecer una arquitectura sostenible, asequible y hermosa a millones de personas".
Integrada por expertos con experiencia en arquitectura, construcción, robótica e ingeniería de software, AUAR propone redefinir la manera en la que se diseñan, construyen y comercializan las viviendas. El resultado son edificios de hasta 6 pisos con la madera como material protagonista y un control exhaustivo y rápido sobre todas las fases del proceso, lo que permite abaratar tanto la fabricación como el producto final para los usuarios.
Fábricas robotizadas
La idea detrás de lo que propone AUAR es acercar la arquitectura y la construcción al modo en que funcionan las cadenas de montaje altamente automatizadas. Y es una solución que parece haber seducido a distintos sectores, desde inversores como Morgan Stanley y sociedades de capital riesgo hasta constructoras como Vandenbussche NV en Bélgica o Rival Holdings en EEUU. Ambas han anunciado recientemente sus respectivos acuerdos para implementar una red de microfábricas y ofrecer viviendas de madera sostenibles a sus clientes.
Lo que AUAR lleva años desarrollando es un sistema de construcción que consiste en fabricar piezas de madera, como suelos, paredes, tejados y techos, que encajan fácilmente. Unos brazos robóticos de ABB Robotics, diseñados inicialmente para la industria automovilística, son los encargados de cortar y ensamblar los materiales, ya sea en la propia microfábrica o directamente en el lugar de construcción, como si fueran piezas de Lego.
Para adaptar estos robots a sus nuevas tareas, la startup británica ha desarrollado un hardware específico, en concreto una pinza o mano robótica que se adapta a los brazos de ABB, diseñada para poder interactuar con cada una de las piezas y operar en distintas estaciones de trabajo.
"El hogar medio tiene unas 7.000 piezas, cada una con una cadena de suministro diferente", asegura Mollie Claypool, cofundadora y CEO de AUAR en un comunicado de prensa. "Nosotros tenemos un material primario, y solo unas pocas cadenas de suministro", lo que permite acelerar el proceso y abaratar considerablemente el resultado.
"Hay una necesidad urgente de viviendas asequibles de bajo consumo energético, pero la construcción de viviendas de madera sostenibles y de alta calidad es difícil de escalar, y AUAR pretende cambiar eso", explica Claypool.
"Los robots y la IA nos permiten ofrecer viviendas de alta calidad a costes significativamente más bajos, aumentando los márgenes y la productividad al tiempo que se reduce el coste para los usuarios finales. Utilizando nuestra solución, las empresas de construcción pueden alcanzar sus objetivos de sostenibilidad a un coste con el que se sientan cómodas".
Antes de la fase de fabricación y ensamblaje, es necesario optimizar también el proceso de diseño. Para ello, AUAR ha creado un software con IA que pueden utilizar los arquitectos para generar infinitas variaciones de diseño, adaptadas a cada ubicación final, lo que permitiría en última instancia agilizar la construcción.
Lo habitual es que un arquitecto haga los planos y luego el contratista elabore el presupuesto, tras unas negociaciones que pueden alargarse durante varios meses, retrasando todo el proceso. "Nosotros lo automatizamos", asegura Claypool en Sifted. "Por adelantado, los arquitectos pueden conocer las decisiones de diseño y los contratistas obtienen una lista automatizada de materiales, costes y plazos de producción".
Modelo de negocio
El modelo de negocio de AUAR no es la venta de casas ya terminadas directamente a sus futuros propietarios, sino que se basa en asociarse con constructores y contratistas mediante la concesión de licencias de su tecnología de microfábricas. Así, ofrece por unos 300.000 dólares (unos 280.000 euros) todo lo necesario para empezar a fabricar viviendas de madera de bajo consumo energético, un sistema escalable y muy atractivo dada su alta rentabilidad.
Como los robots pueden trabajar las 24 horas del día y son hasta 5 veces más rápidos que los humanos, los técnicos de AUAR calculan que su sistema es capaz de reducir un 30% los costes de mano de obra (ya que siguen siendo necesarios algunos operadores), y un 80% los gastos que implican la cadena de suministro, el transporte y la logística.
Cada una de estas microfábricas implicaría una oportunidad de creación de ingresos de, aproximadamente, 1,2 millones de euros al año para los constructores y contribuiría directamente a la adopción generalizada de la robótica en el sector de la construcción.
Es un paso que ya han dado dos empresas en EEUU y Bélgica, que AUAR busca ampliar hasta 40 socios licenciatarios antes de 2030, tanto en Norteamérica como en Europa. Según la empresa británica, España también figura entre los primeros países que podrían adoptar esta tecnología, junto con Canadá, Suecia, Portugal, Francia y Países Bajos.
De conseguir su objetivo, todas estas minifábricas podrían producir más de 75.000 viviendas al año, aunque para lograrlo, AUAR necesitará más financiación y escalar muy rápidamente su capacidad de producción.