Los hackeos a empresas de todo el mundo están a la orden del día, tanto en España como en el resto del mundo. Organizaciones, entidades gubernamentales y compañías han sido afectadas por este mal, en algunos casos dejando consecuencias catastróficas. Uno de los últimos casos da buena cuenta de ello: una casa de subasta que sufrió un ciberataque justo cuando esperaba vender lotes de casi 780 millones de euros.
Hablamos de Christie's, una de las casas de subastas más antiguas y prestigiosas de los círculos de compra-venta de artículos de lujo. Ha sido la encargada de algunas de las subastas más caras e importantes de la historia, y cuenta con un importante legado desde su fundación en 1.766. Justo cuando iba a vender lotes por valor de 840 millones de dólares, su web de venta quedó inoperativa por un hackeo.
Tal y como informó el pasado fin de semana el The New York Times, el ataque cibernético se produjo justo en una de las semanas más críticas para Christie's debido al ingente valor de los lotes vendidos. Además, lo hizo poco después de que la empresa de subastas volcara sus esfuerzos en su página web, lo que da a entender que este ataque fue perpetrado a sabiendas de esta situación.
Un hackeo a una casa de subastas
Todo comienza el pasado viernes 10 de mayo. Apenas unos días antes de vender sus importantes lotes, Christie's notificó a sus usuarios de que estaban sufriendo lo que definieron como un "problema de seguridad tecnológica". Esto tuvo una consecuencia catastrófica: la web de Christie's dejó de estar disponible.
Esto fue reportado por los coleccionistas y usuarios relacionados con Christie's el pasado jueves por la noche. Esto obligó a la casa de subastas a redirigir a sus usuarios a otra web, que enlazaba a una disculpa pública. Edward Lewine, portavoz de la firma, explicó que este problema había tenido como objetivo algunos de los sistemas de la propia compañía, y que estaban trabajando para solucionarlo.
Los lotes, como decimos, eran bastante importantes. Por ejemplo, Christie's incluyó en sus galerías físicas de Manhattan una serigrafía gigante de Andy Warhol del año 1964, valorada en 30 millones de dólares. Le acompaña una colección de la coleccionista Rosa de la Cruz, también valorada en 30 millones, con artículos que pueden ir desde los 50.000 dólares hasta los tres millones de dólares.
El asesor de arte Todd Levin explicó a TNYT que el ciberataque se realizó en uno de los peores momentos posibles: las rebajas de primavera. En este caso, los compradores más importantes están decidiendo qué comprar, y estableciendo sus intereses en obras de arte de altísimo valor. El ataque negó a estos compradores la posibilidad de que pudieran acceder al catálogo, impidiendo su potencial compra.
No es para menos; Christie's ha asegurado que las subastas de primavera suponen casi la mitad de los ingresos anuales de la propia compañía. El pasado 12 de mayo la casa de subastas dejó claro que las ventas físicas y telefónicas se mantendrían intactas, y que se llevarían a cabo sin problemas. La web temporal que la empresa usó para paliar el problema permitía explorar los catálogos de artículos, pero no permitía ni realizar ofertas ni registrarse en la plataforma.
No ha trascendido ni la autoría de dicho ataque ni la procedencia del atacante (o atacantes). Tampoco se sabe exactamente la profundidad del ciberataque, y hasta qué punto ha afectado a los propios sistemas de Christie's. La firma ni siquiera ha explicado la naturaleza del propio ataque, o si se han visto comprometidos los datos privados de los clientes.
La situación entre bambalinas era de absoluto pánico, ante la posibilidad de que esta caída provocase pérdidas millonarias. Solo se vio afectada una sola subasta que involucraba a una colección de relojes de lujo, lo que obligó a Christie's a realizar las ventas de forma presencial, aunque también admitieron subastas telefónicas. En el transcurso de esta semana, la web de Christie's ha vuelto a estar operativa.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que Christie's sufre un ataque así. En agosto del año pasado, una empresa alemana dejó claro que la casa de subastas sufrió una filtración bastante importante, que reveló la ubicación de algunas de las obras de arte más caras de los coleccionistas de más renombre de la empresa.