Si los jetpacks o mochilas propulsoras son ya una realidad que se usan para volar en carreras como Ironman, la siguiente frontera es el agua. La Armada de EEUU está probando un nuevo traje para que sus submarinistas no tengan problemas con la descompresión. Pero este traje puede ser demasiado aparatoso para los aficionados al submarinismo que quieran llegar más lejos y cansarse menos en sus exploraciones marinas, una actividad muy popular en las costas de España. 

Quienes quieran ver con más facilidad corales y otras bellezas de la profundidad del mar ahora tienen el Jetdive Pro, un cinturón sujeto a dos propulsores que permite nadar más rápido con menos esfuerzo. Con él se puede alcanzar 30 metros de profundidad y una velocidad máxima de nado de 2,5 metros/segundo.

Este invento corresponde a la empresa ZTDIVE que lo ha presentado a través de la web Kickstarter para conseguir financiación antes de lanzarlo al mercado. Su precio en esta fase de preventa empieza en los 651 euros, lo que supone un 41% de descuento con respecto al coste que tendrá cuando se anuncie oficialmente. Quedan ya pocas unidades disponibles, pues la campaña de financiación finaliza en 20 días. Se espera que las primeras entregas se realicen en el mes de junio a cualquier parte del mundo.

Jetdive Pro ZTDIVE

Adentrarse en las profundidades marinas no solo supone un esfuerzo físico por llevar botellas de oxígeno, también requiere que la persona aletee con fuerza para recorrer ese fondo lleno de misterio. Un pequeño impulso en la cadera puede facilitar que personas con menos forma física disfruten de esta actividad, como el uso de bicicletas eléctricas para ciclistas menos entrenados.

El Jetdive Pro utiliza la energía cinética del flujo de agua durante el movimiento a través de los dos propulsores, reduciendo la resistencia. Las aspas y el motor están protegidos para que no haya accidentes al mover las manos libremente cuando se nada o frente a otros elementos marinos.

Jetdive Pro, propulsores para submarinistas ZTDIVE Omicrono

El cinturón pesa 6,5 kilogramos fuera del agua. Cuenta con una batería de 4.600 mAh, lo que ofrece una autonomía de una hora, según sus creadores. Tarda en volver a cargarse una hora y media y está herméticamente protegida del agua. Sus motores tienen una potencia de 5.000rpm y cada uno ofrece 8 kgf de empuje, con un total de hasta 16 kgf.

El cinturón ajustable a la cadera integra dos propulsores, uno a cada lado, como unas cartucheras, para nivelar el cuerpo ante el impulso. Lo primero que hay que hacer es elegir uno como unidad principal. Apretando el botón durante 3 segundos se enciende esta unidad. Se repite el mismo proceso con la segunda unidad y ambas se sincronizan.

Ese único botón sigue también para regular en tres niveles de intensidad la fuerza con la que ayudan al nadador: entre 0,8; 1,8; y 2,5m/s. Así la configuración del dispositivo es rápida y sencilla ante cualquier emergencia si se quiere subir rápido a la superficie o simplemente nadar relajadamente por el fondo.