En 2023, 6.618 personas murieron en su intento por llegar a las costas de España, 18 cada día, según un informe del colectivo Caminando Fronteras, lo que supone el año más funesto desde que se tienen registros. Son unas cifras estremecedoras, sobre todo provocadas por la peligrosa ruta atlántica, pero si se amplían a todo el Mediterráneo se acercan a las 30.000 víctimas en la última década, entre muertos y desaparecidos. Una situación crítica que parece agravarse año tras año sin que exista ninguna solución aparente en el horizonte de carácter verdaderamente humanitario.
Mientras 15 estados europeos proponen medidas como crear centros fuera de la UE para los migrantes rescatados en el mar, otros apuestan por una solución que tendría múltiples ventajas asociadas, además de su función fundamental, que no sería otra que salvar vidas: permitiría generar energía limpia y se encargaría de proteger la biodiversidad. Es una ambiciosa propuesta de Studio nab, un estudio creativo francés que plantea la construcción de la Alianza Mediterránea de Salvamento (MAR, por sus siglas en inglés), una red de plataformas polivalentes situadas estratégicamente para cubrir las distintas rutas migratorias de toda la cuenca mediterránea.
Estas construcciones, con capacidad para 150 personas, serían autosuficientes a nivel energético, gracias a grandes superficies de paneles solares pero también a generadores basados en energía hidráulica y undimotriz, soluciones actualmente en desarrollo que incluso podrían abastecer a las ciudades costeras más cercanas a ellas. Por su parte, las instaladas mar adentro servirían como bases de investigación científica y oceanográfica, además de restaurar y proteger los sobreexplotados caladeros de peces.
Plataformas en red
El diseñador francés Nicolas Abdelkader siempre busca imágenes impactantes para sacudir conciencias, haciendo evidentes las incongruencias e injusticias del mundo contemporáneo. Él es la cabeza visible del Studio nab, equipo multidisciplinar especializado en diseño medioambiental, arquitectura y agricultura urbana, que en los últimos años ha presentado proyectos tan impactantes como la conversión del muro propuesto por Donald Trump para la frontera entre EEUU y México en viviendas ecológicas.
En este caso, para hacer frente a la crisis humanitaria crónica del Mediterráneo, Abdelkader y su equipo proponen unas plataformas circulares con varias terrazas o cubiertas colocadas estratégicamente para complementar los esfuerzos de embarcaciones como las de la ONG española Open Arms. Así, cada una cubriría un área de 70 km de diámetro, lo que permitiría a los equipos de rescate ser mucho más ágiles a la hora de ayudar y poner a salvo a los ocupantes de las pateras, que a menudo pasan semanas o meses surcando esas mismas aguas en precarias condiciones.
La versatilidad de las plataformas es el gran objetivo de Studio nab, al menos en esta fase inicial de investigación. La idea además es que haya varios tipos distintos según sus usos. El diseño de las más cercanas a la costa, que en el caso de España abarcaría desde el estrecho de Gibraltar hasta el cabo de Creus, en Girona, además de las islas Baleares, tendría en cuenta su potencial para generar y almacenar energía renovable.
En la exposición del proyecto en su página web, el equipo de Abdelkader señala que los pilares de estas plataformas "transforman la energía hidráulica en energía mecánica, que luego un alternador convierte en energía eléctrica. Dependiendo de la intensidad de las corrientes oceánicas en las zonas donde se ubican, estas plataformas multifuncionales de reserva y generación de energía se sitúan en aguas territoriales, para abastecer en última instancia a las ciudades e infraestructuras costeras existentes".
A falta de más detalles técnicos, la explicación recuerda al funcionamiento de los prototipos de sistemas mareomotrices y undimotrices (generan energía a partir de las mareas y las olas del mar) que ya se están probando en aguas españolas. Entre ellos destacan CETO, que es el único que opera totalmente sumergido y estará operativo a partir de 2025 en la costa de Vizcaya, o la planta de Eco Wave Power en Port Adriano, el puerto deportivo de Palma de Mallorca.
Regenerar el Mediterráneo
Por su parte, las plataformas situadas mar adentro cumplirán otra importante función además de servir como refugio seguro para las personas que cada día arriesgan su vida intentando llegar a Europa. En este caso, su labor estaría relacionada con la repoblación de peces para regenerar los caladeros del Mediterráneo, en grave peligro tras décadas de sobreexplotación.
Esta idea también recuerda a la iniciativa AquaWind, de la empresa malagueña EnerOcean, que se está probando en aguas de las islas Canarias. Este proyecto propone aprovechar la estructura inferior de la plataforma del aerogenerador W2Power para incluir una jaula de diseño a medida, monitorizada a través de distintos sistemas de digitalización y con una gran diversidad de especies. El objetivo es demostrar la optimización del espacio marino y la compatibilidad de ambos sistemas, para constatar a través de datos su sostenibilidad económica, medioambiental y social.
En el caso de MAR, además de los viveros 'colgados' de la plataforma circular, estas instalaciones dispondrían de equipamiento científico para que los biólogos marinos puedan hacer "previsión, inventario y seguimiento de la biodiversidad". Tampoco se dan más detalles del sistema de amarre, pero según sus responsables estaría diseñado para minimizar el impacto ambiental en el lecho marino.
En su faceta principal, la de avistar náufragos y embarcaciones en peligro, Studio nab plantea que los equipos médicos a bordo de las plataformas puedan "hacerse cargo del estado de salud de los supervivientes desde el momento de su rescate hasta su desembarco en tierra". Su tamaño les permitiría albergar hasta 150 literas, además de sala de comedor, duchas, almacenes para equipos y víveres, una sala de mando e investigación y zonas exteriores para guarecerse del sol y descansar.