El hidrógeno es la revolución pendiente, pero su implantación puede estar mucho más cerca de lo que se creía. Mientras todas las miradas en España están puestas en los vehículos eléctricos que siguen ganando terreno por tierra, mar y aire, la tecnología parece preparada para el siguiente gran salto, la apuesta por un combustible ligero, almacenable y que no genera emisiones contaminantes. Los primeros coches y trenes con hidrógeno ya están operativos, nuevos modelos de avión lo incorporan para descontaminar el transporte aéreo y ahora le toca el turno a todo tipo de embarcaciones, incluidos los superyates.
Así lo demuestra el majestuoso Project 821, una lujosa embarcación de más de 118 metros de eslora que a principios de este mes ha abandonado el dique seco del astillero Royal Van Lent de Ámsterdam (Países Bajos). Tras cinco años de trabajo conjunto entre el estudio de diseño RWD, el fabricante naval Feadship y la casa de alquiler y compraventa de yates Edmiston, el primer superyate con pila de hidrógeno del mundo es la demostración de que la tecnología está madura y puede empezar a contribuir a descarbonizar la industria náutica.
Esta deslumbrante embarcación invita a utilizar superlativos. Y Jamie Edmiston, consejero delegado de la firma que lo comercializará, no escatima en ellos. "El objetivo era construir el yate más ecológico y avanzado, sin concesiones. Era un reto enorme, pero el equipo lo ha asumido y cumplido. El yate que vemos hoy, diseñado por RWD y construido por Feadship, es sin duda el mejor yate jamás construido", afirma en un comunicado de prensa.
Tecnología ecológica
"¿Hasta dónde podemos llevar la tecnología ecológica en los superyates?", se plantearon los responsables del flamante Project 821. Y la principal respuesta estaba en el hidrógeno, el elemento químico más abundante del planeta, ya que representa el 75% de la materia. Se encuentra en el agua, el carbono y otros muchos elementos y materiales y lo único que produce es electricidad y vapor de agua. Sin embargo, sigue siendo un combustible que plantea numerosos retos tecnológicos, empezando por cómo almacenarlo bajo la cubierta de un yate en estado líquido y a una temperatura de -253 ºC.
Para ello, el equipo de I+D del astillero neerlandés lleva años trabajando en desarrollar un tanque de almacenamiento criogénico de doble pared. Aunque el hidrógeno es mucho más ligero que el gasóleo no fósil (70 kg por metro cúbico frente a 800), sus necesidades de aislamiento y preservación de la temperatura implican dedicar entre 8 y 10 veces más espacio para poder almacenarlo. "Ahora hemos demostrado que el almacenamiento criogénico de hidrógeno licuado en el interior de un superyate es una solución viable", afirma Jan-Bart Verkuyl, CEO de Feadship.
Este tanque específico en el Project 821 puede contener hasta 92 m3 de hidrógeno líquido, equivalente a unas 4 toneladas. Sumado a las 16 pilas de combustible, el cuadro de conexiones a la red eléctrica de corriente continua y las chimeneas de ventilación para el vapor de agua implican cuatro metros de eslora adicional, para un total de casi 119 metros por 19 de manga.
Los ingenieros de Feadship también tuvieron en cuenta las limitaciones del hidrógeno, ya que ni siquiera con ese almacenamiento puede alimentar por completo una travesía en mar abierto a una velocidad de crucero razonable. Por eso las pilas de hidrógeno desarrolladas específicamente para esta embarcación también pueden alimentarse con metanol, mucho más fácil de almacenar en condiciones ambientales.
Así, el hidrógeno se usará para propulsar el barco a la hora de realizar travesías cortas a menos de 10 nudos (11 mph, 18 km/h), como entrar y salir de puerto o al pasar por zonas marinas especialmente protegidas. El resto de su capacidad energética se aprovechará para dar servicio a la carga hotelera del yate, es decir, para cubrir hasta el 78% del consumo anual de este tipo de embarcaciones, como la iluminación, la calefacción o el aire acondicionado. También puede cubrir el funcionamiento silencioso y sin emisiones del barco cuando está fondeado durante más de una semana.
De la propulsión se encargan los accionamientos ABB de 3.200 kW que, cuando no hay hidrógeno puro disponible o en travesías más largas, se alimenta gracias a generadores de combustión interna que consumen HVO, un biocombustible que reduce hasta un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero. La compatibilidad de esta tecnología fue probada con anterioridad en otro yate, el Obsidian, construido también por Feadship en 2023.
Máximo lujo
Más allá de lo que lleve bajo la cubierta, lo más atractivo a primera vista de este tipo de yates es su aspecto exterior y sus interiores de lujo. Y en ese sentido, el Project 821 también tiene todo lo necesario para destacar. Sus cinco cubiertas por encima de la línea de flotación y dos por debajo tienen un perfil casi futurista, de líneas muy estilizadas y un color negro metalizado.
Una de sus características más sorprendentes tiene que ver con los 14 balcones retráctiles de la cubierta superior, imperceptibles cuando están cerrados y capaces de deslizarse al pulsar un botón, con barandillas y paredes laterales incluidas. Junto a ellos, también destacan las 5 enormes puertas con forma de concha y las 7 grandes plataformas de apertura, que permiten a los pasajeros estar en permanente conexión con el océano.
La cubierta de los propietarios se sitúa sobre el puente y dispone de dos dormitorios, dos cuartos de baño y vestidores, un gimnasio, una despensa, dos despachos con chimenea y una sala de estar. No le falta de nada, ni siquiera un jacuzzi en la cubierta y zonas de sombra para descansar y relajarse.
Los dominios del propietario no se limitan a una cubierta, ya que un pasillo privado se extiende hasta la cubierta inferior. Ésta dispone de una espaciosa escalera con estanterías y lugares donde exponer obras de arte, además de un ascensor privado.
El resto de niveles de cubierta cuentan con elementos tan distintivos como un rincón de café, una sala de juegos, una biblioteca o un comedor privado con terraza junto al mar. "En esencia, se trata de una casa adosada de cuatro niveles situada junto al mar, dentro de un yate mucho más grande", señalan desde Feadship.