En España se da por sentado el uso de Internet como algo cotidiano y habitual, pero no todos piensan en la gigantesca maraña de cables submarinos necesaria para usar esta conexión. Los cables submarinos son un claro ejemplo de ello. De ahí que exista un cierto temor a que ataques submarinos puedan acabar con ellos y provocar el caos. La OTAN está sopesando llevar esta conexión al espacio mediante satélites.
No es un misterio que el mundo actual se encuentra sumido en un clima de tensión enorme, que puede desembocar en escenarios catastróficos. Esto podría causar un terrible escenario en el que estos cables sufran daños por ataques localizados. La OTAN está financiando un proyecto para que esta infraestructura siga funcionando incluso si los cables submarinos se ven dañados o cortados.
Al menos, los encargados tanto de proporcionar conexión a Internet a civiles como los dedicados a operaciones militares. La idea es que se pueda desviar el tráfico de Internet a una infraestructura vía satélite, y existen conjuntos de investigadores de un buen abanico de países que están actualmente investigando el asunto, según recogen medios como TechRadar o Bloomberg.
'Desviar' Internet al espacio
Actualmente y según datos de Google, el 98% del tráfico internacional de Internet viaja a través de una extensa red de cables submarinos, ubicados en el fondo de los lechos marinos de distintas zonas del mundo. Esta red global es la que básicamente da conectividad al mundo; jugar, ver series, navegar por Internet... todo pasa por estos cables.
Es aquí donde entran las posibilidades más catastrofistas. Un sabotaje, un ataque dedicado a estos cables o incluso un desastre natural podría inhabilitar estos cables, dejando multitud de zonas a nivel mundial desconectadas. La OTAN, que ha confirmado a Bloomberg la viabilidad del proyecto apodado HEIST, ya se encuentra financiándolo con el objetivo de mantener esta red en funcionamiento, incluso si estos cables sufren problemas.
El proyecto presupuestado en 2,5 millones de dólares ya habría recibido una subvención de hasta 400.000 dólares mediante el Programa de Ciencia para la Paz y la Seguridad (SPS) de la propia OTAN. Una iniciativa que todavía no ha salido a la palestra de forma pública, y que involucra a expertos de países como Estados Unidos, Suiza, Suecia o Islandia, producto de la tensión militar internacional existente.
HEIST (Hybrid Space and Submarine Arquitecture to Ensure Information Security of Telecommunications por sus siglas en inglés) se presentaría a finales de este mismo mes de julio en un simposión ubicado en Nueva York, y está actualmente explorando sistemas para detectar cambios o perturbaciones en dichos cables. En ese caso, estos métodos (siempre de forma automatizada) redirigirían los datos de los cables y así 'mover' el ancho de banda de estos a satélites en el espacio.
Si bien la misma idea que baraja HEIST es algo ambigua de momento, hay detalles que dan forma a la iniciativa. Por ejemplo, el profesor asociado de sistemas de defensa de la Universidad de Defensa de Suecia Hans Liwång ha especificado cómo ve el proyecto.
De hecho, es uno de los codirectores principales del mismo. Explica que este sistema podría 'redirigir los datos' como medida de precaución, un sistema de respaldo automatizado para responder a las amenazas actuales. Es decir, no sería un sistema dedicado a sustituir la infraestructura actual en absoluto.
Otra personalidad relacionada con el proyecto es Gregory Falco, ingeniero de sistemas espaciales de la Universidad de Cornell y codirector del mismo junto a Liwång. Falco reconoce la importante complejidad de HEIST, y la necesidad de cuánto tiempo y recursos son necesarios para llegar a completarlo, pero es optimista al respecto. Incide en lo técnicamente complejo que es, y en los problemas de jurisdicción internacional que implicaría.
En la iniciativa están involucradas desde empresas estadounidenses hasta organizaciones militares y gobiernos, como serían el ejecutivo de Islandia o la Armada Sueca. Las potencias que están relacionadas con HEIST han culpado en numerosas ocasiones a China y a Rusia de perpetrar duros ataques informáticos que han afectado a sus infraestructuras principales.
¿Es justificada la preocupación sobre estos cables? Existe la creencia de que potencias como China o Rusia podrían dejar incomunicados a sus enemigos a base de destruir (o manipular) esta red de cables submarinos. De hecho, la OTAN depende enormemente de estos cables; una mala acción por parte de estos países dejaría a la organización al descubierto.
Lejos de amenazas militares, también existen factores no violentos que pueden afectar de manera significativa a la red global de cables, pese a lo protegidos que están. Anclas en los barcos, maquinaria naval de gran calibre o la propia naturaleza del terreno marino son buenos ejemplos que podrían causar estos problemas.
Cabe destacar que una parte de HEIST está centrada en la detección de amenazas que afecten a los cables. Así, se facilitaría enormemente la desviación del tráfico de Internet al espacio. El proyecto tiene la intención de aumentar enormemente la precisión con la que los operadores responsables de estos cables detectan las perturbaciones sufridas en sus infraestructuras.