Esta semana ha estado marcada por un evento histórico que ha trascendido las fronteras hasta España. El pasado 14 de julio el expresidente norteamericano Donald Trump sobrevivió de milagro a un intento de atentado. Tras este, X (antes Twitter) se llenó de conspiraciones. No obstante, la viralidad la ha protagonizado una foto en la que se puede ver la bala que atravesó la oreja de Trump justo detrás de él. El fotógrafo que captó la instantánea cuenta cómo la hizo.
La instantánea, que ha arrasado en redes sociales, muestra a Trump instantes después de recibir el balazo en la oreja y el proyectil justo tras él, siguiendo su trayectoria. Una fotografía que por supuesto es casi imposible de creer, más en los tiempos marcados por la IA que vivimos. El autor de la foto es Doug Mills, veterano fotógrafo del New York Times, el cual ha contado su experiencia.
Mills cuenta lo sucedido con todos los detalles técnicos. Tanto es así, que ha dado a conocer exactamente qué cámara usó, así como la configuración usada para ese momento y la situación qué vivió. Se especula sobre si lo que revela la foto es la propia bala en sí o el rastro de vapor de la misma. En cualquier caso, es una foto histórica por lo excepcional y por la complejidad técnica que encierra.
La foto de la bala de Trump
"Nunca pensé que vería un intento de asesinato hacia el presidente y que estaría ahí para fotografiarlo". Mills comienza su explicación contando cómo vivió el momento. Recordemos que Mills es un veterano que lleva desde el año 83 cubriendo la política estadounidense, fotografiando a sus altas esferas recurrentemente.
"Estaba tomando fotos y ahí fue cuando comenzó a explotar todo", dice Mills. Cuenta que justo tenía el dedo posicionado sobre el botón del disparador de su cámara, una Sony Alpha A1 del 2021. Desde el mismo momento en el que escuchó el primer disparo, comenzó a disparar fotos en ráfaga, captando todo lo que pudiera. Todo ello sin tener ni idea de qué estaba fotografiando.
No fue hasta que volvió a su puesto de trabajo y comprobó que efectivamente, capturó o bien la bala o bien el trazo de vapor de la bala. En un artículo posterior del New York Times, expertos como el agente especial retirado Michel Harrigan, aseguraron que se podía tratar del desplazamiento de aire que se produce cuando se dispara un proyectil. Pero la clave de todo esto está en los detalles técnicos.
Como es lógico pensar, es endiabladamente complicado fotografiar una bala. Pero hay dos factores a tener en cuenta. El tirador, Thomas Matthew Crooks de 20 años, habría usado un fusil AR-15, mientras que Doug Mills usó una Sony Alpha A1 que puede disparar ráfagas de 30 fotogramas por segundo.
Mills explica que estaba disparando, en ese momento, a una velocidad de obturación de 1/8000, una extremadamente rápida. De hecho, es la velocidad máxima que la cámara puede funcionar usando el obturador mecánico, lo cual es lo más habitual en los entornos de fotografía profesionales.
Así, el experto citado por el The New York Times hace sus estimaciones. Harrigan explica que las balas de este rifle pueden volar a velocidades de 975 metros por segundo. Es decir, que la extrema velocidad de obturación de la Alpha A1 podría ser suficiente para captar la bala. "Esto permitiría que la bala recorriera aproximadamente cuatro décimas de pie mientras el obturador está abierto", dijo.
Entonces ¿Mills pudo haber hecho la hazaña de captar el disparo de una bala? Lo cierto es que es difícil pensar en ello, ya que las cámaras usadas para captar proyectiles en vuelo tienen velocidades incluso más altas que la que tiene la Sony Alpha A1. Harrigan sostiene que poder captar la bala con una cámara de consumo (profesional, pero de consumo) como la A1 sería increíblemente difícil. "Esa foto sería un disparo entre un millón".
A esto hay que sumarle el hecho de que incluso si el fotógrafo hubiera sabido que la bala estaba cerca, hubiese sido casi imposible reaccionar a tiempo para captar la trayectoria. Por ende, la explicación más lógica es que Mills pudo recoger en la cámara la trayectoria del vapor de la bala, pero con una precisión prácticamente milimétrica.
Por otro lado, el New York Times publicó en su metraje una captura de los datos EXIF de la foto. Estos datos revelan prácticamente todas las especificaciones que se usaron para tomar la instantánea. Mills disparó con apertura f/1.6 y una distancia focal de 24 milímetros. Además, usó el modo manual y la medición multipatrón que mide la exposición de la imagen en función de todo el encuadre.
Desgraciadamente, no ha trascendido exactamente qué lente ha usado Mills para tomar esta foto. Dada la longitud focal y asumiendo que usó un objetivo también de Sony, lo más probable es que Mills estuviese usando el Sony FE 24 milímetros F/1.4 GM, o un derivado de terceros, como un Sigma Art F/1.4 DG DN. Este es un objetivo pensado para el fotoperiodismo bastante angular en Full Frame.