La actualidad en España sigue marcada, en parte, por el intento de asesinato perpetrado contra el expresidente Donald Trump. Desde fotos virales increíbles hasta teorías conspirativas, el intento de magnicidio ha copado portadas. Ahora, el FBI asegura haber conseguido acceder al smartphone de Thomas Matthew Crooks, el tirador que fue abatido poco después de su atentado.
Así lo asegura la agencia en un comunicado de prensa, explicando que han conseguido acceder a su teléfono personal, cuyo modelo no ha trascendido a la prensa. Además, afirman estar analizando exhaustivamente el resto de dispositivos electrónicos que poseía el tirador. Un logro que se ha conseguido apenas dos días después del atentado.
El hecho de que el FBI haya podido acceder tan rápido al móvil de Crooks no solo ha desatado polémica en redes sociales, sino que ha recordado a muchos las guerras internas que han tenido agencias de inteligencia con los fabricantes de smartphones. La mayoría (especialmente Apple) han sido tremendamente reticentes a la hora de proporcionar acceso a los dispositivos de criminales famosos.
El FBI accede al móvil de Crooks
Desgraciadamente, el FBI no da demasiados detalles sobre cómo pudo conseguir acceso al teléfono. De hecho, ni siquiera explica qué otros dispositivos electrónicos estarían analizando. Se limitan a dar la información y a informar sobre la investigación en curso. La agencia se encuentra ahora explorando "cientos de pistas" en medios digitales.
Así lo relata el FBI. La agencia "ha recibido cientos de pistas en medios digitales que incluyen vídeos tomados en el lugar de los hechos, y seguimos revisando las pistas que llegan". Por otra parte, pide a la población colaboración ciudadana para que puedan aportar información útil para el caso. Eso sí, desde el FBI reconocen que ni siquiera este acceso ha dado pistas sobre las motivaciones de Crooks para cometer el atentado.
Sin duda alguna el caso más conocido que ha involucrado el acceso de estas agencias a los teléfonos de criminales ocurrió en 2015, con la masacre de San Bernardino de Estados Unidos. El 2 de diciembre de ese año tuvo lugar un tiroteo en el Centro Regional del Interior de San Bernardino, California, que tuvo un saldo de 14 muertos y 21 heridos. Al igual que ocurrió en el atentado de Crooks, también se abatieron a los tiradores.
El caso generó un gran revuelo, y causó que Apple y el FBI tuvieran una acalorada disputa pública a nivel legal. Entre las pertenencias de uno de los tiradores se encontró un iPhone 5C que estaba bloqueado de tal forma que hacía muy difícil al FBI acceder al smartphone. La agencia pidió a Apple que adaptara iOS y eliminase las medidas de seguridad que impedían este acceso, algo a lo que Apple se negó en redondo.
Al final, la pelea legal escaló hasta tal punto que el FBI recurrió al Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Sin embargo, consiguieron ayuda de compañías privadas que facilitaron que la agencia accediera al iPhone bloqueado. Si bien la investigación acabó desestimándose, un juez estadounidense intentó forzar a que Apple instalar una puerta trasera para facilitar el acceso a dispositivos cifrados por cuestiones legales.
Así, en 2016 el actual CEO de Apple, Tim Cook, denunció el caso en una carta abierta para los usuarios. En la misiva, Cook aseguraba estar en contra de manera directa ante esta orden, que en sus palabras tenía "implicaciones que van mucho más allá del caso jurídico en cuestión". La retirada de la solicitud de acceso del FBI acabó por cerrar el caso prácticamente al completo.