La inteligencia artificial se desarrolla en un ambiente de competencia extrema, tanto entre empresas privadas, como entre países y donde España intenta hacerse hueco. Por extensión, los chips con los que ejecutar y entrenar esta tecnología son muy preciados. En medio de la rivalidad tecnológica de China y Estados Unidos, Nvidia busca la fórmula para ser uno de los principales vendedores en ambos países, así como en Europa.
El gobierno de Estados Unidos endureció en 2023 los controles de exportación a China para los semiconductores de última generación. Esta medida persigue frenar los avances en supercomputación, por ejemplo, del ejército chino. Desde entonces, Nvidia ha desarrollado tres chips diseñados específicamente para el mercado chino y, según informa Reuters, tiene la intención de seguir con este plan.
Según fuentes cercanas, Nvidia trabaja en una versión de sus nuevos chips de inteligencia artificial para el mercado chino. La empresa presentó en marzo su nueva plataforma de chips gráficos Blackwell, diseñada principalmente para inteligencia artificial.
Blackwell está compuesto en realidad por dos GPUs separadas, cada una con 104.000 millones de transistores; están conectadas por un enlace único de 10 TB/s para funcionar como si fuese una única GPU de manera efectiva. Los chips están basados en un proceso de fabricación N4P de TSMC, el más avanzado en la escala de los 4 nanómetros, y cuentan con memoria integrada para alcanzar una tasa de transferencia máxima de 16 TB/s.
Dentro de la serie, el B200 es 30 veces más rápido que su predecesor en algunas tareas, como proporcionar respuestas de chatbots. Este modelo sería uno de los que pretenden adaptar para llevarlo a China con la ayuda de Inspur, uno de sus principales socios distribuidores en China. Según las fuentes consultadas por Reuters, el lanzamiento y distribución del chip, que provisionalmente se llamará "B20", está previsto para el segundo trimestre de 2025.
El auge de la inteligencia artificial ha convertido a Nvidia en la tercera empresa tecnológica más valiosa del mundo, por detrás de Microsoft y Apple. Esta tecnología no solo es software, depende en gran medida del hardware para ejecutar enormes cargas de trabajo informático. Por ello, los grandes desarrolladores de IA están invirtiendo en la creación de sus propios chips, con el objetivo de disminuir su dependencia de los poderosos semiconductores de empresas como Nvidia.
OpenAI, los padres de ChatGPT, están valorando la creación de su propio chip de IA. Cada vez que se le hace una consulta a ChatGPT en España o cualquier otro país, la ejecución del modelo de IA o su previo entrenamiento supone el esfuerzo de millones de chips en grandes centros de datos. Ser su propio fabricante de chips sería una ventaja para no depender de las fluctuaciones del mercado, pero requerirá una inversión alta a largo plazo.