A pesar de los miles de kilómetros cuadrados de dominio marítimo de España, la energía producida por las olas es una de las grandes olvidadas. Sin embargo, sí se aprovecha en otras coordenadas como en las pacíficas islas de Hawái (Estados Unidos), donde se acaba de instalar el mayor generador a escala de red del mundo que aprovecha estas ondas para producir electricidad.
El OE-35, como así se llama comercialmente, se encuentra al norte de la península de Molapu, localizado en la isla Oahu, a donde se trasladó el pasado viernes 19 de julio desde la capital Honolulu. El despliegue es la culminación del proyecto WETS de 11 millones de euros del Departamento de Energía de EEUU y de la Autoridad de Energía Sostenible de Irlanda.
"Después de más de una década y media de diseño, ensayos, pruebas y fabricación, estamos entusiasmados de poder finalmente dar este importante paso hacia la comercialización", declaró Tony Lewis, jefe de tecnología de Ocean Energy, la compañía irlandesa detrás del generador. "Este proyecto de importancia internacional no podría ponerse en marcha en un momento más crítico para EEUU e Irlanda, ya que el mundo necesita acelerar el ritmo de la descarbonización con tecnologías nuevas e innovadoras".
Olas y energía
Este tipo de energía proveniente de las olas se denomina undimotriz y es una de las fuentes renovables más prometedoras. El factor clave que las diferencia respecto al resto de métodos es que la Tierra está en un 70% cubierta por agua, por lo que existe un territorio amplísimo donde operar.
Otra de las claves es que no necesita de grandes o complejas infraestructuras de obra civil. A diferencia de los aerogeneradores que se despliegan en el mar y que requieren de cimentaciones especiales para mantenerse, las estaciones undimotrices flotan como si fuera un barco fondeado o amarrado en mitad de la masa de agua.
La base tecnológica de la energía undimotriz es la transformación de la energía cinética y mecánica de las olas en energía eléctrica aprovechable, para lo que hay varias técnicas. La empleada por Ocean Energy es la conocida como columna de agua oscilante.
La parta inferior del generador está abierta al mar, gracias a lo cual atrapa un gran volumen de aire en su interior. A medida que las olas oscilan, la presión del aire dentro del dispositivo se incrementa y se utiliza para mover una turbina incorporada en el OE-35 para generar electricidad.
Además de cuando las olas chocan contra él, el OE-35 puede generar electricidad cuando retroceden gracias a un componente conocido como turbina de impulso radial. Cuando el agua se retira, crea un vacío y el aire entra forzosamente para llenarlo, manteniendo la turbina generadora girando en la misma dirección. El ciclo entonces se repite para inyectar electricidad a la red.
El OE-35 tiene una masa de 826 toneladas repartidas en un 38 metros de largo por 18 metros de ancho y 9 de calado. Según recoge la propia Ocean Energy, el generador está diseñado para producir hasta 1,25 megavatios de energía, lo que podría proporcionar energía para unos 1.000 hogares cuando se encuentre a pleno rendimiento.
Los problemas y dificultades asociados a este tipo de tecnología de generación eléctrica han lastrado, hasta ahora, su despliegue y popularidad. Uno de ellos es la escasa capacidad de generación eléctrica que lo convierten en un método poco interesante desde el punto de vista económico y, el otro, es la resistencia a soportar las enormes fuerzas que pueden llegar a ejercer las olas, junto al efecto corrosivo.
La forma en la que Ocean Energy ha conseguido eliminar estos estigmas es con una propuesta escalable. Además de la OE-35, la compañía irlandesa ha diseñado generadores undimotrices más grandes —como la OE-50— y también de menor tamaño para adaptase de las necesidades de cada escenario.
En lo relativo a la resistencia, la única parte móvil del sistema es la turbina de generación eléctrica y se encuentra sobre el nivel del agua. Con esto consiguen reducir los daños potenciales y la corrosión. También indican que la respuesta dinámica del OE-35 en olas grandes da como resultado fuerzas de amarre reducidas, aumentando así la capacidad de supervivencia.
Mareomotriz más grande
A 11.300 kilómetros de Hawái, en la costa británica de Liverpool, se prepara la presa de energía mareomotriz más grande del mundo. Este tipo de generación emplea el movimiento de las mareas canalizando el flujo de agua y produciendo energía eléctrica en grandes cantidades mediante turbinas.
Su alcalde, Steve Rotheram, acaba de anunciar el mayor proyecto mareomotriz del mundo a orillas del río Mersey, uno de los iconos de la ciudad inglesa. La presa serviría además para proteger la urbe de las posibles crecidas del río y ofrecería a peatones y ciclistas un paso seguro entre Liverpool y la península de Wirral.
En 2022, el propio alcalde firmó un acuerdo de colaboración con la empresa estatal surcoreana K-Water, que explota desde 2011 la central mareomotriz del lago Sihwa, una de las más importantes en la actualidad. Instalada en un dique de 12,5 km de longitud, dispone de 10 turbinas sumergidas de 25,4 MW cada una. Su misión es generar energía dos veces al día durante la marea alta, canalizando el flujo del agua a través de compuertas, para lograr una capacidad de producción anual de 552,7 GWh.
Los últimos informes elaborados por la Autoridad Combinada de la Región de Liverpool indican que "la opción de una presa sería menos costosa que la de una laguna artificial, ya que requeriría menos material y menos apoyo gubernamental". Además, ofrece otras ventajas, como controlar la subida del nivel del mar, la posibilidad de crear un enlace peatonal y un carril bici entre Liverpool y Wirral, y el establecimiento de esclusas de navegación marítima.