El CEO y fundador de Telegram, Pavel Durov, ha sido arrestado en Francia por la policía nada más bajar de su avión. La aeronave había aterrizado a eso de las 8 de la tarde del sábado —hora de España— completando un vuelo desde Azerbaiyán hasta el parisino aeropuerto de Le Bourget. El multimillonario ruso descendió por las escalerillas junto a su guardaespaldas y allí le estaban esperando las autoridades.
Fue en la misma plataforma de estacionamiento de aeronaves donde lo detuvieron y, seguidamente, trasladaron a dependencias policiales. En la actualidad, Durov cuenta con ciudadanía francesa, desde 2021, y emiratí al residir en Dubái. Sin embargo, también cuenta con la de San Cristóbal y Nieves, un pequeño país caribeño compuesto por dos islas.
Durov lanzó Telegram en el año 2013 y, poco tiempo después, se convirtió en una de las aplicaciones de mensajería más importantes de todo el mundo al considerarse la alternativa más importante a WhatsApp. La aplicación ha estado en el foco en innumerables ocasiones y hasta el juez Santiago Pedraz quiso prohibirla en España en marzo de este mismo año por la distribución de contenidos con derechos de autor.
Más recientemente, la aplicación de mensajería se ha mostrado colaborativa en las protestas y disturbios en Reino Unido. "Los moderadores de Telegram están monitorizando activamente la situación y están eliminando canales y publicaciones que contienen llamadas a la violencia", según informó un portavoz de Telegram a BBC hace sólo unas semanas. "Las llamadas a la violencia están explícitamente prohibidas por los términos de servicio de Telegram".
Este tipo de contenido parece ser el que está detrás de su detención en Francia, aunque al cierre de este artículo la acusación no ha trascendido. Según los medios galos TF1 y BFM, la falta de moderadores dentro de la aplicación parece haber sido el eje de desarrollo de la investigación de Durov. También que la policía considera que esta situación permitía que la actividad criminal continuara sin inmutarse en la aplicación de mensajería.
"Prefiero ser libre que recibir órdenes de nadie", afirmó el propio Durov al periodista estadounidense Tucker Carlson en abril de este mismo año. Unas declaraciones que vinieron a colación de su salida de Rusia en 2014 —sólo un año después de lanzar Telegram— y de la búsqueda de un hogar para su empresa, cuyo periplo le llevó a Berlín, Londres, Singapur y San Francisco; antes de establecerse en Dubái.
La mayor red social rusa
Pavel Durov nació en San Petersburgo en 1984, pero su infancia la pasó en la italiana ciudad de Turín donde su padre era profesor de latín. Terminó estudiando filología y se graduó con honores en 2006, aunque la vena tecnológica le llevó a cursar estudios en la Universidad Estatal de la misma ciudad rusa que le vio nacer.
Su plano personal es prácticamente desconocido. Durov apenas da entrevistas y de su vida tan sólo se conoce lo que publica convenientemente en su canal de Telegram. Él mismo se autodefinió como "una versión vegetariana y libertaria" de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook.
De hecho, junto a su hermano Nikolai, aprendió de muy joven a programar y durante sus años de estudiantes crearon Vkontakte, también conocida simplemente como VK, y la lanzaron a finales de 2006. Se trata de una red social muy popular en Rusia y con un funcionamiento similar a Facebook. Fue su trampolín a la fama y lo convirtió en un empresario relevante del país.
Los últimos datos disponibles sobre usuarios de VK apuntan a que la red social cuenta con más de 656 millones de perfiles, la mayoría de ellos de los países que formaron la Unión Soviética. Entre sus servicios están el de mensajería —totalmente independiente de Telegram—, noticias, comunidades, música e incluso videos al más puro estilo de YouTube. En la actualidad, es la quinta página web más visitada de todo Rusia.
La guerra de Crimea entre Rusia y Ucrania acontecida en 2014 supuso un punto de inflexión en su vida. Durov se negó a cumplir con las demandas del Kremlin de cerrar las comunidades de oposición ucraniana en VK y decidió vender la empresa. Fue en ese momento cuando decidió marcharse del país para no volver y con unos 14.000 millones de euros en el bolsillo.
Su salida de territorio ruso no supuso una carta blanca y en 2018 Rusia comenzó a bloquear Telegram. En esta ocasión, la aplicación de mensajería se negó a cumplir una orden judicial para otorgar acceso a los mensajes cifrados a los servicios de seguridad rusos. Realmente, la efectividad de sanción por parte de Moscú no tuvo mucho efecto real en el día a día de los usuarios y, todavía hoy, es uno de los servicios más utilizados del país.
El representante de Rusia ante las organizaciones internacionales en Viene, Mikhail Ulyanov, y otros políticos rusos, se han apresurado a acusar a Francia de actuar como una dictadura. Exactamente la misma crítica a la que se enfrentó Moscú cuando demandó a Durov en 2014 e intentó prohibir Telegram en 2018.
"Algunas personas ingenuas todavía no comprenden que si desempeñan un papel más o menos visible en el espacio internacional de información, no es seguro para ellos visitar países que avanzan hacia sociedades mucho más totalitarias", ha publicado Ulyanov en la red social X.