Los calores veraniegos parecen suavizarse estos días, pero en España se han dado en estos últimos meses algunas cifras preocupantes. Al menos 366 españoles murieron por el calor en cuatro días de agosto, según el Instituto de Salud Carlos III, con temperaturas que han superado los 45 ºC en algunas zonas del país. Para contrarrestarlo, lo más habitual es recurrir al ventilador y el aire acondicionado, aunque existen cada vez más alternativas que ayudan a refrigerar los edificios, como este invento capaz de enfriar habitaciones sin necesidad de usar electricidad en segundos.
Otras de las propuestas más prometedoras tienen que ver con la pintura que recubre los edificios. Forman parte de la técnica conocida como 'Cool Roof' o 'techo frío', una solución innovadora y sostenible para combatir el sobrecalentamiento de los edificios y que puede llegar a jubilar al aire acondicionado. Una de las últimas en llegar al mercado es la francesa Drylast CRWR, cuyo revestimiento de color blanco y alto albedo (el porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre ella) permite reducir el consumo de energía de las soluciones convencionales de refrigeración.
Según cuenta la propia empresa en su página web, la tecnología empleada en el desarrollo de esta nueva pintura "es capaz de reducir la temperatura superficial de los techos hasta en un 50%, lo que conlleva una disminución de la temperatura interior de los edificios hasta en 10°C". Este descenso de la temperatura se nota especialmente durante la canícula, cuando puede ofrecer una reducción de hasta el 30% en la factura de la luz y el gasto relacionado con la refrigeración de los edificios.
Revestimiento que enfría
Drylast CRWR es un sistema impermeabilización líquida, fabricado ex profeso para que se adhiera con eficacia a una amplia gama de superficies en la cubierta de los edificios. Eso incluyendo cemento, poliuretano, acero, aluminio y hasta PVC. Basta con aplicarla con un rodillo para formar una capa única de silicona blanca. Tiene una gran capacidad de elongación (500%), lo que permite cubrir superficies amplias gastando poco producto y tiene una gran resistencia a las variaciones de temperatura, el agua y los rayos ultravioleta, lo que garantiza una gran durabilidad.
Su composición ayuda a reflejar la radiación solar (tiene una reflectancia del 88%), lo que evita la formación de islas de calor urbano, que tan bien conocemos en ciudades densamente pobladas como Madrid y Barcelona, donde las temperaturas pueden ser hasta 12 grados más elevadas que en las áreas rurales circundantes. Es algo muy relacionado con la altura de los edificios, la capacidad del hormigón y el asfalto para capturar el calor y la escasez de zonas verdes.
Por eso son necesarias soluciones como Drylast CRWR, que en principio está pensada para inmuebles industriales y comerciales, y ya se utiliza en grandes superficies como Carrefour o Conforama en varias ciudades francesas. Además de mejorar el confort térmico de los ocupantes del edificio, reduce el consumo de aire acondicionado, otro de los elementos que contribuye a calentar las ciudades... y el planeta en su conjunto.
Esta estrategia pasiva para enfriar las edificaciones es compatible con los paneles solares fotovoltaicos. Es incluso recomendable, ya que la pintura se encarga de enfriar la superficie de la cubierta, algo que mejora sensiblemente el rendimiento de las placas solares, que pueden verse afectadas por un descenso de la eficiencia cuando superan ciertas temperaturas.
"Los estudios realizados han demostrado que un techo tratado con Drylast CRWR puede reducir la temperatura superficial hasta en un 50%. En consecuencia, la temperatura interior del edificio también se mantiene más baja, promoviendo un ambiente interior más fresco y reduciendo la necesidad de aire acondicionado", indica la empresa.
La pintura más blanca
Hay investigadores que han llegado más lejos y que, según el Libro Guiness de los Récords, han creado la pintura más blanca que existe, capaz de reducir hasta 12 ºC la temperatura interior de los edificios. El proyecto, centrado en usar nanopartículas para conseguir un eficaz enfriamiento radiativo, consiguió unos primeros resultados sorprendentes: era capaz de 'rebotar' el 95% de la radiación solar, una cifra que no han dejado de mejorar y que ahora se sitúa en el 98,1%.
El equipo, dirigido por el profesor de ingeniería mecánica Xiulin Ruan de la Universidad de Purdue (EEUU), también ha desarrollado una versión más ligera, ideal para vehículos, y ahora trabaja en aumentar su durabilidad y resistencia, además de desarrollar nuevas pinturas de colores con el ultrablanco como base.
Para lograr su primera formulación, el laboratorio dirigido por Ruan estudió más de 100 materiales diferentes, consiguió reducirlo a 10 y probó unas 50 fórmulas distintas de cada material. Lo que empezó con una base de carbonato cálcico, compuesto que suele encontrarse en rocas y conchas marinas, acabó decantándose por un compuesto químico llamado sulfato de bario, que también se utiliza para dar blancura al papel fotográfico y a cosméticos.
"Estudiamos varios productos comerciales, básicamente cualquier cosa que fuera blanca", explicó en su día Xiangyu Li, investigador posdoctoral del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que realizó sus estudios de doctorado en Purdue y participó en el proyecto. "Descubrimos que utilizando sulfato de bario se pueden hacer teóricamente cosas muy, muy reflectantes, lo que significa que son muy, muy blancas".
Para lograr la máxima blancura, los investigadores utilizaron altísimas concentraciones de este material, con partículas de distintos tamaños. Y es que el grado en que cada partícula dispersa la luz depende de sus dimensiones, por lo que una gama más amplia permite que la pintura disperse más espectro de la radiación solar. Eso sí, esa concentración tiene un límite, ya que "cuanto mayor sea, más fácil será que la pintura se rompa o se desprenda", explica Li en un comunicado de prensa.
Gracias a esta formulación, la pintura puede conseguir que las superficies sean hasta 5 grados más frías que la temperatura ambiente a las 12 del mediodía, y hasta 12 grados por la noche. Según los cálculos de los investigadores, eso supondría un ahorro en el consumo del aire acondicionado de hasta un 40%. Y eso sin resultar cegadora, ya que lo que hace es dispersar la luz. De hecho, a primera vista es casi imposible diferenciarla de la que se puede comprar en cualquier tienda.