OpenAI sigue adelante con su sueño de fabricar sus propios chips. Cada vez que se le hace una consulta a ChatGPT, por ejemplo por el pueblo más feo de España, la ejecución del modelo de IA o su previo entrenamiento ha supuesto el esfuerzo de millones de chips. La empresa de Sam Altman persigue tener el control de esta tecnología de la que depende y fabricar el modelo más avanzado para dejar atrás a sus rivales.
El incremento de la demanda de estos procesadores por la explosión de la tecnología en los últimos años, se traduce en una mayor presión sobre el mercado de chips específicos, actualmente dominado por Nvidia. OpenAI sigue los pasos de Apple, quien se independizó de otras marcas y las fluctuaciones del mercado al diseñar sus propios chips, aunque aún no ha especificado cómo los usuaria.
Según la última información, fabricará este nuevo chip con el fabricante TSMC y usando su proceso más avanzado, de 1,6 nm. El medio chino Economic Daily News ha sido el primero en informar de este acuerdo. El artículo asegura que los responsables de ChatGPT han reservado capacidad de producción de TSMC para usar su proceso de 1,6 nm, o dicho de otra forma, el nodo A16, que no llegaría hasta 2016.
Aparte de ahorrar dinero a largo plazo, esta estrategia facilita a la empresa de Sam Altman tener un mayor control de su tecnología, el hardware que usa para ejecutar su IA. No es el único en plantearse este camino. Google y Amazon trabajan en ello, lo mismo está haciendo su socio Microsoft u otros gigantes en esta carrera comercial como Meta.
El sector tecnológico sigue buscando nuevas maneras de mejorar los procesadores actuales con las limitaciones tecnológicas que tenemos y así cumplir con la famosa Ley de Moore, que estipulaba que cada dos años se duplica el número de transistores en un procesador o lo que es lo mismo, los chips son cada vez más potentes costando menos. Una manera de conseguirlo es reducir el proceso de fabricación, para así meter más transistores en el mismo espacio.
Así se está pasando de los 4 o 3 nm a los 2 y buscando bajar a solo 1 nm en la arquitectura de los procesadores. Esta terminología se refiere al número de los transistores que componen la superficie del procesador. Para poder fabricarlos cada vez más es necesario desarrollar máquinas que sean capaces de llevar a cabo este proceso.
La técnica para fabricar en 1,6 nm está aún en desarrollo pero se espera que sea un salto sustancial con respecto a los actuales nodos N4 y N3. Procesadores fabricados con arquitectura de 3nm se puede encontrar, por ejemplo, en el nuevo reloj Samsung Galaxy Watch 7. La marca coreana es uno de los principales rivales de TSMC.
Este proceso de fabricación se anunció en el mes de abril y, según TSMC, promete un rendimiento de un 8% a un 10% superior al de su actual nodo N2P. Además, alcanzaría una reducción de consumo entre el 15% y el 20%. Los últimos procesadores presentados por Nvidia para el mercado chino y su uso en el desarrollo de IA están basados en un proceso de fabricación N4P de TSMC, el más avanzado en la escala de los 4 nanómetros.