El futuro de los trenes pasa por la levitación magnética y alternativas como el Hyperloop chino, que en sus primeras pruebas ya ha alcanzado los 623 km/h. Sin embargo, la alta velocidad 'tradicional' todavía tiene mucho que decir, tanto en España como en el resto del mundo. Por sorprendente que pueda parecer, muchos países aún no disponen con vías ni trenes adaptados a lo que ya consideramos como un estándar. Quien quiere unirse a este selecto grupo de naciones es Rusia, que para 2028 espera tener operativa una línea de trenes de alta velocidad entre sus dos ciudades más importantes, Moscú y San Petersburgo.
Hace sólo unos días, en la exposición Estación de Manezh: Moscú Transporte 2030, se celebró el acto de presentación del diseño del Bely Krechet, el tren de producción nacional que cubrirá ese trayecto y que alcanzará un máximo de 400 km/h, cubriendo la distancia de 635 km de la línea HSR-1 entre ambas ciudades en menos de 2 horas y 15 minutos, frente a las 4 horas que tardan los trenes actuales.
En la ceremonia, a la que asistieron Vitaly Saveliev, viceprimer ministro ruso, Oleg Belozerov, director general de Ferrocarriles de Rusia (RZD) y Sergei Sbyanin, alcalde de Moscú, entre otras personalidades, se firmó el acuerdo de adquisición de 41 trenes de alta velocidad de 8 coches y capacidad total para 460 pasajeros. De su diseño y producción se encargará Ural Locomotives, del Grupo Sinara, lo que implicará una inversión estatal de casi 23.000 millones de euros.
Halcón gerifalte
Siguiendo la tradición del sector en Rusia, este tren ha sido bautizado con el nombre de un pájaro. En este caso, el elegido ha sido el halcón gerifalte, el más grande del mundo y uno de los más rápidos, capaz de superar velocidades de 130 km/h. Su diseño es una evolución de los Lastochka, los trenes eléctricos construidos inicialmente en una colaboración entre Siemens y Ural Locomotives, que se vio frustrada por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Aunque lo único que se ha mostrado hasta ahora es una maqueta a escala real, tanto del exterior como de los interiores del tren, incluida la cabina, la firma del acuerdo para la producción de los trenes supone un impulso imprescindible para un macroproyecto que pretende modernizar el decadente estado de los ferrocarriles rusos.
Hace sólo unos meses se produjo una visita oficial a la planta de Ural Locomotives en la que participó el propio presidente ruso, Vladímir Putin. En ese evento se anunció que el trazado final de la línea HSR-1 tendría una longitud de 679 km, con parada en 14 estaciones intermedias. Según los planes de RZD, se prevé la presencia de hasta 42 trenes diarios en cada sentido entre Moscú y San Petersburgo, que podrían transportar hasta 14 millones de pasajeros al año.
El desarrollo del ferrocarril de alta velocidad en Rusia es una de las áreas prioritarias de la estrategia nacional de transportes, aprobada en agosto de 2023 por Putin, con una longitud total prevista de hasta 7.000 km en 2035. La línea de alta velocidad entre Moscú y San Petersburgo es un viejo deseo de las autoridades rusas, que se remonta a la presidencia de Boris Yeltsin. En 1991, el ex dirigente llegó a promulgar un decreto para la creación de la línea de ferrocarril, pero finalmente se canceló en 1998.
En el marco de la nueva estrategia, "se llevarán a cabo cinco grandes proyectos ferroviarios de alta velocidad, que cubrirán y garantizarán el desplazamiento de aproximadamente el 80% de la población del país", declaró Saveliev. "El tren de alta velocidad Moscú-San Petersburgo dará un fuerte impulso a la economía rusa y contribuirá también a aumentar la conectividad de los territorios y la movilidad de pasajeros y mercancías".
El primer paso del Bely Krechet, antes de su primera aparición en la exposición de Manezh, fue la firma del contrato para la adquisición de dos trenes preserie, por un valor total de 12.000 millones de rublos (125 millones de euros, aproximadamente), cuya entrega está prevista para finales de marzo de 2028.
El doble de rápido
El diseño preliminar, a cargo del Centro de Ingeniería Ferroviaria de RZD, ya se ha completado y su forma final no debería ser muy diferente: están adaptados al ancho de vía ruso, de 1.520 mm, y se conformarán con ocho vagones, con cuatro clases de acomodación para distintos tipos de pasajeros (y de precios del billete). En principio, la velocidad máxima de explotación sería de 360 km/h, aunque la velocidad de diseño llegaría a los 400 km/h, 100 kilómetros por hora más que el AVE español.
Así, estos nuevos trenes serán "casi dos veces más rápidos que los trenes Sapsan [que pueden alcanzar los 250 km/h], y sólo tardarán 2 horas y 15 minutos" en realizar el trayecto entre la capital rusa y San Petersburgo. Según lo acordado, el Halcón gerifalte "cumplirá las normas más estrictas de seguridad y confort" y todos sus componentes clave se fabricarán en Rusia, con el montaje y la puesta en servicio centralizados en la planta de Ural Locomotives en la región de Sverdlovsk.
Se desconoce de momento qué motores serán los encargados de propulsar los trenes, pero en el acto de presentación sí se mencionó una vida útil de 30 años, "durante los cuales el fabricante será responsable en virtud de un contrato de ciclo de vida", según el teniente de alcalde de transportes de Moscú.
Este proyecto se ha anunciado casi al mismo tiempo que la puesta en marcha de manera oficial de la construcción de la primera línea de alta velocidad de Rusia, que conectará Riazán, Kazán, Ekaterimburgo y Adler, con una posible ampliación a Minsk (Bielorrusia).