España espera con ansia la expansión del llamado Hyperloop europeo, el método de transporte ultrarrápido que permitirá viajar a velocidades de vértigo. En agosto del año pasado dio sus primeros pasos, perfilando la idea de poder viajar entre Madrid y Barcelona en apenas 40 minutos. En abril estrenó su gran túnel para hacer pruebas, sin ir más lejos. Es en este túnel donde han conseguido impulsar una cápsula, insuflando de vida al proyecto.
Así lo relata Marinus van der Mejis, director de tecnología e ingeniería de la empresa Hardt Hyperloop, una de las 25 compañías que colaboran en este proyecto público-privado. El túnel se estrenó en la provincia holandesa de Groiningen, y dispone de una longitud de 420 metros y 34 secciones. Este ha sido el escenario de pruebas en el que se ha logrado impulsar una cápsula, en una primera prueba totalmente exitosa.
Van der Mejis explica que pudieron hacer levitar el vehículo "y activar el sistema de guía y el sistema de propulsión" al mismo tiempo. Una vez la cápsula estuvo colocada en el tubo, la lanzaron "con una aceleración similar a la de un metro, hasta una velocidad máxima de unos 30 kilómetros por hora", dijo el director. De esta forma, la cápsula pudo recorrer 10 metros dentro del tubo.
La primera prueba del Hyperloop
Cuando el Centro Europeo Hyperloop (EHC) presentó la instalación de pruebas en la que pretendían poner a punto dicho sistema, detallaron algunos de los puntos clave del gran tubo blanco por el que ha pasado esta cápsula, como su ya mencionada longitud de 420 metros y sus 34 secciones separadas de 2,5 metros de diámetro cada una.
Los responsables del EHC usan una bomba de vacío para succionar la mayoría del aire del tubo para que la presión interna sea lo más baja posible. De esta manera, la resistencia del aire se elimina y la cápsula consigue viajar a altísimas velocidades. El proyecto aspira a que estas cápsulas puedan viajar a velocidades brutales, de hasta 700 kilómetros por hora.
Lógicamente, el equipo de Hardt no ha logrado que la cápsula alcance estas velocidades endiabladamente rápidas, debido en gran parte al espacio limitado que ofrece este centro de pruebas. Sin embargo, el hecho de que la cápsula pudiera levitar y propulsarse por el túnel durante 100 metros a 30 kilómetros por hora, es todo un logro.
Esto lo explica Roel van de Pas, director comercial de Hardt Hyperloop. En sus palabras, la dificultad radica en probar de forma conjunta todas las funciones del sistema de transporte. "Levitación, propulsión, guía; todas esas funciones las podemos ejecutar como una orquesta haciendo que funcionen juntas", relata el magnate. Esto es, con diferencia, lo más difícil a su juicio.
La empresa relata que la cápsula pudo moverse "suavemente" a través de los primeros 90 metros de la instalación a la velocidad constante de 30 kilómetros, con una aceleración de 0,2 G. Todo ello fue posible gracias a que la infraestructura hyperloop pudo mantener las condiciones de vacío idóneas, que tienen como objetivo una presión de 1 milibar. Una presión que, según Hardt Hyperloop, es la prevista para un futurible sistema hyperloop operativo.
Que el proyecto haya podido superar con éxito su primera prueba determina su viabilidad, y supone un nuevo "avance significativo" en el desarrollo de estas tecnologías. Debido a que la instalación del EHC está abierta para todas las compañías que deseen probar sus tecnologías hyperloop, es de esperar que otras firmas logren resultados similares.