Si los cultivos en tierra firme abrazan sistemas de energía solar o eólica para conseguir electricidad barata y limpia, lo mismo se puede aplicar a las industrias de altamar, como la acuicultura. En España se crían con esta industria desde mejillones, lubinas y hasta doradas. Las olas del mar aspiran a ser una alternativa de igual importancia que el sol o el viento en la generación de electricidad barata, para los hogares y las industrias cercanas.
El balanceo de las olas en el mar sirve de fuente constante para generar electricidad las 24 horas del día, pero debe demostrar que puede hacer frente a las variaciones en el oleaje con cada estación y respetar el paisaje para no chocar de frente con el turismo y mantener el título de sostenible. Con esta intención surgen proyectos como el que se está realizando en la costa australiana.
El proyecto implica el diseño, fabricación, despliegue, operación y mantenimiento y desmantelamiento de un prototipo a escala del M4. El objetivo es demostrar el potencial de la energía undimotriz para impulsar otras industrias como la acuicultura. Una idea similar se ha adoptado en la costa canaria donde la empresa EnerOcean ha instalado su prototipo W2Power formado por dos aerogeneradores que alcanzan los 12 MW de potencia.
Una bisagra como fuente de energía
El proyecto de demostración de energía undimotriz 'Modered MultiMode Multibody' (M4) es el resultado de una colaboración entre el Centro de Investigación de Energía Marina de la Universidad de Australia Occidental y el Centro de Investigación Cooperativa de Economía Azul financiado por la Commonwealth.
El M4 tiene 24 metros de largo y 9,5 metros de ancho. Se trata de un armazón de acero articulado sujeto a cuatro grandes boyas que le mantienen a flote. El armazón tiene la longitud de una ola promedio de King Gerorge Sound para resistir el habitual bamboleo del agua en esta región costera australiana. Una de las claves del proyecto es poder adaptar la central a las olas de cada región, por ello han estudiado la características del oleaje de la localidad en la que se va a instalar.
En el dispositivo M4 (Moored MultiModal Multibody) la electricidad se genera mediante el movimiento de flexión de su bisagra. Esto se consigue con el diseño original que consta de tres flotadores que se sostienen en la superficie. Los dos flotadores delanteros están conectados rígidamente a través de una viga sobre la superficie libre. Mientras, el flotador trasero está conectado rígidamente a una segunda viga, la cual termina en un punto de articulación sobre el flotador central.
Con este diseño, la energía se genera "debido al movimiento angular relativo entre los dos cuerpos", explican. El diseño recuerda a insectos capaces de flotar en el agua como algunas arañas cuyas múltiples patas permiten nivelarse en la superficie ondulante.
El siguiente vídeo muestra el movimiento de un pequeño modelo M4 en una piscina de olas. Las boyas mantienen el armazón a flote, pero se mueven con el impulso de las olas a distinto ritmo, su una mitad sube, la otra baja, por lo que la bisagra debe plegarse para compensar la disparidad de los extremos. Los diámetros de los flotadores aumentan progresivamente con este impulso.
Tras la ceremonia de lanzamiento, el siguiente paso es desplegar la estructura en el mar, donde pasará seis meses, aproximadamente hasta abril de 2025, recopilando datos sobre la energía que puede generar mediante el movimiento de las olas. Este primer prototipo a escala alcanza una potencia máxima de 10 kW. Posteriormente se construirá un modelo aún más grande y se desplegará en alta mar.
Esa misma potencia la ofrecía en España el árbol aerogenerador Soleolico instalado en Santander. Resulta una cifra algo pequeña si se tiene en cuenta el tamaño de esta nueva estructura que va a poder verse desde la costa de Australia. En comparación, la central undimotriz de OceanEnergy instalada en Hawái y escocia puede alcanzar los 1,25 MW con grades dimensiones.
Undimotriz en España
Esta combinación entre energía undimotriz y acuicultura puede tener potencial también en los más de 8.000 kilómetros de costa que rodean a España. Sin embargo, soluciones como la energía undimotriz no han tenido tanta proyección como la solar o la eólica. Esta energía renovable generada con el vaivén de las olas empieza a demostrar su potencial por el mundo con modelos menos invasivos y a recibir más atención en las costas españolas, en los últimos años.
Centrales como las de Eco Wave Power instaladas en Portugal, Gibraltar y la costa española de Baleares también utilizan flotadores y un brazo hidráulico que comprimir y descomprimen pistones hidráulicos para generar energía para 23.000 hogares. sin embargo, mecanismos hay muchos. Diferentes diseños en busca de la solución más eficiente y resistente a la fuerza del mar.
En Valencia, la empresa WEC (Wave Energy Center) propone un plataforma circular flotante, como un inmenso salvavidas o una argolla, se mueve en la superficie del mar atado por varios cables al fondo marino. Según se deja balancear por las olas, los cables se enrollan y desenrollan en el fondo, activando las turbinas que generan la electricidad. Esta central prometía en su instalación unos 130.000 kilovatios al año.