"Nada más poético y terrible que la lucha de los rascacielos con el cielo que los cubre", dejó escrito Federico García Lorca en España tras su viaje a Nueva York. Las inmensas moles de hormigón, vidrio y acero, algunas incluso de madera, forman parte del paisaje habitual de las grandes ciudades y parece haber una carrera internacional por ver quién llega más alto... o más largo, en el caso de The Line, la futurista ciudad lineal de 170 km de largo que se está construyendo en Arabia Saudí.
Aunque el Burj Khalifa sigue siendo el edificio más alto del mundo, con 828 metros y 163 pisos, hay una segunda competición por ver quién construye el rascacielos residencial más elevado. Si finalmente se convierte en realidad, el récord podría pasar a manos de la Torre Senna, una gigantesca construcción destinada a viviendas que superará los 500 metros de altura en Balneário Camboriú, una ciudad del estado de Santa Catarina, al sur de Brasil.
El diseño está inspirado en la figura de Ayrton Senna, el legendario piloto de Fórmula 1 fallecido en 1994 a los 34 años tras un trágico accidente en el premio de San Marino, y lo firma su sobrina Lalalli Senna, artista y directora creativa de Senna Brands, la marca que gestiona el legado del mito del automovilismo.
"La Torre Senna es una obra de arte de proporciones monumentales: un símbolo que nos inspira a tratar de superar nuestras limitaciones y expresar la grandeza que llevamos dentro", señala la artista en un comunicado de prensa compartido por FG Empreendimentos, la promotora detrás del edificio. "La torre tiene esta forma arquitectónica precisamente para simbolizar este viaje heroico de superación de nuestros ideales y la manifestación de nuestro profundo potencial".
El objetivo del diseño es reflejar el "viaje heroico" de Senna, con el eje horizontal representativo de lo "material" y el vertical de "lo celestial e ideal". También se manifiesta con las bandas de luces que recorren la base y la fachada, que conducen hacia el observatorio situado en las plantas superiores, con más luces rodeando la corona y proyectándose hacia el cielo.
Cómo será el rascacielos
Hasta la fecha, el rascacielos residencial más alto del mundo es el Central Park Tower de Nueva York, cuya construcción finalizó en 2020 y alcanza los 472 metros de altura, sólo por debajo del One World Trade Center en el skyline de La Gran Manzana. Así, el único que puede hacer sombra en un futuro a la Torre Senna será el Six Senses Residences Dubai Marina, que una vez finalizado (en 2028 si nada se tuerce) llegará a los los 517 metros.
Tampoco hace falta irse muy lejos para encontrar competencia. La Triumph Tower, con 509 metros de altura, también quiere ser el principal reclamo de Balneário Camboriú, la conocida como "la Dubái brasileña", con sólo 140.000 habitantes pero convertida en un destino de lujo cada vez más pujante en el sur del país carioca.
Aunque el diseño inicial corra a cargo de Lallali Senna, la promotora señaló a la ingeniera brasileña Stéphane Domeneghini como responsable técnica del proyecto. Ella ha sido la encargada de dar forma a un edificio con 228 unidades residenciales, entre ellas 18 "mansiones flotantes", 204 apartamentos, cuatro áticos dúplex y dos "mega áticos tríplex", con un espacio interior de 903 metros cuadrados cada uno.
En las seis plantas inferiores está previsto que la Torre Senna albergue zonas de entretenimiento, ocio y restauración, además de una azotea de 6.000 metros cuadrados para uso de los residentes. En la base, donde una parte de la fachada se desliza hacia delante para crear una serie de terrazas cubiertas de piscinas y jardines, también habrá espacio para un museo inmersivo como homenaje a la carrera y la vida de Ayrton Senna. Ni siquiera faltará un circuito de carreras rodeando el edificio a pie de calle.
Se desconocen detalles arquitectónicos sobre los materiales y técnicas constructivas previstas, pero según el promotor, el proyecto tratará de conseguir la certificación LEED Platino, lo que lo convertiría en el "primer edificio residencial de gran altura" en lograrlo.
Este título proporciona "un marco para edificios ecológicos sanos, altamente eficientes y que ahorran costes, lo que ofrece ventajas medioambientales, sociales y de gobernanza", en palabras del Consejo de la Construcción Ecológica de EEUU, la organización que los concede a nivel internacional.
Amortiguador de masa
La Torre Senna también pretende convertirse en el primer edificio de América Latina en utilizar un amortiguador de masa sintonizada (TMD), que reduce las vibraciones en edificios en altura. Es un sistema que pudimos ver en acción en 2022, cuando evitó que un rascacielos de Taiwán colapsara tras un fuerte seísmo.
En este caso, el TMD se encargará principalmente de reducir las oscilaciones del edificio causadas por el viento. "Funciona como un contrapeso que se mueve de forma controlada para minimizar las oscilaciones del edificio, mejorando el confort de los residentes, especialmente en las plantas superiores", señalan los promotores.
El edificio ya cuenta con la aprobación del ayuntamiento de Balneário Camboriú y de los organismos locales de planificación Estudo de Impacto de Vizinhança (EIV) y Licença de Implantação Ambiental (LAI), y su presupuesto compite con su altura: 3.000 millones de reales brasileños, unos 490 millones de euros al cambio. Si no surge ningún imprevisto, el inicio de las obras está previsto para el segundo semestre de 2025.
"Este es nuestro compromiso: transformar un concepto intangible extraordinario en algo real y atemporal, dejando un legado más allá de nuestra generación, perpetuando el mensaje para el futuro", declaró el presidente de FG Empreendimentos, Jean Graciola. "Para lograrlo, estamos involucrando a los principales nombres mundiales de la arquitectura y la ingeniería, garantizando la excelencia en una estructura de más de 500 metros de altura, que será el edificio residencial más alto del mundo".