España ha sufrido en múltiples ocasiones el azote de los ciberdelincuentes y hackers de todo el mundo, pero Estados Unidos está siendo el principal objetivo. Ya hay alertas en el país por la intrusión de hackers chinos que han llegado a poner en jaque su sistema sanitario al completo. El FBI acaba de informar de un ciberataque a la infraestructura de telecomunicaciones de Estados Unidos por parte de estos atacantes chinos.
Así lo ha revelado una declaración conjunta entre el FBI y la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA) de los Estados Unidos. Ambas entidades están llevando a cabo una investigación acerca de una serie de ataques destinados a la "infraestructura de telecomunicaciones comerciales", que han conseguido comprometer algunas de las redes más importantes de las principales empresas del sector, y que se anunciaron el pasado mes de octubre.
Estos ataques han surtido efecto, con uno de los peores resultados posibles. En palabras del FBI, los hackers chinos habrían conseguido robar datos de registros de llamadas de clientes. No solo eso; habrían conseguido vulnerar la red de comunicaciones privadas de políticos, accediendo a las interacciones de un "número limitado de personas que participan principalmente en actividades gubernamentales o políticas".
El FBI alerta de ataques chinos
A principios de octubre, el medio Wall Street Journal aseguró que las compañías de telecomunicaciones más importantes de Estados Unidos, tales como Verizon o AT&T habían sufrido ataques cibernéticos por parte de hackers experimentados. En aquel momento, ya se supo que los ciberdelincuentes habían accedido a los sistemas del ejecutivo americano usados para realizar escuchas telefónicas autorizadas.
Fuentes del WSJ explicaron que los hackers en cuestión pertenecían a un grupo bautizado como 'Salt Typhoon' o variantes, como Volt Typhoon, y que realizaban labores de inteligencia para las autoridades chinas. El ataque habría brindado al grupo acceso durante meses a la infraestructura de red usada por estas empresas para cooperar con las solicitudes legales de datos de comunicaciones autorizadas por tribunales estadounidenses.
Siguiendo esta investigación, el FBI ha descubierto que se han vulnerado las comunicaciones privadas de usuarios pertenecientes a las cúpulas políticas y gubernamentales de Estados Unidos. También se habría llevado a cabo "la copia de determinada información que estaba sujeta a solicitudes de las fuerzas de seguridad de Estados Unidos en virtud de órdenes judiciales".
En este contexto, los ciberdelincuentes se dirigieron a los dispositivos de estas personalidades políticas para acceder a su información. Concretamente, los objetivos incluyeron los teléfonos del actual presidente electo Donald Trump, su compañero JD Vance y algunos miembros tanto de la propia familia del candidato como del personal de sus rivales en el bando democrático, bajo el mando de Kamala Harris, relató el WSJ.
En estos momentos, tanto el FBI como la CISA están prestando soporte a las empresas en forma de asistencia técnica, "compartiendo rápidamente información para ayudar a otras posibles víctimas y trabajando para fortalecer las defensas cibernéticas en todo el sector de las comunicaciones comerciales". Añaden por otro lado que su comprensión acerca de estos ataques aumentará "a medida que avance la investigación".
La naturaleza y objetivos del ataque suponen un importante riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos, especialmente después de que varias fuentes señalasen que estos piratas informáticos habían conseguido acceder a otros tramos del tráfico de Internet del país. Está por ver qué alcance real tienen las consecuencias de dicha vulneración.
Sin embargo, desde China desmintieron categóricamente esta situación. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Lin Jian, ya explicó que China "no tiene interés en interferir en los asuntos internos de otros países del ciberespacio". Calificaron la información como falsa, y aludieron a la difusión de desinformación "relacionada con China debido a una agenda política".
A mediados de octubre, el Centro Nacional de Respuesta a Emergencias de Virus Informáticos de China negó las acusaciones y las catalogaron como "farsa política". El mismo Ministerio de Lin Jian detalló en aquel entonces que a su juicio, China había "urdido una narrativa falsa" para inculpar al país asiático en situaciones similares ocurridas en el pasado.