El revolucionario invento de un joven estudiante para mejorar las predicciones meteorológicas
- La agencia de meteorología de Suiza ya está probando sus radiosondas reutilizables capaces de volver al punto desde el que fueron lanzadas.
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Aunque existen complejos sistemas como el Meteosat, el satélite con firma española para pronosticar el tiempo, las predicciones de la Aemet, claves en situaciones extremas como la que hemos vivido recientemente en España con la DANA, también dependen de las radiosondas. Más de medio millón de estos dispositivos se lanzan atados a globos meteorológicos cada año en todo el mundo, pero de ellos el 80% se pierden para siempre. Desde hace años, un joven estudiante suizo trabaja en un nuevo tipo de radiosonda capaz de volver al punto desde donde fue lanzada o aterrizar en un lugar preseleccionado.
Con 15 años, cuando todavía cursaba secundaria en Grenoble (Suiza), Yohan Hadji empezó a diseñar un paracaídas guiado para hacer posible la recuperación y reutilización de las radiosondas. Un lustro después, ya como estudiante del máster de microingeniería de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), Hadji ha desarrollado R2Home, un planeador equipado con un sistema de guía con sensores, GPS y un algoritmo capaz de calcular la velocidad del viento.
El invento es tan prometedor que la Oficina Federal de Meteorología y Climatología de Suiza (también conocida como MeteoSwiss, el equivalente suizo de la Aemet) ya está realizando pruebas con él. De hecho, según desvela el propio inventor en el blog de la EPFL, el aparato también ha llamado la atención de las oficinas meteorológicas de países como Francia, Reino Unido, Alemania, Croacia y Canadá.
Radiosondas meteorológicas
Según datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), 1.300 estaciones meteorológicas distribuidas por todo el mundo liberan al menos dos radiosondas diarias de un único uso, generando una gran cantidad de residuos electrónicos y de plástico. Este desperdicio tiene un gran impacto medioambiental y económico, valorado en unos 100 millones de dólares al año.
Atados a globos meteorológicos inflados con hidrógeno, estos instrumentos de medición están diseñados para ascender hacia la estratosfera mientras recogen datos sobre la temperatura, la humedad, la presión, la velocidad y la dirección del viento. Con toda esa información, las agencias de meteorología pueden realizar previsiones y modelos climáticos más precisos, que se complementan con los datos procedentes de satélites.
Alcanzada una altitud cercana a los 35.000 metros, la presión atmosférica es tan baja que provoca que los globos estallen, dejando caer las radiosondas. En su viaje de vuelta, las rachas de viento pueden empujarlas a distancias de decenas o cientos de km, por lo que en la mayoría de los casos son irrecuperables.
Por ejemplo, en 2024 una radiosonda lanzada en La Coruña batió todos los récords cayendo sobre el Mediterráneo a una distancia de casi 1.200 km. Incluso en un país como Suiza, que con un 75% es el líder mundial en recuperación de estos artilugios, menos del 1% vuelven a utilizarse.
Y es que ni siquiera la gran comunidad suiza de cazadores de radiosondas, de la que Hadji se declara miembro activo, puede ser tan rápida en la localización como para evitar que los delicados sensores de estos dispositivos se estropeen al pasar días, semanas o meses a la intemperie. "Mi dispositivo puede ayudar a que esto no ocurra, de modo que las radiosondas puedan utilizarse en numerosos vuelos", sostiene Hadji.
Cómo funcionan
A diferencia de las radiosondas compactas que simplemente se atan a los globos meteorológicos y están diseñadas como elementos desechables, el dispositivo diseñado por Hadji es un pequeño planeador fabricado con espuma de polietileno que, además de la sonda, alberga un conjunto de componentes electrónicos.
Tiene una envergadura de ala a ala de 90 cm y un peso de tan sólo 250 gramos, por lo que se sigue considerando como una radiosonda convencional por la FOCA, la Oficina Federal Suiza de Aviación Civil, algo fundamental para poder operar sin necesidad de un permiso especial.
El funcionamiento es similar, con un globo como encargado de llevar el R2Home a la estratosfera para que recopile y transmita datos meteorológicos durante el trayecto. Pero, a diferencia de las radiosondas convencionales, el artilugio diseñado por Hadji se suelta del globo a una altitud predeterminada y, gracias a su forma, es capaz de planear de regreso a la Tierra.
Gracias a una combinación de GPS y de las lecturas de la velocidad del viento (en algunos casos superiores a los 200 km/h) tomadas durante el ascenso, el R2Home puede volver al punto de despegue o a otro lugar preseleccionado, por lo que su recuperación es inmediata y la posibilidad de reutilización aumenta drásticamente. De alguna manera, y a una escala mucho menor, es similar a lo que ha hecho SpaceX con los cohetes reutilizables, una idea que ahora quieren replicar en China y Europa.
El invento demuestra la precocidad y tenacidad de Hadji, que lo presentó a varios meteorólogos y expertos de la FOCA. Sorprendidos por la idea y los resultados preliminares en las simulaciones, la autoridad civil que controla el tráfico aéreo en Suiza dio su visto bueno a los primeros vuelos de prueba en condiciones reales. Desde entonces, el estudiante ha podido lanzar sus prototipos cerca de 60 veces, incluso desde la estación meteorológica de Payerne de MeteoSwiss.
En todos los casos, el R2Home volvió sin mayores problemas a la ubicación designada, con un error máximo de sólo 15 metros. Según Yves-Alain Roulet, jefe de la división de Tecnología de Medición de MeteoSwiss, "los primeros resultados son muy prometedores. Ahora tenemos que probar el rendimiento del sistema en condiciones meteorológicas más complicadas".
A falta de comprobar cómo funciona en otros climas y latitudes, el futuro de esta iniciativa parece asegurado. Hadji tampoco descarta volver a su idea inicial, la de fijar la radiosonda a paracaídas en vez de a planeadores de espuma, lo que permitiría llevar a la estratosfera "cargas útiles más pesadas y caras".