El robot que jubilará a los albañiles: 'moldea' el hormigón para levantar edificios más resistentes y un 85% más rápido
- Conit Runner es un pequeño robot de 10 kg que realiza surcos en el hormigón fresco para mejorar la integridad estructural de las cimentaciones.
- Más información: El hormigón que cambiará la construcción: es un 30% más fuerte gracias a este popular ingrediente
La robótica está alcanzando un nivel de sofisticación que hasta hace poco parecía imposible. Es algo que va mucho más allá de los robots aspiradores con tanto éxito en España o incluso las máquinas humanoides que ya disparan la productividad en fábricas, como el Figure 02 y su contribución a las factorías de BMW. Los robots tienen un papel cada vez más importante en sectores como la construcción, ya sea colocando 500 ladrillos por hora para construir una casa al día o trabajando como un enjambre en viviendas prefabricadas mucho más baratas.
El trabajo con el hormigón para la cimentación de los edificios es fundamental para distribuir el peso de forma uniforme, prevenir daños estructurales y proporcionar una base sólida y duradera. En eso también puede contribuir la robótica, como intenta demostrar la compañía coreana Itone y la constructora Posco E&C con Conit Runner. Este robot autónomo se encarga de pasar por encima del hormigón fresco para dejar finas estrías a lo largo de su superficie, lo que permite construir rápidamente estructuras más resistentes y baratas.
Con sus ruedas dentadas y gracias a sus sensores, el Conit Runner es capaz de navegar de forma autónoma en los complejos entornos de un edificio en construcción, igualando la productividad de 8 trabajadores humanos. Es un paso más hacia la automatización del sector y una innovación tan necesaria como la de las casas de hormigón que se inflan y se construyen 3 veces más rápido.
Trabajando con hormigón
La mayoría de edificios en España y en el resto del mundo se construyen con hormigón armado. En este método es fundamental la ferralla, las barras de hierro corrugado que se unen entre sí formando estructuras metálicas, y que permiten reforzar la estructura para que sea más resistente y duradera.
El problema puede surgir con el vertido del hormigón. En caso de que componga una sola capa demasiado gruesa, los fallos empezarán a dar la cara con la aparición de grietas a medida que se seca. Para evitarlo, el hormigón se suele verter en capas, según se va fraguando la de abajo se dispone una nueva encima.
Para aumentar la resistencia al cizallamiento, es decir, que esas capas se deslicen de forma horizontal en direcciones opuestas, se utilizan barras corrugadas de refuerzo con orientación vertical para atravesar todas las capas. Pero estas barras son caras y pesadas, y para evitar su uso excesivo, los obreros se encargan de realizar de forma manual hileras de surcos en cada capa. Al proporcionar más superficie de contacto se necesita menos ferralla, lo que aligera la estructura, pero requiere de un esfuerzo extra por parte de los trabajadores.
Para optimizar este sistema de construcción, Itone ha diseñado y fabricado Conit Runner, un robot que "mejora la calidad de las hendiduras y garantiza la seguridad de los trabajadores con un beneficio tanto medioambiental como económico", según el vídeo que han compartido en su canal de YouTube.
Con unas dimensiones de 40 x 50 x 25 cm y 10 kg de peso, el robot dispone de unas ruedas especiales para hacer los surcos de 6 mm directamente en la superficie del hormigón fresco sin quedarse atascado. Guiado gracias a un modelo en 3D del espacio de construcción, el Conit Runner se desplaza a una velocidad máxima de 16 km/h
Para poder navegar de forma autónoma en obras complejas con obstáculos como las propias barras metálicas de refuerzo, el dispositivo dispone de la última tecnología. Al sensor para medir la dureza del hormigón, fundamental para estimar si está lo suficientemente duro como para aguantar su peso, añade sensores de ultrasonidos, cámaras, una unidad de medición inercial (IMU) y el LiDAR, un sensor que emite pulsos láser y mide el tiempo que tardan en volver para calcular distancias.
En los primeros proyectos piloto realizados con Conit Runner, la compañía surcoreana ha comprobado que la necesidad de ferralla disminuye hasta en un 30%, mientras el tiempo para tener las cimentaciones terminadas se acelera en un 85%. De momento, el robot no está disponible comercialmente, pero ya levanta grandes expectativas. El mejor ejemplo es el sello de aprobación que supone haber sido seleccionado por la feria CES 2025 en el área de robótica por ser "una herramienta esencial para los proyectos de construcción modernos centrados en la eficiencia y la seguridad".
Robots constructores
En los últimos años, la llegada de los robots al sector de la construcción es una constante, aunque su implementación a gran escala todavía es lenta. Estas máquinas permiten ahorrar tiempo y cubren la escasez de mano de obra, realizando tareas repetitivas con muy poca o ninguna intervención humana.
Uno de los avances más recientes en este campo es una nueva máquina autónoma y dotada con inteligencia artificial que pone 100 ladrillos por hora con la misma precisión que un albañil. Es una creación de la compañía neerlandesa Monumental, que combina dos tipos de robots: un carrito autónomo que transporta cargas pesadas, como pueden ser los propios materiales de construcción, y otro con pequeñas grúas capaz de colocar los ladrillos y el mortero.
Los robots de Monumental están equipados con cámaras, sensores avanzados, IA y visión por ordenador de última generación, lo que les permite colocar estos materiales en muros industriales y residenciales con gran precisión y eficiencia.
"Dependiendo del tipo de muro, los robots actualmente están colocando entre 60 y 100 ladrillos por hora, una cifra similar a la de un albañil humano", explicó en su día el CEO de Monumental a EL ESPAÑOL - Omicrono. El directivo también resaltó que su objetivo "no es aumentar significativamente la velocidad, sino mantener los robots pequeños y baratos para poder desplegar grandes cantidades de ellos cuando sea necesario".