Neuralink, la empresa de neurotecnología del magnate Elon Musk, quiere seguir avanzando en su tecnología. En enero de este año la firma llevó a cabo la primera prueba en humanos de su polémico implante cerebral, que ha dado de qué hablar en España y todo el mundo; y poco después se puso a buscar a un segundo voluntario. Ahora la compañía ya está lista para dar el siguiente paso: probará si su implante cerebral puede controlar un brazo robótico.
A través de una publicación en X, red social conocida antiguamente como Twitter, Neuralink ha anunciado que está a punto de empezar a probar una tecnología que podría permitir a una persona con parálisis controlar un brazo robótico usando tan sólo el pensamiento.
"Nos complace anunciar la aprobación y el lanzamiento de un nuevo ensayo de viabilidad para ampliar el control de la interfaz cerebro-ordenador (BCI) mediante el implante N1 a un brazo robótico de asistencia de investigación. Se trata de un primer paso importante para recuperar no sólo la libertad digital, sino también la física", ha indicado la compañía.
Por el momento Neuralink no ha ofrecido más detalles, ya que simplemente ha anunciado que comenzará a probar esta tecnología y más adelante dará información al respecto. Cabe recordar que la compañía de Elon Musk ha estado desarrollando una interfaz cerebro-ordenador (BCI) desde su fundación en el año 2016 y, tras realizar ensayos en animales, implantó con éxito su chip en un voluntario humano a principios de este curso.
En el mes de abril, dos meses después de la operación, el propio Elon Musk compartió en X (Twitter) un vídeo en el que se podía ver al primer paciente con su chip, Noland Arbaugh, jugando al ajedrez y a videojuegos en un ordenador usando su mente. Y aunque todo parecía ir como la seda, en mayo se conoció que esta tecnología presentó una serie de problemas tras la primera cirugía; algo que se acabó solucionando. Neuralink reveló en agosto que había implantado su chip cerebral a un segundo voluntario, y tiene previstas otras ocho pruebas en los próximos meses.
Además de ello, la empresa de Musk también quiere ampliar el uso de esta tecnología con el objetivo de comprobar su eficacia en el control de un dispositivo externo, como un brazo robótico, que, en caso de tener éxito, podría proporcionar un nuevo nivel de independencia a las personas con parálisis. Un chip que se coloca quirúrgicamente mediante un robot en una parte del cerebro que controla la intención de movimiento.
En cuanto al funcionamiento del chip cerebral, que cosméticamente es invisible, una vez implantado es totalmente capaz de registrar y transmitir señales cerebrales de forma inalámbrica a una aplicación que descodifica la intención de movimiento. Por ahora la misión de Nueralink con los voluntarios es la de evaluar la seguridad de su implante y la eficacia del robot quirúrgico.