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La lluvia no da tregua. En las últimas semanas, España ha experimentado un episodio de precipitaciones continuas debido a la borrasca Jana, que ha provocado diez días consecutivos de precipitaciones en todo el país e inundaciones como las que han afectado a decenas de localidades. La AEMET ha confirmado el peor de los pronósticos, y se prevé que estas condiciones persistan durante al menos una semana más. Uno de los efectos más habituales de estas precipitaciones continuadas es la aparición de goteras, filtraciones y humedades en edificios y viviendas.

Aunque el mal ya está hecho, y se aconseja recurrir a personal especializado para reparar los daños, existen soluciones efectivas para proteger las estructuras contra la humedad. Algunas de ellas aprovechan los avances en nanotecnología para proporcionar una solución asequible y duradera a este problema. Es el caso del impermeabilizante Nanoflex, de la compañía mexicana Impershield, que también protege frente al salitre y los hongos.

Este recubrimiento utiliza partículas diminutas, a escala nanométrica, para proteger distintos tipos de superficies de manera profunda y duradera, sin recurrir a las capas gruesas de los métodos más tradicionales. Lo que hace especial a esta tecnología es su capacidad para introducirse en los poros de materiales como el hormigón, el ladrillo, la piedra natural o incluso la madera. Nanoflex forma una barrera que repele el agua sin asfixiar la superficie, dejando que el vapor escape y evitando que la humedad quede atrapada dentro.

Cómo se usa

Pensemos en un tejado de tejas en una casa de pueblo o en una fachada expuesta al viento y la lluvia: aplicando Nanoflex con un pulverizador, una brocha o un rodillo, las nanopartículas se encargan de crear una capa protectora que mantiene el agua apartada, incluso en grietas pequeñas o zonas desgastadas por el tiempo.

No se trata solo de evitar que la lluvia se cuele, sino también de reducir la aparición de musgo o suciedad que suele surgir en lugares húmedos. Quienes viven en regiones como Galicia o Asturias saben que este problema puede ser todo un quebradero de cabeza. Además, en espacios interiores como sótanos o garajes, donde la condensación puede dejar marcas de moho, esta solución ayuda a mantener las paredes secas sin necesidad de complicadas y caras reformas.

Nanoflex, la solución para impermeabilizar edificios

Uno de los aspectos más interesantes es que no hace falta ser un experto para usarlo: basta con limpiar bien la superficie, asegurarse de que esté seca y aplicarlo en un día sin lluvia, dejando que repose unas 24 horas. Una sola aplicación puede aguantar años, incluso hasta una década si las condiciones no son extremas.

Más allá de la protección contra el agua, Nanoflex también facilita que las superficies se mantengan más limpias. El producto se vende en tiendas especializadas o por internet, en envases que van desde un litro hasta bidones más grandes, y su precio se sitúa entre los 20 y 30 euros por litro, dependiendo de la cantidad.

Además de su alto rendimiento para hacer frente a las goteras, su tecnología termorreflectante permite la creación de cubiertas frías, reduciendo la absorción de calor y ayudando a mitigar el efecto isla de calor en entornos urbanos, lo que reduce el gasto en aire acondicionado en los meses de verano.

Además, al no usar solventes agresivos, es una solución que no contamina y es respetuosa con el entorno. Eso sí, hay que tener en cuenta que tampoco es una varita mágica capaz de arreglar cualquier desperfecto. Hay que aplicarlo bien y en el momento adecuado, pero para quienes buscan una manera práctica de proteger su casa frente a la humedad sin complicarse demasiado, esta tecnología ofrece una alternativa que merece la pena considerar.

Otra solución

En el mercado hay cada vez más opciones de este tipo, algunas de ellas muy especializadas. Una de las más eficaces es Imper PU Antigoteras de la empresa valenciana Isaval, un revestimiento elástico a base de poliuretano en dispersión acuosa, diseñado para evitar filtraciones y garantizar una protección duradera en exteriores.

Su fórmula le otorga una gran elasticidad, lo que le permite adaptarse a las dilataciones y contracciones naturales de los materiales sin agrietarse, un factor clave en la impermeabilización de cubiertas y terrazas. Este producto ha sido desarrollado para su aplicación en superficies de mortero, fachadas, azoteas y medianeras, donde las grietas finas pueden convertirse en vías de entrada para la humedad. A imagen y semejanza de Nanoflex, esta solución también refleja el calor, aislando mejor los edificios y contribuyendo a la reducción del consumo energético.

Un pintor cubriendo con pintura las humedades de una pared Freepik Omicrono

Para su correcta aplicación, la superficie debe estar limpia y seca. En primer lugar, se necesita una capa de imprimación con el producto diluido al 40% con agua para optimizar su adherencia. Posteriormente, se pueden aplicar una o dos capas adicionales con un consumo total estimado de entre 1 y 1,5 litros por metro cuadrado, dependiendo del grado de absorción del material.

El secado al tacto se produce en aproximadamente 60 minutos y el repintado puede realizarse tras cuatro horas, alcanzando la curación total entre 20 y 30 días, según las condiciones ambientales. Como sucedía con Nanoflex, el fabricante recomienda no aplicarlo si está lloviendo y esperar a que la superficie se seque completamente.

Además de esta capa exterior, las pinturas impermeabilizantes de interior Isaval refuerzan la protección frente a la aparición de cualquier tipo de humedad o gotera, para garantizar hasta 25 años de vida útil. La adherencia a los materiales más comunes de construcción puede ser decisiva a la hora de hacer frente a temporadas tan lluviosas como la que estamos viviendo en España estos días.