Qué es la inteligencia artificial y por qué todo el mundo está hablando sin parar de ella
Aunque la IA no es nueva, está adquiriendo cada vez más protagonismo. Sobre todo, a raíz del nuevo modelo de lenguaje artificial ChatGPT.
12 abril, 2023 13:32Noticias relacionadas
La tecnología de inteligencia artificial (IA), concretamente el ChatGPT, se ha vuelto accesible también en España. El propósito de la IA es desarrollar métodos y algoritmos que permitan a las computadoras y ordenadores reproducir conocimientos y procedimientos humanos: lo que se ha venido a llamar un comportamiento inteligente. En ese marco ha aparecido ChatGPT, la nueva herramienta de IA capaz de generar texto y, muy probablemente, de revolucionar progresivamente la forma en que vivimos.
Es esa pretensión la que está generando inquietud y temor entre aquellos que, sospechan, podrían acabar siendo sustituidos por una máquina o un puñado de algoritmos. Según Goldman Sachs, uno de los grupos de banca de inversión más grandes del mundo, el futuro laboral de al menos 300 millones de personas sufrirá el impacto de estos nuevos sistemas.
¿Se nos ha ido de las manos la IA? ¿Es pronto para responder a esta pregunta? Lo que sí está claro es que las gigantes tecnológicas han comenzado a despedir sin pudor a miles de trabajadores mientras redoblan su inversión en IA. Entre ellas se encuentran Google, Alphabet, Amazon, Microsoft, Twitter...
Qué es ChatGPT y cómo usarlo gratis
Lo sugiere el nombre. ChatGPT es un sistema de chat con IA qué está dejando boquiabiertas a miles de personas de todo el mundo por su capacidad para responder a cualquier pregunta o consulta que le plantees. La máquina responde de forma casi automática puesto que usa información actualizada.
[Pódcast: En La Sabana | ChatGPT: ¿Inteligencia Artificial o artificiosa?]
En realidad, está entrenada para facilitar conversaciones con cualquier internauta. Un objetivo tan aparentemente inocente implica abrir la puerta a muchas funciones de ChatGPT. El modelo de lenguaje por IA GPT-3, desarrollado por la empresa OpenAI, cuenta con más de 175 millones de parámetros e ingentes cantidades de texto para realizar tareas relacionadas con el lenguaje, desde traducir hasta generar texto. El sistema, a base de correcciones, va entrenándose para realizar de manera automática las tareas para las que fue diseñada.
[¿Qué es la Inteligencia Artificial y cuáles son sus diferentes tipos?
Para usar y probar ChatGPT, o sacar provecho de esta herramienta de forma gratuita, debemos acudir a la página web de OpenAI, abrir una cuenta aportando el teléfono móvil y, una vez registrados, clicar en la pestaña Playground. Sólo entonces el programa permitirá empezar a experimentar con este tipo de IA.
Cómo utilizar la IA en la vida cotidiana
En realidad, la IA ya forma parte de nuestra vida cotidiana en mayor o menor medida: a través de nuestros smartphones, por ejemplo, pero también con los asistentes de voz, como Siri o Alexa; las redes sociales; el método predictivo del buscador de Google; las recomendaciones de vendedores en línea como Amazon; los chatbots de atención al cliente; los sistemas de navegación tanto de Google como de Apple Maps o la automatización del hogar con la implantación creciente del internet de las cosas.
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Son herramientas que facilitan y acomodan muchas tareas del día a día. Sin embargo, comportan también ciertos riesgos que tienen que ver con la privacidad digital y la capacidad, cada vez menor, para gestionar nuestra huella digital.
[MªJesús López, fundadora y CMO de YouForget.Me: "Debemos tomar control de nuestra huella digital"]
Resulta que los datos personales más sensibles son precisamente los más caros y los que proliferan más en internet: biomédicos, sobre el origen étnico, inclinación política, sexual, religiosa... La protección y el control de los datos personales en internet es una preocupación que forma parte de los llamados Derechos Humanos de cuarta generación.
Qué tipos de inteligencia artificial hay
La IA se clasifica en función del nivel de complejidad: en la base de la pirámide se situaría la IA específica y en la cúspide la general. La primera de ellas es la que se encarga de hacer tareas específicas, relativamente sencillas, como recomendar canciones en las aplicaciones móviles en función de nuestros gustos. Entienden el lenguaje y se adaptan a condiciones cambiantes. En cambio, la segunda depende de reunir grandes cantidades de datos, catalogarlos y crear redes neuronales cada vez más grandes.
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Pero hay un campo en expansión en la IA que trata de crear agentes que desarrollen habilidades inteligentes al interactuar con su entorno a través de estímulos sensoriales. Hacer de la máquina un humanoide. De hecho, según la clasificación que aporta el investigador Arend Hintze de la IA, en la cúspide de la pirámide se encuentran las máquinas con autoconciencia, que de momento sólo se pueden ver en las películas de ciencia ficción. Les seguirían las máquinas con teoría de la mente, con capacidad de tener conciencia de las diferencias existentes entre el punto de vista personal y el de los demás: una IA que tampoco existe todavía.
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En un tercer nivel se encontrarían las máquinas de memoria limitada, que logran utilizar las experiencias pasadas para tomar decisiones. Es una tecnología que, por ejemplo, aplican ciertos coches autónomos: responden al semáforo, reaccionan a las curvas de la carretera, a los obstáculos en la calzada, etc. Por último, las máquinas reactivas, el sistema más básico de IA que, por no contar con la capacidad de recordar, tampoco puede tomar decisiones en base a esos recuerdos.
El origen de la Inteligencia Artificial
Al contrario de lo que se suele pensar, su origen se remonta al año 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, a través de la neurocibernética. El trabajo teórico del neurólogo Warren McCullogh y el neurocientífico Walter Pitts, ambos estadounidenses, fue el primer intento de formular matemáticamente el comportamiento de una neurona.
Sin saberlo, estaban sentando las bases de lo que hoy conocemos como redes neuronales artificiales y el Deep Learning, una de las bases de la IA por su capacidad de clasificar, reconocer, detectar y describir. Es decir, por su capacidad para entender.
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Esta capacidad es la que ha ido perfeccionándose con el tiempo y en los últimos años, de forma que en la actualidad nos encontramos con cada vez más máquinas programadas para actuar como lo haría la mente de un ser humano.