El ESPAÑOL completa hoy su oferta editorial con la puesta en marcha de su periódico electrónico para suscriptores. Es un producto absolutamente novedoso, diseñado para dispositivos móviles, que convivirá con nuestra web. Ha sido concebido de la mano de la última tecnología para que los lectores disfruten de una experiencia única al recorrer sus páginas, desplazándose por ellas como quien realiza un viaje. No es exagerado ni pecar de inmodestia afirmar que EL ESPAÑOL es así el primer periódico del futuro.
Si hemos querido ser exquisitos en su formato no lo hemos sido menos en el contenido. El lector puede encontrar hoy un ejemplo de lo que podrá leer a partir de ahora: exclusivas, periodismo riguroso e historias bien contadas, donde la imagen juega un papel primordial.
Somos conscientes de que EL ESPAÑOL nace en una coyuntura problemática para el país, con un desafío rupturista inaudito, producto, en buena medida, de la ausencia de un proyecto atractivo común. Nuestro empeño es contribuir a que España sea mejor haciendo el mejor periodismo.
El pronóstico electoral que hoy publicamos refleja la inclinación de la sociedad hacia un cambio. El estudio, hecho a partir de 15.000 simulaciones y con una metodología propia a partir de decenas de encuestas y series históricas, indica que, a día de hoy, y dado que es impensable un pacto PP-PSOE o una triple alianza PSOE-Ciudadanos-Podemos, sólo un acuerdo entre el PP y Ciudadanos sumaría los 176 escaños que otorgan la mayoría absoluta.
Lo que es seguro es que se consolidan en el mapa político español cuatro fuerzas, que se acaban el bipartidismo y las mayorías absolutas de uno solo, y que Albert Rivera será clave en cualquier movimiento a la hora de formar mayorías estables.
El próximo Gobierno tendrá que hacer frente a la política rupturista de la Generalitat, el gran desafío -junto a la situación económica- de la próxima legislatura. Artur Mas ha vuelto a redoblar su pulso al convocar 20 plazas de funcionarios que pasarían a engrosar lo que pretende que sea la Hacienda propia catalana. Por eso resulta acertada la rectificación de Rajoy al convocar también a La Moncloa a Rivera y a Pablo Iglesias para abordar el problema soberanista, después de que escenificara su disposición al diálogo y a sumar fuerzas sólo con Pedro Sánchez.
La crisis de España es, pese a todo, una oportunidad para enderezar su rumbo, como es un alarde de esperanza que, en medio de la crisis que sufre hoy el periodismo a todos los niveles, haya surgido un periódico nuevo y diferente como EL ESPAÑOL.