El ataque de este viernes en Mali, sólo una semana después de los atentados de París y Beirut, confirma el aumento del alcance y capacidad mortífera de las acciones islamistas. Al Qaeda, Estado Islámico, Boko Haram... la amenaza adopta distintos nombres pero es la misma y va dirigida contra cualquier grupo o país al que se considera enemigo del islam, tal y como lo interpretan los yihadistas.
En lo que va de año, los atentados se han multiplicado a lo largo de todo el mundo. El avión ruso en Egipto, los ataques a hoteles en las playas de Túnez, la matanza en la Universidad de Garissa (Kenia), la carnicería de Charlie Hebdo... Y antes ha habido acciones terroristas en medio planeta: de Estados Unidos a España, de Indonesia a Londres, de Bombai a Moscú y, por supuesto, en Siria e Irak y toda el área limítrofe, zona en la que el Estado Islámico se ha hecho fuerte.
Varios frentes y un campo de batalla
Cuando el presidente francés, François Hollande, afirmaba tras el 13-N "estamos en guerra", estaba describiendo fielmente la realidad. No se trata de una guerra convencional, contra el ejército de un país, pero es un conflicto que tiene varios frentes y, uno, ha de resolverse en el campo de batalla. Porque antes o después se tendrá que atacar sobre el terreno el centro de operaciones, de comunicaciones y de reclutamiento del EI. La constatación de que estos grupos pueden tener acceso a armas químicas es un motivo más para actuar.
Hoy desvelamos en EL ESPAÑOL las técnicas de captación de yihadistas. Pese a tratarse de una ideológía retrógrada, sus impulsores utilizan técnicas modernas para conseguir adeptos a través de las redes sociales y prometen una vida de placeres sensuales, en la que no faltan chicas, coches, dinero y un eslogan a lo James Bond: "Sólo se muere una vez".
La realidad es que hoy, en los barrios marginales de las grandes ciudades europeas, hay una minoría que se siente atraída por esta llamada de la yihad. De hecho, son centenares los europeos que han ido estos años a combatir como voluntarios a Siria e Irak. Por otra parte, hemos desvelado en estas páginas cómo familias musulmanas instaladas en Cataluña están enviando a sus hijos a madrasas de sus países de origen, de las que vuelven radicalizados.
Transformará Europa en los próximos años
Todo ello habla de la compejidad del problema. Por eso, aunque Francia y Rusia han aumentado sus bombardeos en Siria, y aunque Estados Unidos está haciendo lo propo en Irak, harán falta otras actuaciones. La amenaza yihadista va a transformar Europa en los próximos años. Ya se habla del edurecimiento de la legislación penal, de las restricciones a la movilidad y al tránsito de personas, y del mayor control de las fronteras. La UE, arrastrada por los acontecimientos, se plantea en serio la creación de un Ejército europeo que permita una política de defensa común.
La guerra mundial que plantea el yihadismo obliga a que la comunidad internacional se una y coordine sus acciones. Sus ataques golpean a ciudadanos inocentes, pero también se dirigen contra los valores de la civilización occidental, que encuentra en el respeto a la persona y los derechos humanos su razón de ser.