La controvertida relación entre el empresario Juan Miguel Villar Mir y Mariano Rajoy ha vuelto a salir a la luz en otras dos causas judiciales sobre escándalos de corrupción ligados al PP.
Si el nombre del presidente de OHL ya apareció durante la instrucción de los papeles de Bárcenas, ahora sus vínculos con Génova vuelven a salir a relucir, pero con indicios mucho más comprometedores para la dirección popular y el presidente del Gobierno en funciones, en las investigaciones sobre la trama Púnica y sobre el intento de amaño de la adjudicación del hospital de Son Espases, abiertas en la Audiencia Nacional y en los juzgados de Palma respectivamente.
El nombre de Villar Mir constaba como donante en la contabilidad B del PP. Más aún, el propio Luis Bárcenas aseguró al juez Pablo Ruz que el constructor le había comunicado su voluntad de dar 300.000 euros en dinero negro al PP para la campaña de 2011 -la del triunfo arrollador de Rajoy- y que tenía "mucho interés" en que "la cúpula del partido y Rajoy lo supieran".
De donación a cohecho
Aunque aquella declaración puso el foco en la sinuosa relación entre Villar Mir y el PP, nada demostraba -hasta ahora- que las aportaciones del empresario pudieran tener una contraprestación concreta o fueran más allá de intentar conseguir un impreciso trato de favor a través del extesorero Álvaro Lapuerta, uno de cuyos hijos trabaja además en OHL.
Las últimas exclusivas de EL ESPAÑOL sobre los sumarios del caso Púnica, por el que están encarcelados el ex vicepresidente de la Comunidad de Madrid Francisco Granados y su testaferro en la trama, David Marjaliza, y del caso del gran hospital de Baleares, por el que está imputado el expresidente Jaume Matas, indican que sí hay motivos fundados para investigar al PP por un delito de cohecho.
Matas, el arrepentido
Matas, que está pactando con la Fiscalía Anticorrupción confesar sus culpas y colaborar en todas las causas en las que está inmerso, ha asegurado a su círculo íntimo que él mismo fue a Génova, instado por Lapuerta, a coger un sobre con las instrucciones para amañar el concurso del hospital de Son Espases (778 millones de presupuesto inicial) en favor de Villar Mir. Su exconsejera de Sanidad, Aina Castillo, a quien Matas admite haber entregado ese sobre para que manipulara el concurso, ha reconocido la trama.
La adjudicación del hospital fue finalmente a parar a Dragados porque El Mundo destapó el amaño, pero el intento de trampear la concesión del hospital parece evidente, y la previsible confesión de Jaume Matas brindará al juez Castro elementos suficientes para buscar en la sede central de Génova a quienes le ordenaron saltarse la legalidad para beneficiar a un generoso amigo del partido. Otra persona de confianza del expresidente balear y exministro de Medio Ambiente también ha dicho que el propio Matas le avisó de que "o adjudicaba el hospital a OHL o tendría muchos problemas con la dirección del PP", lo que refuerza la sospecha de que la autoría intelectual de aquel arreglo partió directamente de Génova.
Otra vez la constructora amiga
Por si los testimonios de Matas, su exconsejera de Sanidad y el amigo del expresidente balear no fueran suficientes, otra investigación en marcha ha vuelto a sacar a la palestra la relación entre Villar Mir y el PP. Ahora resulta que en la agenda personal incautada a Francisco Granados en el marco de la operación Púnica aparece el yerno del constructor y directivo de OHL, Javier López Madrid, como donante de importantes cantidades de dinero al PP.
Otro arrepentido, David Marjaliza, confirmó al juez Eloy Velasco que, efectivamente, la agenda manuscrita intervenida era la de su jefe y que las iniciales JLM que aparecen en los apuntes contables de Granados corresponden al yerno del presidente de OHL. Y otra de las personas cuyas iniciales aparecen en la agenda incautada era el cobrador de Granados, que pasaba directamente por la constructora a recoger comisiones.
Castro y la agenda de Granados
Hasta ahora no se ha podido demostrar que las donaciones de OHL a políticos populares fueran en realidad cohechos. Pero estas revelaciones dan pie al juez Castro a pedir la agenda de Granados investigada en el caso Púnica para incorporarla al sumario .
A medidas que los arrepentidos tiran de la manta resulta más evidente que la relación entre Juan Miguel Villar Mir y el PP de Rajoy no respondía sólo a los procelosos códigos de una amistad peligrosa, sino que probablemente también les unían vínculos de naturaleza delictiva.