La posibilidad, aunque ciertamente remota, de que el PSOE, Ciudadanos y Podemos puedan alcanzar un acuerdo de gobierno ha puesto nervioso al Ejecutivo, que no ha dudado en poner todos los medios a su alcance para evitarlo. El documento publicado este martes que indica que el régimen de Hugo Chávez entregó siete millones de euros a la fundación controlada por los dirigentes de Podemos, CEPS, es una filtración interesada de la cúpula de Interior cuyo objetivo es impedir que pueda fraguar una alternativa a Mariano Rajoy antes del 2 de mayo.
La cúpula de Interior tenía conocimiento de le existencia del documento en cuestión desde hacía semanas. En él se especifica que las ayudas a CEPS tienen una doble finalidad: fomentar "las escuelas de pensamiento de izquierdas, fundamentalmente anticapitalistas" y propiciar en España "cambios políticos aún más afines al gobierno bolivariano". Sin embargo, desde el Ministerio que dirige Jorge Fernández Díaz se ha querido difundir ese escrito precisamente ahora, 48 horas antes del encuentro anunciado entre Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias.
Malestar policial
Existen pocas dudas en cuanto a que el aparato de Interior está utilizando el trabajo de los servicios de información para beneficiar la estrategia del PP, hasta el punto de decidir el medio y el momento en el que va a difundir informaciones relevantes en el ámbito político. En mandos policiales la situación ha causado gran malestar, tal y como ha podido constatar EL ESPAÑOL: no sólo se sienten instrumentalizados sino que temen que estas filtraciones perjudiquen investigaciones en curso.
La filtración del documento de Chávez pretende dinamitar un acuerdo que apartaría a Rajoy del poder. No es casual que nada más darse a conocer su contenido, el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, lo vinculara directamente con la cita de este jueves entre el PSOE, C's y Podemos, para pedir su desconvocatoria: "En estas condiciones espero que ese encuentro no se celebre".
Está claro que Podemos debe una explicación convincente acerca de sus lazos con regímenes que no respetan los derechos humanos, como es el caso de Irán y Venezuela, al margen de que la ayuda que recibiera de ellos constituyera o no un delito de financiación ilegal. No es suficiente con que sus líderes desmientan los hechos, sin más, como si la sola palabra bastara para disipar unas denuncias avaladas documentalmente.
Los resortes del Estado
Es cierto, también, que este papel rubricado aparentemente por Chávez en 2008 que ahora ve la luz pone contra las cuerdas la credibilidad de Pablo Iglesias, que siempre ha negado haber recibido ayuda de Caracas. El relato romántico que Iglesias ha querido construir de Podemos como un partido surgido espontáneamente de la calle, sin más ayuda que el esfuerzo de sus simpatizantes, se desmorona.
Pero todo ello no evita que haya que señalar el juego sucio del Gobierno al que no le importa utilizar el control que ejerce sobre los resortes del Estado para beneficiar a su partido y candidato. Rajoy no quiere dejar cabos sueltos y empuja hacia nuevas elecciones por activa y por pasiva, aunque eso no sea lo que más conviene a España.