Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, lo deja claro en nuestras páginas: ir a nuevas elecciones es "una pérdida de tiempo y de dinero" que, además, servirá de bien poco, porque "todo quedará igual". Ese análisis, que compartimos y en el que coinciden muchos españoles debería llevar a una reflexión. ¿Por qué, si podemos acabar mañana mismo con esta situación de punto muerto, posponer la solución al verano?
El gran escollo para que haya un acuerdo de gobierno es la posición maximalista de Rajoy y de Sánchez. Ninguno está dispuesto a que haya otro presidente del Gobierno que no sea él. Pero, ¿tenemos que aceptar que una cuestión de egos acabe abocando al país aun nuevo proceso electoral, agrandando la incertidumbre que estrangula a España? Es cierto que, en el caso del PSOE, hay un obstáculo añadido: la resolución del Comité Federal que rechaza cualquier posibilidad de pacto con el PP, lo encabece o no Rajoy. Pero la situación es tan excepcional que, llegado el caso, no debería haber problemas para revisar una cláusula sectaria e injusta.
Tapón para la gobernabilidad
Tal y como hoy informamos, la insistencia del PP para que Sánchez se aparte, una vez ha fracasado en su intento por ser investido presidente, ha reabierto también la expectativa de que pudiera hacerlo Rajoy. El líder del PP debe tomar conciencia de que no puede seguir siendo un tapón para la gobernabilidad de España. Abdicó Juan Carlos I, se marchó Rubalcaba, César Alierta acaba de dar un paso atrás... Además, unas nuevas elecciones no lo llevarán a La Moncloa. En el mejor de los casos, PP y Ciudadanos podrían sumar en junio una mayoría de gobierno, pero el partido de Albert Rivera nunca votará a Rajoy como presidente.
Existe, por otra parte, la posibilidad de que Susana Díaz aspire a ser la candidata del PSOE. La presidenta andaluza sería un rival temible para el PP, que podría ver recortada su ventaja sobre los socialistas, aunque estén convencidos. Si Rajoy no ha logrado ser presidente con 30 diputados más que el PSOE, ¿cree acaso que podría conseguirlo con un margen más estrecho?
¿A la casilla de salida?
Así pues, tienen razón quienes dentro del PP y del PSOE piden que se aparten Rajoy y Sánchez para facilitar que haya Gobierno cuanto antes y no exista la necesidad de tener que volver a la casilla de salida para empezar de nuevo todo este proceso cansino. Entre 46 millones de españoles ¿no habrá personas capacitadas para encontrar a alguien de consenso?
Insistimos pues, en que la solución pasa por una gran coalición entre el PP, el PSOE y C's. Ese pacto daría una gran estabilidad al país y demostraría, de puertas afuera, que los españoles somos capaces de unirnos por el bien general. Es vedad que cabe todo un baile de combinaciones -como que el PSOE se abstuviese en una investidura promovida por el PP y C's-, pero cualquiera de ellas tendría que hacerse sin Rajoy ni Sánchez como candidatos a la investidura y el resultado sería menos sólido que con un compromiso de los tres partidos.