El escrito del instructor del caso Nóos en el que revela que días antes de decidir si imputaba a Cristina de Borbón recibió una invitación de Miquel Roca para mantener una reunión secreta y "en la más estricta intimidad", termina de quitarle la careta al abogado de la infanta y destapa un escándalo de enorme magnitud. Estamos hablando de uno de los padres de la Constitución y del abogado elegido en su día por la Casa del Rey.
Esa maniobra da pie a pensar que lo que Roca pretendía era llegar a un acuerdo para zanjar el asunto bajo cuerda y evitarle el banquillo a la hija de Juan Carlos I. Así lo interpretó el propio juez José Castro, que puso como condición para concertar cualquier reunión que se celebrara en su despacho, ofrecimiento que no obtuvo respuesta por parte de Roca.
Cita clandestina
Castro admite que la propuesta de mantener una cita clandestina le sorprendió, pero que dado que en sí misma "no era denunciable", obvió mencionarla en la causa. Sin embargo, aquel hecho puede arrojar luz sobre otros similares que están bajo investigación judicial: los que tienen que ver con los contactos entre Manos Limpias y la defensa de la infanta.
Por eso, tal y como ha informado en exclusiva EL ESPAÑOL este viernes, Castro ha enviado ese escrito al juez Pedraz, que es quien instruye en la Audiencia Nacional el caso contra el sindicato Manos Limpias y Ausbanc por extorsión. Que la Fiscalía haya manifestado inmediatamente que el documento es "procesalmente intrascendente" es un desafortunado pareado que hay que sumar al ripioso papelón que ha ejercido desde el principio en este asunto.
Puesto que hemos de creer la palabra del juez Castro, ahora sabemos que seguramente Miquel Roca no dijo toda la verdad cuando afirmó que nunca había intentado salvar del juicio a Cristina de Borbón al margen de la ley: ¿lo intentó con el instructor, pero éste no le dio opción?. Cobra verosimilitud -y de ahí la trascendencia del testimonio de Castro- la hipótesis de que tras ese revés Roca ofreciera algún arreglo a manos Limpias, que ejerce la acusación popular. Si el sindicato se retiraba de la causa, no había juicio.
Los indicios
Las grabaciones obtenidas por la Audiencia Nacional corroboran que, independientemente de quién partiera la iniciativa, la defensa de la infanta aceptó negociar con Manos Limpias. En las últimas intervenciones telefónicas a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se escucha a Luis Pineda, presidente de Ausbanc, asegurar que el despacho de Roca intentó llegar a un acuerdo con Manos Limpias, llegando a ofrecer una importante cantidad de dinero para que abandonara.
Hay suficientes indicios para sospechar que quien inició el ofrecimiento de dinero para librar del banquillo a Cristina de Borbón -se habla de tres millones de euros- fue Roca y no el presidente de Manos Limpias, Miguel Bernad. Así lo plantea abiertamente el juez Castro en su escrito a Pedraz, que ahora debería llamar a Roca a declarar.