Que levante la mano el que no esté en estado de shock por la matanza de Orlando. Que levante la mano el que no haya llorado aunque sea solo por dentro leyendo los mensajes que le mandó un hijo a su madre antes de morir, tirado en un cuarto de baño mientras un tarado disparaba a bocajarro. Que levante la mano el que no lo haya hecho al ver las imágenes de los familiares, abrazándose sin conocerse, compartiendo el dolor de haber perdido una hija, un hermano, un padre en esta masacre.
Que levante la mano el que haya intentado encontrar explicación de esta masacre en la religión, el origen de los padres del asesino, o el que esté absolutamente convencido de que eso ocurre siempre en países que están muy lejos.
Cada vez que simplemente chasqueas por lo bajini cuando alguien insulta a dos mujeres que se besan en público y no las defiendes permites que la próxima vez en vez de un guantazo, alguien se líe a tiros con ellas. Cada vez que utilizas “maricón” como arma arrojadiza cuando te refieres a un hombre gay escupes la misma mierda que vomitaba Omar Mateen mientras apretaba el gatillo.
Cada vez que crees que el “Imperio Gay” avanza peligrosamente, estás pensando igual que el asesino de Orlando. Cada vez que solo juntas entrepiernas con el sexo opuesto amparando que sea el varón el que lleve la voz cantante, coincides con el hombre que pegaba a su mujer porque no hacía la colada y ha matado a medio centenar de personas que simplemente amaban a quien querían amar. Se llama heteropatriarcado. Y no, no lo busques. Ni la RAE se atreve a mostrarlo.
Puedes seguir buscando excusas en la religión que te plazca. Puedes defender el cierre de fronteras no vaya a colarse otro loco de estos y monte un dos de mayo en el local ese que tanto te incordia en que los tíos tienen la desfachatez de meterse mano en la misma puerta. Mira que les gusta dar por culo. Si le ocultas a tus hijos que hay niños que nacen con vulva y niñas que nacen con pene, no te extrañe que la bomba de relojería estalle en cualquier momento. Y que la detonación suceda cada vez más cerca. Si te parece correcto que España tenga relaciones con Arabia Saudí que para eso tiene tanto petróleo y a ser posible también con Rusia, que está hasta arriba de gas obviando cómo viven en esos países los homosexuales, lo mismo tienes mucho en común con el asesino de Orlando.
Incluso puedes defender que dos vírgenes no puedan jamás besarse que para eso son fruto de vuestra imaginación. Quiénes somos nosotros para celebrar con ellas algo tan humano como el amor. Vuestro amor parte de ser madre sin tener sexo; llegasteis a convertirlo en el mayor de los pecados.
Que levante la mano y se presente cualquiera de los que piensen así. Que nos diga su nombre y sepamos quién es. Es mejor tenerlos localizados. El último chalado se le escapó hasta al FBI. Pasan muy desapercibidos.