El posdebate ha permitido confirmar hasta qué punto la andanada de Albert Rivera contra Mariano Rajoy y Pablo Iglesias ha hecho mella en una campaña polarizada por los promotores de la pinza. El candidato de Ciudadanos sacó de sus casillas a Rajoy e Iglesias con un par de intervenciones demoledoras. Al presidente en funciones le dijo que estaba “bajo sopecha” por sus mensajes a Bárcenas y por haber cobrado más de 341.000 euros de dinero negro en sobres, mientras que al candidato de Podemos le recordó que una fundación próxima a este partido recibió 7 millones de euros del régimen bolivariano.
El malestar en los equipos de campaña de PP y Podemos es evidente. Aunque el equipo de Pablo Iglesias prefirió no mencionar a Rivera para favorecer el relato de una campaña polarizada, los dirigentes del PP respiraron este martes por la herida. El vicesecretario Fernando Martínez-Maíllo ironizó sobre si Rivera y Pedro Sánchez habían "preparado juntos" el debate y criticó al líder de Ciudadanos por reparar en la corrupción del PP y no mencionar los casos del PSOE. El portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, acusó a Rivera de ser un “veleta” y de haber “mentido a los españoles”. También el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, acusó al aspirante de Ciudadanos de tener un “pacto” con Pedro Sánchez.
Estas críticas en tromba prueban que Ciudadanos es una amenaza para el PP y que Rivera cobra protagonismo como alternativa electoral entre los votantes de centro derecha. También abundan en la tesis de que aunque Mariano Rajoy salió vivo del debate, llegará muy tocado a los pactos.
Sobre todo ante el panorama que anticipan los sondeos. La última prospección demoscópica de EL ESPAÑOL pronostica que Ciudadanos pasaría ya de 40 a 42 diputados y que Rajoy obtendría peor resultado que en diciembre. Además, la posibilidad de que los dos partidos de centro derecha (PP y Ciudadanos) puedan alcanzar la 'mayoría psicológica' de 170 diputados -número de escaños a partir del cual es factible pactar y conformar una mayoría simple- es menor que hace seis meses, mientras que la probabilidad de que un bloque de izquierdas rebase ese número mágico es mayor.
En concreto, existe un 29% de posibilidades de que el bloque de centro derecha sume 170 diputados, frente a un 40% de opciones de que esa barrera sea alcanzada por la combinación Unidos Podemos y PSOE.
Sin embargo, la evolución de los sondeos esboza un escenario de negociaciones especialmente difícil para el PP si Mariano Rajoy, que se ha convertido en un muy mal compañero de baile tanto para Ciudadanos como para el PSOE, antepone su supervivencia política a cualquier otra opción que permita allanar el camino de los pactos poselectorales.