El autor del atentado de Niza no era un lobo solitario. Las investigaciones han podido determinar que Bouhlel contó con ayuda para acceder a armas, como la pistola que utilizó en la masacre. De ahí las detenciones que se han sucedido en el entorno del terrorista, aunque áun está por determinar si formaba parte de una célula yihadista.
Esas circunstancias, así como que no estuviera fichado por los servicios de Inteligencia como islamista radical, han abierto un debate en Francia y han llevado a la oposición a criticar al Gobierno que dirige Manuel Valls por deficiencias en la seguridad. Sin embargo, no sólo es imposible tener controlado a todo aquel que sea sospechoso de simpatizar con el Estado Islámico, sino que en el caso de Bouhlel sus propios vecinos decían que no observaba los mandatos del Islam.
Aunque se confirme que había una trama tras el terrorista, y aun cuando la autocrítica es necesaria para mejorar, más que la hora de los reproches es el momento de unir fuerzas para combatir al yihadismo.