Una investigación de la Guardia Civil y Aduanas vuelve a sacar a la luz una trama de corrupción vinculada a la ejecución de obra pública. Medio centenar de personas, entre empresarios y funcionarios de ADIF, están siendo investigadas por el presunto desvío de 17,6 millones de euros destinados a la construcción del AVE de Murcia.
En esta ocasión, junto a los métodos habituales de saqueo, como el pago de facturas por trabajos no realizados, se han detectado engaños como la utilización de recolectores de alcachofas como topógrafos y el uso imágenes ficticias para acreditar obras. El ingeniero José Luis Martínez Pombo, exjefe de infraestructuras de la compañía, llegó a esconder más de dos millones de euros en Suiza.
No es la primera vez que expertos de ADIF se corrompen. Hace unos meses, la empresa que dirige Gonzalo Ferre puso en manos de la Fiscalía una investigación interna que ha desvelado la existencia un agujero de 82 millones de euros en la ejecución del trazado del AVE a Barcelona.
Lo peor es que tal grado de corrupción cutre no sería posible sin la connivencia de políticos y empresas de altos vuelos. Para acabar con este tipo de prácticas es imprescindible que las empresas implicadas en corruptelas semejantes no puedan acceder a concursos públicos.