Durante muchos años, nos acostumbramos a que la idea de un vehículo autónomo, capaz de llevarnos de un sitio a otro sin intervención humana, era algo reservado al ámbito de la ciencia-ficción, de los libros y películas sobre escenarios futuros, situados a muchas décadas de distancia.
Y sin embargo, basta con abrir los ojos para echar un vistazo a las noticias recientes: Uber lanza con Volvo un piloto este mismo mes en la ciudad de Pittsburgh, para que vehículos autónomos comiencen a recoger a sus usuarios, por ahora con dos ingenieros de la compañía en los asientos delanteros, uno preparado para tomar el mando del vehículo si fuera necesario (y para cumplir con la legislación de Pennsylvania, que aún lo considera obligatorio), y otro tomando notas de posibles incidencias. Durante el período de pruebas, el viaje será además gratuito. En el futuro, según los planes de la compañía, que ha comenzado a ofrecer tarifas planas de dos dólares por viaje en determinadas áreas, “serán baratísimos, mucho más que utilizar un vehículo en propiedad, incluso para largos viajes en áreas rurales”.
En Singapur, una startup ya ha puesto taxis autónomos en funcionamiento
Como lo lees: este mismo mes, en Pittsburgh, coches que conducen solos se moverán por toda la ciudad llevando a sus pasajeros gratis. Una carrera en la que Uber se ha adelantado a la compañía que según muchos, lo empezó todo, Google, que sigue haciendo pruebas con sus vehículos autónomos en California y Nevada, pero aún no ofrece ningún servicio comercial a usuarios finales. Pero además, Uber ni siquiera es un caso aislado: en Singapur, una startup incubada en el MIT, NuTonomy, ha conseguido vencerla en esa carrera, y ya ha puesto taxis autónomos en funcionamiento. Sí, como lo lees: a día de hoy. Ya. No es una película, ni un plan, ni un anuncio. Ya. Se. Mueven.
Helsinki pondrá el próximo mes un servicio de autobuses públicos completamente autónomos
Y a Singapur se une Helsinki, que el próximo mes pondrá en sus calles un servicio de autobuses de transporte público completamente autónomos. Claramente, moverse en las ciudades pasará a ser algo mucho más sencillo y, sobre todo, muchísimo más barato y seguro en cuanto eliminemos al conductor, principal elemento tanto del coste como de la accidentalidad. Si no lo tenía claro, vaya interiorizándolo: conducir, en el futuro, no será una actividad llevada a cabo por humanos. Si como decía el anuncio de una marca de automóviles, “te gusta conducir”, vete pensando en olvidarte de ello, salvo que lo hagas en un circuito.
Uber ha adquirido Otto para fabricar camiones autónomos y cambiar la logística de mercancías
Los camiones serán otro elemento más en este futuro sin conductor: Uber adquiere Otto, una startup creada por exempleados de Google que ha logrado crear desarrollos muy avanzados de camiones autónomos. La idea de la compañía es poner a Anthony Levandowski, una de las personas que crearon el primer coche autónomo de Google, al frente de las iniciativas de la compañía en transporte de mercancías, para poder así repensar el transporte. La idea es hacerse con la tecnología de la compañía para introducirse en el entorno del transporte y la logística de mercancías, un pastel con una dimensión económica brutal.
Si la idea de subirte a un vehículo sin volante ni pedales, en el que tu papel sea estrictamente el de pasajero dedicado a leer, a conversar, a ver una película o a otros menesteres, te resulta extraña, no te preocupes: es lo normal. Durante varias generaciones, las personas se negaban a subir a un ascensor si en este no había una persona dedicada a abrir las puertas y a presionar los botones, una tarea completamente absurda, pero que servía para tranquilizar a los usuarios. En realidad, todos sabían que el ascensorista, en caso de accidente, solo podría chillar igual que ellos, pero se engañaban pensando que, en función de una supuesta experiencia, les proporcionaba más seguridad.
Los vehículos autónomos tienen ya sentidos mejores que los nuestros y cada vez serán más baratos y accesibles
Si cree que la tecnología no está preparada, vuelva a consultar sus fuentes: quienes creen que los vehículos autónomos solo podrán conducir en zonas cartografiadas con total precisión, se equivocan. Los mapas son importantes, pero los vehículos tienen ya sentidos mejores que los nuestros, y cada vez serán más baratos y accesibles. Los automóviles verán mejor que un conductor humano, de día o de noche, a través de objetos, tendrán infinitamente mejores reflejos que este, y además, no se distraerán, no beberán alcohol y no se picarán con el conductor de al lado. Olvídelo, no hay color.
Por muy bien que usted crea que conduce, la gran verdad es que es un maldito desastre lleno de imperfecciones, y que usted y muchos como usted han sido históricamente los responsables de millones de muertes en las carreteras de todo el mundo. Cuanto antes acabemos con esa sangría, mejor para todos.
La industria del automóvil, tal y como la conocemos, va a experimentar una de las mayores transiciones de la historia
La industria del automóvil, tal y como la conocemos, va a experimentar una de las mayores transiciones de la historia. Lo saben todos los competidores, que intentan desesperadamente ponerse las pilas -nunca mejor dicho: el futuro prescindirá de la insegura, inestable y contaminante gasolina, dejará de vender vehículos a particulares para hacerlo a operadores de flotas de transporte, y esos vehículos serán además autónomos.
Pero además, la transición nos afectará en muchos más sentidos. Las ciudades actuales están construidas al servicio del automóvil, una situación que cambiará drásticamente. Las simulaciones muestran que un futuro de vehículos autónomos eliminará el 90% de los automóviles en circulación, y recuperará kilómetros y kilómetros cuadrados de espacio para el uso público, hoy miserablemente malgastados en aparcamiento. Ciudades menos contaminadas, con más espacio y en las que moverse será mucho más cómodo y más barato. Y repetimos: no es ciencia-ficción. Ya está aquí.
Posiblemente, el coche que conduce ahora pueda ser último vehículo que adquiera
Y lo mejor del tema es que no tiene por qué creerme a mí. Contrariamente a lo que suele ser habitual en las tribunas de opinión, he trufado ésta con abundantísimos enlaces, para que pueda hacer clic en ellos y verificar las conclusiones de este simple profesor de innovación. Hágalo, no le llevará mucho tiempo, y no se arrepentirá. Posiblemente, el coche que conduce ahora pueda ser, si lo planifica adecuadamente, el último vehículo que adquiera. Y créame, no se arrepentirá de ello.