Primera paradoja: mientras el triunfal congreso a la búlgara que se prometían Rajoy y Cospedal se ha visto empañado por las trampas del "pucherazo" del ojímetro del ascendido Maillo, el congreso fratricida que iba a desangrar a Podemos, ha arrojado un liderazgo claro que permitirá a Iglesias reanudar el asalto callejero a los cielos.
Segunda paradoja: lo que en definitiva ha convertido el congreso del PP en un éxito para el Dios del Cero y sus aduladores de la Nada, ha sido esa goleada bolchevique sobre los mencheviques. Alguien tiene que defendernos de los monstruos del sueño de la razón televisiva.