Gloria Lago, escritora, ecologista, crítica literaria, presidenta de la asociación Hablamos Español, atiende a este periódico en Barcelona. Para evitar imprevistos, ultima desde días antes los detalles de la manifestación que este domingo recorrerá la Ciudad Condal bajo el lema "Contra la imposición lingüística y el adoctrinamiento: Libertad".
El problema de la imposición de las lenguas regionales lo sufre en carne propia, aunque dice estar acostumbrada a "luchar contra los elementos" desde que empezó en Galicia su batalla contra quienes coartan "los derechos lingüísticos de los hispanohablantes". Cita de memoria a Rosalía de Castro, el célebre poema "Castellanos de Castilla". Incide en que la poetisa varió su parecer y, en una carta, ya criticó el "protonacionalismo" que pretendía hacer del idioma gallego un arma política.
Lago entendió hace un año que su movimiento en defensa de la lengua común tendría que ser nacional o no sería. Agradece que en cada provincia de España, incluso de la España monolingüe, haya quien sienta suya su causa.
Es usted crítica literaria. Decía D'Annunzio que la crítica de la Literatura era el arte de enseñar a apreciar el Arte.
Me especialicé en crítica literaria pero ejerzo como profesora de inglés en un instituto. La crítica literaria es un entretenimiento o, más bien, lo era cuando tenía tiempo para leer lo que me apetecía. En cuanto a D'Annunzio, no creo que sea posible enseñar a apreciar el Arte si por "apreciar" entendemos conmoverse con ello. Una cosa es aprender a distinguir lo bueno de lo mediocre, y otra, bien distinta, emocionarse ante la belleza. La emoción no se induce.
También se preocupa por el medio ambiente. ¿Qué está peor en España, la naturaleza o la lengua común?
La lengua común está bastante bien, por eso tantos padres quieren educar en ella a sus hijos. Lo que está peor son los derechos lingüísticos de los hispanohablantes en las comunidades autónomas con dos lenguas oficiales.
Mi preocupación por el medio ambiente, una preocupación traducida en activismo, se circunscribió a un pequeño refugio para perros abandonados. Me fui a vivir al campo, allí donde los urbanitas abandonan los perros, y no pude mirar hacia otro lado. Después los nacionalistas me relevaron de esa tarea, se pusieron muy pesados y me cambié de casa por precaución; no nos sentíamos seguros allí. Ahora he vuelto a vivir en Vigo, veo menos calamidades perrunas y puedo concentrarme más en un activismo que molesta al nacionalismo. Justicia poética.
Domina usted cinco lenguas. ¿En qué momento en España se perdió la idea de la riqueza lingüística?
El alemán lo tengo bastante abandonado, así que serían cuatro. En cuanto al concepto de la riqueza lingüística aplicado a la abundancia de idiomas en un territorio me parece una asociación desacertada. El nacionalismo ha usado mucho esa asociación entre riqueza y lengua. ¿Son ricos en Camerún por tener más de 200 lenguas? La realidad es que les complica bastante la organización del país; por ejemplo, para educar a los niños. Han acabado por utilizar el inglés o el francés como lenguas vehiculares.
Una lengua hace rico al que la tiene como suya si le satisface expresar en ella sus sentimientos y pensamientos. La cuestión es si le compensa a la hora de poder comunicarse con más o menos gente, pero eso es algo que ha de valorar cada persona.
No creo que una lengua sea una riqueza en sí misma. Dependerá de lo que logres hacer con ella
¿Qué es una lengua?
No creo que una lengua sea una riqueza en sí misma. Ni siquiera es cultura; dependerá de lo que logres hacer con ella. Yo he aprendido unos cuantos idiomas porque me gusta y porque no se me da mal, igual que otras personas son buenas en informática o en deporte, y me sentiría igual de rica o de pobre si en lugar de saber idiomas supiera pintar bien.
No pretendo hacer apología de mis aficiones ni traspasárselas al prójimo. Por el contrario, hay quienes dedican su vida a salvar lenguas y pretenden que todos compartamos sus desvelos, e incluso que pongamos a nuestros hijos al servicio de esa afición.
Por algunas de sus declaraciones da la sensación de que la educación está perdida en España. ¿Lo cree?
El estado de la educación es un reflejo de cómo está la sociedad. Es inútil querer ir contra corriente. Tampoco es algo exclusivo de España. En lo que sí tenemos la exclusiva es en prohibir el uso de la lengua común en la educación y en otros ámbitos, siendo el español una lengua tan hablada en el mundo y oficial en más de 20 países.
¿Cuál es su propuesta exactamente?
Está basada en el principio de libertad de elección, un principio por el que se rigen las normativas de los países con más de una lengua en su territorio. Elección de la lengua vehicular en la enseñanza, con presencia en las Administraciones de las dos lenguas oficiales en las comunidades bilingües; un principio que garantiza que el uso de la lengua regional no sea un requisito para acceder a ayudas públicas y que el idioma no suponga una barrera que restrinja o impida la circulación de personas dentro de nuestro país. Eso es básicamente lo que proponemos, respeto, sentido común.
¿Respetarían con esa libertad de elección que un catalán eligiera estudiar sólo en catalán?
La propuesta de elección de lengua es muy clara, y debe, además, recomendarse la enseñanza en lengua materna al menos durante las primeras etapas: es lo mejor para los niños.
¿Han pensado en integrar a quienes piensan así? El grueso de los miembros de Hablamos Español apuesta por esta opción para lograr precisamente lo contrario, que estudien sólo en español quienes así lo desean.
Estudiar en español no debería contemplarse como lo contrario de estudiar en lengua regional, del mismo modo que estudiar en gallego no es lo contrario de estudiar en valenciano. Nuestra asociación se ha creado para defender los derechos lingüísticos de los hispanohablantes, pero nuestras propuestas no restringen los derechos de los que prefieren utilizar o educar a sus hijos en otra lengua oficial en ese lugar.
En algunas comunidades autónomas con lengua regional es obligatorio que todos sean educados íntegramente en esa lengua, en otras comunidades se estudia obligatoriamente en lengua regional, con algunas asignaturas en español. Cuando algún sector se queja porque no pueden estudiar al 100% en lengua regional en determinados lugares, les decimos que se sumen a nuestras peticiones, pero no lo hacen porque ellos quieren elegir e imponer después a los demás lo que han elegido. Me refiero al sector recalcitrante. Hay también un pequeño porcentaje razonable de familias: esas personas ya, en voz baja, empiezan a reconocer que si quieren educar a sus hijos en lengua regional la elección de lengua es el sistema que garantizaría ese derecho.
En Galicia es prácticamente imposible publicar denuncia alguna sobre la problemática lingüística en medios locales
Ha conseguido grandes apoyos en la clase intelectual, como Savater o De Azúa. ¿Qué le falta para sumar músculo social?
Nos queda traspasar la barrera mediática. Algunos medios se resisten a difundir nuestra labor, pero estamos en la calle y en redes. Y crecemos. Este movimiento es imparable. Me gustaría que se pudiera debatir sobre esta cuestión en cadenas de televisión nacionales, no es razonable que una cuestión que mueve tanta opinión no se haya debatido abiertamente. Aceptaría incluso un debate desigual, tres contra uno. Lanzo aquí el guante, a ver si alguien lo recoge.
¿Realmente el procés ha incrementado el problema que ustedes diagnostican o esto ya ocurría en el campo de la educación?
La imposición de lengua estaba ya desbocada en Cataluña.
¿Podría referir una anécdota concreta que le haya impulsado a crear una plataforma como ésta?
Mi memoria está llena de conversaciones con afectados por la imposición. Personas que han tenido que dejar su trabajo, profesores purgados, familias que han tenido que separarse porque, ante un traslado por motivos de trabajo, la madre ha tenido que quedarse con los niños porque no había colegios con línea en español. Casi siempre son ellas las que se quedan. Detrás de la sonrisa de la ecológica normalización lingüística hay mucho cinismo y no poca maldad. Y no me refiero solo a Cataluña, por supuesto.
¿España se ha olvidado de Galicia?
Si se refiere a que hasta ahora había poca información sobre la imposición de lengua en Galicia, esto es debido a la práctica imposibilidad de publicar denuncia alguna al respecto en los medios locales de un tiempo a esta parte. Y, sobre todo, se debe a que en Galicia es el Partido Popular el que lleva a cabo estas políticas: eso enmascara el virus.
Y en cuanto a la percepción en el resto de España, Galicia se ve como una comunidad que no da problemas; además tenga en cuenta que el presidente de la Xunta tenía hasta hace poco aspiraciones de presidir el país, lo que le ha llevado a mimar mucho su imagen a nivel nacional. Esto ha cerrado la puerta a la crítica hacia sus políticas en medios nacionales. Una cosa en mantener la taifa y alimentar el lobby cultural que vive de la mal llamada normalización lingüística, y otra no permitir que se sepa.
¿Qué diferencia hay entre el caso de Cataluña y lo que allí ocurre?
El sistema educativo gallego permite que algunas asignaturas se impartan en español, si bien son las menos interesantes desde el punto de vista de manejo del lenguaje, es decir, Física y Química, Tecnología y Matemáticas. El español está prohibido por decreto como lengua de la Administración educativa, y eso se lleva a cabo con asepsia quirúrgica.
En lo demás, la situación se asemeja bastante a la catalana en cuanto a falta de visibilidad del español en edificios y comunicaciones oficiales. No se multa por no rotular en gallego, pero se potencia su uso con planes, incentivos discriminatorios y costosas campañas. En cuanto a los cargos públicos, solo el alcalde de Vigo y muy pocos más se atreven a usar el español en sus intervenciones públicas; en el Parlamento de Galicia hace años que no se pronuncia una palabra en español.
"En lo que a política lingüística respecta, el Partido Popular parece varios partidos en uno"
La Constitución define claramente el español. Se transige mucho con lo que es un precepto constitucional.
El artículo 3 de la Constitución es lo suficientemente claro para que, interpretado bajo los principios que rigen en los países de nuestro entorno, garantizase los derechos lingüísticos de los hispanohablantes; el problema es que tales principios no se aplican y eso hace que pueda echarse de menos una redacción más clara que garantice que pueda haber restricciones más o menos graves a la hora de usarlo activa y pasivamente en el ámbito oficial y de la prestación de servicios públicos esenciales.
Algunas sentencias interpretativas del Tribunal Constitucional suponen para el ciudadano común una elevada carga para defender sus derechos, como lo es tener que acudir a los tribunales. Por ello es conveniente que haya una norma de rango nacional que garantice la aplicación del principio de libre elección del ciudadano y que haga efectivo el principio de seguridad jurídica. Por eso hemos presentado desde Hablamos Español la Iniciativa Legislativa Popular. Es muy difícil para una asociación sin partidos ni lobbies en la recámara lograr cumplir los requisitos exigidos para llevarla al Congreso. Pero hemos iniciado un movimiento reivindicativo que va a dejarse la piel para conseguir su objetivo.
¿A quién podemos pedir cuentas por la situación de la educación en España?
Todos tenemos parte de culpa por acción o por omisión, pero no estamos mucho peor que en otros países de Europa. Lo lamentable es que siendo axiomático que como mejor aprende un niño es en lengua materna, se niegue ese beneficio a cientos de miles de niños en España.
¿Puede citar las mejoras y las adversidades generadas por la llegada de Pedro Sánchez al poder?
En lo que a nosotros se refiere, no hemos notado cambio alguno con Sánchez. En los últimos años esto ha ido a peor. Con el anterior Gobierno ni siquiera se pudo incluir la casilla en el sobre de matrícula de los niños catalanes para poder estudiar esa limosnilla de 25% en español. ¿Se puede hacer peor?
Primero se estropeó el PSOE, que pasó de plantear una cuestión de inconstitucionalidad en relación a las ikastolas a asumir las tesis del actual PSC. Pero una cosa son los dirigentes y otra sus votantes. Nuestra Proposición de Ley de Libertad de Elección de Lengua la apoyan prácticamente todos los que invitamos a firmarla. Es una pena que el sistema de recogida de firmas sea tan complicado. Si se preguntara en un referéndum, los resultados pondrían a los partidos en un aprieto.
No les apoya ningún grupo político, tampoco Ciudadanos, que sigue apostando por el trilingüismo. ¿Han pensado en algún modo de hacerse notar en las instituciones?
Ciudadanos defendía la conveniencia de que existieran líneas de enseñanza en español para quien así lo quisiera. Cuando dieron el salto a la política nacional cambiaron sus planteamientos, pero donde hubo fuego quedan rescoldos, aunque intentaremos convencerlos. Sus militantes firman nuestra iniciativa con alegría y desenfreno.
En cuanto al Partido Popular, es un partido que cambia de un lugar a otro; tanto que en lo que a política lingüística respecta parece varios partidos en uno. El de Galicia está perdidiño. Pero les están presionando desde partidos como Vox; ellos verán si quieren virar hacia lo que desea la inmensa mayoría de sus votantes o quedarse donde están para no dejar en evidencia las políticas lingüísticas que aplica su partido en algunas autonomias, como Galicia o Baleares. En Valencia andan haciendo equilibrios.
En la Comunidad Valenciana y Baleares el problema es acuciante: eliminan el español a toda prisa
El mecanismo de la Alta Inspección brilla por su ausencia. ¿Hay motivos para aplicarlo?
El articulo 150 de la LOE faculta a la Alta Inspección para intervenir a la hora de garantizar la igualdad de derechos de los alumnos y la igualdad de oportunidades, y hace una expresa y especial mención a los derechos lingüísticos. A la vista de lo que ha venido sucediendo desde hace mucho tiempo en Cataluña, considero que estaría más que justificada su intervención en el ámbito de sus competencias. Claro que para ello debería ser dotada de medios materiales y humanos adecuados para llevar a cabo sus funciones, algo que no parece estar garantizado, y todo ello al margen de la voluntad política de que actúe de manera eficaz.
¿Cómo puede salvarse la educación en España? ¿Alguna otra idea?
Como ya he dicho, la enseñanza en lengua materna para los hispanohablantes sería una ayuda. Y potenciar la excelencia.
¿Cree que el nacionalismo ha generado un riesgo real de que el problema lingüístico se extienda a otros lugares de España, más allá de Cataluña o País Vasco?
Cataluña ha sido el modelo a seguir. El problema lo tenemos ahora, en mayor o menor medida, en todas las comunidades con lengua regional. En la Comunidad Valenciana y Baleares el problema es acuciante, eliminan el español de todos los ámbitos y lo hacen a toda prisa.
En Asturias hay una polémica por la imposición del bable.
Estoy convencida de que hay un proyecto para potenciar cualquier lengua diferente del español y resucitar hablas y dialectos. Todo parece indicar que se trata de avalar el Estado plurinacional mostrando diferentes identidades en las que las lenguas jugarían su papel.
¿Conoce la polémica en Andalucía sobre la traducción al andaluz de "El Principito"?
Sí la conozco, y también la traducción del Quijote al cántabru, la potenciación del leonés, de un dialecto extremeño, otro de Murcia y la variante del español de Canarias. En fin, somos muy ricos.