Álvaro Pombo (Santander, 1939) recibe a EL ESPAÑOL en su ático de Argüelles, un edificio que se salvó "de los bombardeos de la guerra" dentro de un barrio que le evoca abiertamente a la "novela Fortunata y Jacinta'" de Galdós. Es mediodía y centellean las torres escurialenses del Cuartel General del Aire. Un ventilador orbegozo, monótono, preside la entrevista. El escritor tiene un gato que se llama Gatito o Rudyard -en homenaje a Kipling-. Pombo le cambia indifirentemente el nombre al felino mientras abre una pitillera plateada y fuma Camel. Una sombrilla amarilla sostenida por una pesa de gimnasio protege del sol al académico, que se recuesta en su hamaca o se acerca a la grabadora según le apasione más o menos el contenido de las preguntas. Entre las plantas del jardín tropical de su ático, con césped de distintas calidades elegidas para que Rudyard se tienda a digerir, hay una máquina de pesas oxidada donde crece una enredadera.
Álvaro Pombo y García de los Ríos se dice "resistente a todo, incluso al verano madrileño". Sobre la mesa, el periódico del día doblado y sobado, abierto por la sección de opinión en la que citan "a Valéry".
El que fue uno de los nombres de UPyD no recuerda si sigue siendo militante o no del partido, que dejó cuando las siglas Unión Progreso y Democracia se iban disolviendo. Álvaro Pombo se considera ahora "conservador", aunque fue uno de los primeros en hacer pública su homosexualidad. La letra "j" minúscula de la RAE, el autor de El temblor del héroe, se siente "decepcionado" con el ministro Marlaska después del escrache que sufrió Cs en la celebración del Orgullo Gay en Madrid.
Más allá de sus logros, el novelista y poeta rememora con nostalgia su etapa como profesor de Literatura en el "Proyecto Hombre" en la "peor época, la época del caballo".
Hay quien le considera "pre-gay".
Eso lo dijo Eduardo Mendicutti.
¿Por qué?
Mendicutti dijo dijo que había pre-gays, gays y post-gays. Yo lo recordé en un artículo en el que yo, además, hablaba bien de Marlaska.
Este periódico fue testigo del escrache a los miembros de Cs en el día del Orgullo Gay, algo que Marlaska niega...
Me ha decepcionado mucho la postura de Marlaska sobre el escrache de Ciudadanos. ¿Por qué no van a estar allí? Yo creía que Marlaska iba a estar a la altura, pero se posicionó con los radicales. Todo ese comportamiento hacia Ciudadanos fue injusto. ¿Ahora ser gay es ser de izquierdas?
Déjeme preguntarle por la izquierda.
Estoy muy cansado de la izquierda. Yo no sé si la izquierda ha perdido referentes, pero lo que está claro es que ya no tiene ideas. Tengo 80 años y puedo decir lo que me da la gana. He apoyado a la izquierda durante muchísimos años y estoy harto de la izquierda española. Así que apoyo un gobierno de Suma España o como se llame. Es que no hay ninguna idea en la izquierda. Por eso estoy cansado.
Precisamente quería preguntarle por la coalición de centro derecha que propugna Pablo Casado, "España Suma".
A mí me parece bien; estoy con la derecha en este momento. Creo que está bien si Ciudadanos acepta esta propuesta.
Pero Rivera se cierra a un pacto de Estado del centro y la derecha. ¿Le puede pasar factura?
Ni idea, he perdido la idea de Rivera. Lo que le pueda pasar me importa poco. Lo que me preocupa es la factura que nos va a pasar esta situación. Preferiría un gobierno con Sánchez y Podemos que uno Sánchez y todos los pequeños partidos independentistas y nacionalistas. Porque eso produce un presidente y unos ministros, pero no un gobierno coherente.
¿Le parece bien su enroque (el de Rivera)?
No me parece bien, no.
Usted fue un miembro destacado de UPy D ¿Sigue siendo afiliado?
Militante ya no soy; y afiliado no recuerdo si sigo siendo, creo que me borré. Me pareció que el partido ya no tenía mucha función. No fue por no pagar las cuotas. Yo pago mis cuotas.
Hábleme de Rosa Díez.
Ella es una política muy importante. Rosa ha sido y es una persona importante. Lo que pasa es que no conseguimos votos. Cosa que sí consiguió Ciudadanos, que se parece mucho a nosotros, pero ahora me tiene despistado. ¿De qué sirve decir o empeñarse en ser el líder de la derecha? No le veo yo el punto a esto. O eso de decir «no, de ninguna manera al PSOE». Yo he votado a Felipe González y a Alfonso Guerra. Yo cambié mi voto cuando me uní a UPyD. Un partido transversal que unificara lo mejor de ambos lados.
Y ahora, España en funciones...
A mí Sánchez me parece bien, pero Sánchez con quién. ¿Con Podemos? ¿Con los independentistas y Bildu?
¿Considera que Sánchez ha podido tomarle el pelo a los españoles?
Sánchez es muy listo. Miedo me da que así sea.
Hay quien ve que su jefe de gabinete, Iván Redondo, es un brillante estratega. ¿Qué aporta a la sociedad esa brillantez?
Aporta ese juego político al que nos hemos acostumbrado. Aporta la perpetua charlatanería. Teníamos que hablar menos de política.
¿Y Pablo Iglesias, le seduce?
No, en su día me pareció que venía a regenerar la política, pero ya no me interesa. No veo una nación espiritual por ningún lado. Yo pido elecciones porque no los veo capaces de pactar.
¿Ha traído algo bueno el populismo?
No lo parece por la simplificación de los mensajes.
Gutiérrez Aragón, académico como usted, dijo que es un insulto intelectual llamar falangistas a un partido como Vox. ¿Qué le parece Santiago Abascal?
Yo lo que le llamaría es del PP. Abascal no da el perfil de José Antonio Primo de Rivera, da un perfil fraguista o de José María Aznar. Yo lo llamaría del PP, sí. Espero que se tranquilicen en Vox antes de decir tontadas y hagan una coalición de derechas en serio.
El tema de esta sección es España. Un país al que le achacan la famosa Leyenda Negra. ¿Qué es España para Álvaro Pombo?
No veo la necesidad de alterar la imagen que hemos tenido de España. El programa autonómico, el Estado de las Autonomías, me parece bien siempre que esté controlado; no me parece bien, en cambio, que haya separatistas.
¿Prohibiría los partidos independentistas?
Aunque lo hiciese seguirían funcionando. Tengo pesimismo político. No alcanzo a prever lo que puede ocurrir. Espero que haya nuevas elecciones, pero no creo que vaya a cambiar nada.
Se dice que el último grito de Unamuno fue que España se salvaría, pese a todo.
España se ha salvado, pero la política es una cosa muy difícil de hacer y la complicamos con personalismos.
Juan Carlos I se recupera de su afección cardíaca. ¿Encuentra alguna metáfora entre el triple bypass y la situación de nuestro país?
Podría ser, pero no es ninguna metáfora. Es una realidad. Tiene muchos achaques y ahí está peleando. Y regateando.
¿Regateando?
Que sigue yendo a regatas y demás.
En perspectiva, ¿cómo valoraría el legado de Juan Carlos I?
No me atrevería a considerarlo símbolo de nada. Quizá sea el símbolo el de la moderación y de la prudencia. Y los nuevos reyes están haciendo todo lo que pueden para la continuación de la vida. Lo que llamaba Luis Felipe Vivanco el seguir con "la continuación de la vida". No podemos estar en este estado permanente de excepción. La continuación de la vida es muy importante.
Cuentan que vivimos ahora una "segunda Transición".
Son ganas de no mirar atrás. Hemos tenido un período de tranquilidad muy largo. A mí me da igual cambiarle el nombre. ¿Eso de segunda Transición quién lo dice, Podemos? Venían a eliminar la casta y ahora ellos son casta. ¿Por qué no viven en un pisito y no en un chalet?
¿En qué ha fallado España desde entonces, desde la Transición?
A mí me parece que el Partido Socialista ha tenido mala suerte. En su primera legislatura, voté a Zapatero. Pero me cansó muy pronto, no estoy de acuerdo con el uso que le dio al partido. En cambio, soy un defensor de Felipe González y de su gestión, pero entonces había otra clase de políticos. Y en la oposición se encontraba Fraga. No voy a hacer el himno a Fraga, pero había una sensación de seguir adelante. Ahora no la hay. Por ejemplo, ha sido muy curioso lo que ha pasado en Italia. Los italianos tienen más sentido político de lo que nosotros creemos.
¿Y Jordi Pujol?
Yo creía que Jordi Pujol iba a ser la gran revelación política española en la época en que pactaba con Aznar en el Majestic. Yo creía que Pujol —que se tenía por un nacionalista— tenía la mentalidad de un hombre de Estado preocupado por todo el Estado, incluido Cataluña; en primer lugar Cataluña, claro, que era su casa. Cuando aparecieron todos esos escándalos, fue un golpe muy fuerte. No lo conocí, pero me parecía un estadista. Pensé en él como un presidente de la nación, o del Consejo de Ministros. Muchos decían que era una calamidad y yo creía que tenía arreglo. Yo soy una de las personas engañadas por Pujol.
Se avecina un -nuevo- otoño caliente en Cataluña.
A mí eso me pone malo. Yo mantengo una integridad nacional con todas las diferencias que tengan las regiones. Y luego qué, ¿un brexit?
Usted conoce bien Reino Unido. ¿Me podría valorar el brexit y la decisión del primer ministro de cerrar el Parlamento a su antojo?
A mí me parece que se han equivocado. El gran tema de Inglaterra era europeizarse. Estuve muchos años allí y era ese el gran tema. El asunto es que había que aprovechar determinados elementos de la Unión Europea que no le quitan autonomía al Reino Unido. Y ahora nos encontramos con el cierre de fronteras del brexit y todo, además, animado por Trump. El brexit es un cierre de fronteras. Hay una foto muy graciosa de la Reina Isabel II en el periódico, que es una mujer muy inteligente pero que no está entendiendo lo que pasa.
¿Y qué le pasa al Reino Unido?
Que ha perdido la flema.
Volvamos a España ¿Por qué estamos como estamos?
Como te he dicho, tenemos unos políticos muy líquidos. Líquidos en el sentido que advierte Zygmunt Bauman.
Y entonces, ¿cuál debe ser el papel del intelectual en nuestro país?
El intelectual ha perdido vigencia, desde luego, y para desgracia de los españoles. Vamos a ver, el intelectual que escribe cosas tiene que hacerlo en las redes sociales, pero ahí sólo se pueden escribir cosas ligeras y livianas. Y la atención lectora es muy liviana. Para mí es normal estar tres semanas releyendo La montaña mágica o a Patricia Highsmith. Creo que la gente se ha confiado demasiado.
¿Le ve futuro al Periodismo?
El Periodismo es más necesario que nunca. Las entrevistas son muy interesantes y es de los géneros que más leo.
"Grande-Marlaska está con los radicales y Carmen Calvo degrada el feminismo"
¿Podría precisar?
Claro, la cuestión es ver si tiene futuro el papel. Yo siempre compro periódicos en papel. Es lo que me preocupa. Y me encanta que en ellos hayas referencias como la que te he leído de Valéry. ¿Y qué hago, me enclaustro? No podemos enclaustrarnos. No pierdo la atención de la actualidad, pero ya no estoy en la pomada. Y esos hombres de principios del siglo XX tuvieron que enfrentarse a una buena. Él era un poeta puro, discípulo de Mallarmé.
Mientras se realiza esta entrevista, Carmen Calvo comparece por la crisis del Open Arms. ¿Qué le parece cómo se ha gestionado el asunto?
¿Pero por qué el Aquarius sí, y los otros no? Los inmigrantes que llegan a Málaga y no los va a recibir… Será por la foto.
Carmen Calvo es adalid del nuevo feminismo. ¿Qué opinión le merece ese nuevo feminismo?
Las nuevas feministas están degradando el feminismo: ese gran feminismo que cambió el mundo. A mí me parece que ese feminismo degrada al feminismo del XIX, que es cuando se pide el voto para la mujer. El movimiento de las mujeres por tener su lugar digno en la sociedad es un movimiento absolutamente magnífico, de auténtica grandeza política y moral. Y ahora parece que hay una pelea entre hombres y mujeres. Da la impresión de que "Hombres no". Hay un encono. ¿Tú estás casado? Supongo que en algún momento mandarás a la mierda a todo el mundo.