.

. Foto: Dani Gago

Opinión PICALAGARTOS

La transfiguración divina de Pdr: pintura felona al óleo

5 enero, 2020 02:34

Podemos decir que es un lienzo histórico esto que me encabeza. Tan histórico que ando somatizando su peso sombrío. Pusieron al Estado genuflexo y sonreían, cada uno conforme y según. Según su ánimo y sus condiciones objetivas, sus condiciones subjetivas mentales y psicofísicas para llevar a España al sumidero en un esfuerzo común.

De entrada, hay un escorzo mental que va a parar a donde Pedro Sánchez, muñidor de la felonía, bebe agua de un manantial que desconocemos. Hay una mano suya libre, lánguida, que se adivina larga y como de pianista. Ningún callo, pues, a razón de su experiencia laboral.

Pasemos un segundo del presidente para fijarnos en el contexto total de la imagen donde se adivina como un 'sfumatto' general, como un vago rumor de pistolas inconcretas en el que todos tienen las mandíbulas rígidas y la jubilación asegurada. Poco nos importa el lienzo acristalado del fondo cuando Alberto Garzón, de los Garzones de los ensayitos y las tertulias, parece que mira con coña a la tablet de Echenique, al que el fotógrafo ha captado en un día glorioso y prestando atención a esa 'nada' viral que preside la reunión.

Es un Belén viviente sin nacimiento, ni ríos, ni pastores. Por la cuota minera anda, cómo no, Adriana Lastra. Adriana Lastra con las manos orantes y una mirada como de pastorcilla de Fátima en pleno éxtasis mariano. A Lastra, con todo, se le ve estadista y con ese ánimo de aprender todo que siempre han mostrado los bachilleres y los pasantes en creer en las virtudes redentoras de la oratoria porque suyos será el reino de los medianos.

Nótese que Sánchez la ha ungido con él en el punto de fuga de la composición. Mientras, la ministra Montero sabe que no es suyo este tiempo, "chiqui", y ahí anda manteniendo la compostura de fresca sevillana que acabará destrozando a Susana.

Es un cuadro histórico, como Las Lanzas de Velázquez, y en lugar de que Breda se rindiera lo que rendimos fue nuestro futuro.

La composición, el fogonazo del magnesio digital, el flash se tomó antes de que desde Ferraz dijeran cuál era el calibre exacto de sus tragaderas: y el diámetro fue tan grande que la Justicia será de látex para adecuarse al partido del Oso incansable de Lledoners.

Nótese que la foto fue tomada mucho antes de que un señor se inmolara ante la sede del PSOE confiando en el 78 y en la libertad de expresión. No está Ábalos, que es omnipotente, pero está Gómez de Celis, vecino anacrónico mío en las noches cachondas de Argüelles entre su Hotel Moncloa y mi 'Chapandaz' y mi 'Jimmy'.

Por encima de la chepa de Pablo Iglesias, una lámpara de araña pasa por encima de la vertical suya y la de Garzón, enemigos intimísimos que enterraron al PCE por cuota de share. A quienes no cito, que no se enfaden, que el Arte es eterno pero El Prado cierra.

No sabemos si la foto la tomó Junqueras, que en esto la Abogacía del Estado ya nunca será clara, ni fiable. Quizá los Simpsons ya vaticinaran esta escena bucólica de la izquierda que nos cabalga mientras que no podemos ni ladrar.

En los astilleros de Cádiz y del Cantábrico ha llegado la paz social, la hora de Sánchez. El momento de mi exilio.

Las medias negras de Lastra, en fin, nos abrasan como una nevera vacía en mitad del pecho.