Ayuso

La novia del peluquero es Isabel D. Ayuso, pareja de Jairo, que le ha dado un color imperecedero a su tinte de pelo: el moreno racial, también llamado moreno de verde luna o negro catafalco, en recuerdo del reportaje gráfico que inmortalizó su estilismo de dolorosa.

Isabel Ayuso es periodista, pero empezó en política como jefa de Prensa de Alfredo Prada, que entonces era consejero de Justicia e Interior. Y de ahí a la eternidad. Es una elementa de cuidado que vive enfrentada a Moncloa a través de personas interpuestas. Contesta a Sánchez a través de MAR (Miguel Ángel Rodríguez) y Sánchez hace lo propio a través de Iván Redondo. Flipas.

Kike Ponce

El Instagram se inventó para gente como Ponce. O al revés. Primero existió Instagram y luego los instagramers. Para entendernos, instagramers son todos aquellos que hacen de la vanidad un modelo continuado de vida.

A Kike Ponce lo descubrí haciendo el paseíllo en la feria de San Isidro. Caminaba el hombre con precisión geométrica, como si se hubiera tragado el palo de una escoba. Tenía trazas de angelote barroco: mejillas jugosas, sonrisa inmóvil, culo prieto.

Con los años, Ponce perdió kilos y ganó laca para el pelo. También fue a más su Instagram. Ahí lo tienen. Baila mirándose los movimientos del cuerpo. Ni Ana Soria, su novia, es tan barbie como él.

Leo Messi

El 8-2 lo lleva marcado a la altura del esternón. Cada vez que oye cantar un gol, suena una música fin de siglo que sus hijos acompañan con llantos. Messi ha revivido cuando papá Jorge, recién llegado de Argentina, consiguió deshacer el entuerto. Por fin, Messi se queda.

Siempre han dicho que Leo no sabe perder, y seguramente es verdad. Messi se enfurruña cuando la jugada no sale todo lo redonda que desea. Cada deportista tiene un comportamiento de distinta naturaleza. Los hay que caminan por la banda embistiendo con la cabeza mientras otros escupen bramidos sobre el césped.

Por cierto: Pep Guardiola le regaló a Messi el libro Saber perder, de David Trueba. Saber perder es ley de vida, aunque en este caso la ley de vida ha corrido por cuenta de los hijos de Leo, que han amenazado con berrinches varios si su padre abandona Barcelona por un capricho desordenado de los mayores.

Miguel Bosé

Se nos ha olvidado la foto sepia de Bosé, cuando cantaba a golpes de cadera como un hetero más y la gente deliraba. Pero el tiempo no ha pasado en balde para nadie, y menos que para nadie, para los guapos. Hoy, Bosé es la imagen de un Mefistófeles con barba de chivo y ojos desaforados.

Lo que le pierde a este hombre, sin embargo, no es la falta de belleza sino de inteligencia. Ahí está su último descubrimiento: el negacionismo. Para chulo, él.

Debería probar el ingreso en la universidad de mayores. Los fundamentos de las matemáticas no consisten en saber hacer hijos múltiplos de dos.