Manfred Weber (Niederhatzkofen, Alemania, 1972) está camino de convertirse en el nuevo presidente del Partido Popular Eueropeo (PPE/EPP). El próximo mes de mayo, este "bávaro orgulloso, feliz aleman y europeo convencido" será investido, si nada cambia, porque es el único candidato hasta la fecha. Será en Rotterdam (Países Bajos)... curiosa coincidencia, pues su país de origen y el que le coronará son el eje del mal para Pedro Sánchez y sus políticas de gasto social "sin medida".
Este fin de semana, Weber ha sido una de las estrellas europeas invitadas al XX Congreso del PP en Sevilla, el de la entronización de Alberto Núñez Feijóo. Pero dos días antes atendió a EL ESPAÑOL durante una reunión de líderes parlamentarios del partido en toda Europa, celebrada en La Hulpe, a las afueras de Bruselas.
Tiene fama de frío y se le acusa de falta de carisma. Algo de eso puede haber, cuando el nuevo presidente de su partido hermano español, respondió a sus elogios confundiéndolo con el del sociólogo decimonónico de mismo apellido y de nombre Max. Pero en esta entrevista se muestra mucho más resuelto de lo esperado, y agresivo como un auténtico político en campaña.
Es un cristiano demócrata militante, fue el candidato popular a la presidencia de la Comisión Europea en 2019 y sólo la negativa de los primeros ministros socialistas a admitir la clara victoria del PPE en las elecciones europeas de aquel año le privó de cumplir su sueño. Desde entonces, Weber ha redoblado su iniciativa y liderazgo parlamentario en la Eurocámara, arremetiendo contra el Consejo Europeo sin pestañear.
Su partido, la CSU de Baviera (socia de la CDU) acaba de perder la cancillería alemana, que ocupó Angela Merkel por 16 años, 12 de ellos en gran coalición con los socialistas del SPD... y a pesar de esto, a la causa de gran parte de los problemas que se le plantean, responde con una misma explicación: "Demasiado tiempo con socialistas en el poder". Aunque los desafíos de hoy van más por las crisis encadenadas de la pandemia y la guerra, o precisamente por ese escenario, Weber sólo ve una solución: las políticas de los populares. En Europa, en Alemania y en España.
¿Por dónde empezamos, por la guerra en Ucrania, o por la respuesta europea? Porque no es lo mismo... por un lado, está la agresión y por el otro, una posición de los estados miembros no tan unitaria como sería deseable.
Para empezar, la guerra es un auténtico punto de inflexión para Europa. El pueblo europeo entero está completamente en shock por lo que está ocurriendo, por la brutalidad de las imágenes que se pueden ver del ejército ruso. Es algo realmente conmovedor para todos y hemos mostrado una enorme solidaridad con el pueblo ucraniano. Su lucha es nuestra lucha, y ése es el primer mensaje.
Por otro lado, desde el primer paquete de sanciones fuimos convincentemente fuertes, y Vladímir Putin quedó sorprendido de nuestra fortaleza, unidos a los americanos y a la comunidad global. Ahora, estamos en una nueva fase y llamo a la solidaridad y la unidad europeas, porque sólo podemos ganar esta batalla, que es de valores, si nos mantenemos juntos.
Desde España, nos cuesta entender por qué los países del centro y del norte de Europa rechazan el embargo al gas y al petróleo procedentes de Rusia.
Uno de los problemas, a pesar de que las sanciones han sido muy duras, es éste. Y lo debemos reconocer. Pero el daño y el impacto a la economía rusa están ahí, y tampoco podemos negarlo.
Tenemos un auténtico dilema moral ahora: que seguimos pagando más de 700 millones de euros cada día a Putin, a Gazprom y a los bancos rusos. Eso financia el sistema e indirectamente, la guerra. Por eso, nuestra posición en el Partido Popular Europeo es parar inmediatamente la compra de petróleo y carbón rusos, que es la mitad de ese dinero. Eso se puede hacer con facilidad. Pero tenemos que reconocer que hay países, como Bulgaria, que dependen 100% del gas ruso... y por eso, con el gas necesitamos algo más de tiempo.
"El Partido Popular Europeo reclama parar inmediatamente la compra de petróleo y carbón rusos; aunque es un dilema moral, para hacerlo con el gas, hace falta más tiempo"
¿Tiene razón quien dice que la UE está financiando la guerra, que con ese dinero estamos eliminando todo efecto de las sanciones?
Sí, y estabilizando el régimen de Putin. Ése es el dilema moral.
Lo que es evidente es que las sanciones no afectan a los bancos en los que se pagan petróleo y gas... y que se cerraron los cielos pero no los mares, por donde llegan los petroleros rusos. ¿De verdad no podemos abordar el cierre del grifo desde nuestro lado?
Para cerrar los puertos no hay necesidad de esperar, y exigimos que se corte inmediatamente, que se aplique el mismo régimen de sanciones que al espacio aéreo. Las mercancías que llegan por mar son ésas, el petróleo y el carbón... por eso están abiertos los puertos de momento, y por eso nosotros creemos que deben cerrarse de inmediato.
Entonces, hágase, ¿a qué esperamos?
Queremos mantener la fortaleza como europeos. Me explico, ¿por qué estamos siendo tan fuertes frente a Rusia? Porque lo somos económicamente. No es una disuasión militar la de la UE, es económica. Por eso necesitamos mantener sanas las economías europeas, y a la vez ser firmes frente a Rusia... ése es el equilibrio que tenemos que encontrar. No es fácil.
Lo cierto es que las conclusiones del último Consejo Europeo fueron decepcionantes. No había medidas concretas para reducir el gasto energético, ni tampoco para acoger a Ucrania como país candidato. Habría sido un mensaje muy simbólico para Kiev, y el presidente Zelenski nos lo demandó en su intervención ante el Parlamento Europeo: "Dígannos, ¿somos bienvenidos o no? ¿Nos podremos unir alguna vez?". Eso merece una respuesta clara, y el PPE la da: reclamamos que se les diga sí de inmediato para darle al pueblo de Ucrania la señal clara de que sí, de que merece la pena luchar.
¿Fue acertado que Alemania decidiera acabar con la energía nuclear hace diez años? ¿No nos hizo esa decisión a todos más vulnerables?
A la vista del escenario actual, a la vista de la situación de Europa, sí fue un error. Pero hay que ponerse en una década atrás, con las dinámicas nacionales que vivíamos, el siniestro en Fukushima... estábamos en otro debate. Por eso, no deberíamos juzgar si fue correcto o no algo de hace diez años.
Pero el error más grande que ha cometido Alemania fue cuando gobernaba Gerhard Schröder, cuando gobernaba el socialismo. Y fue aumentar la dependencia del gas ruso. Antes teníamos un buen mix: un tercio de gas ruso, un tercio internacional y un tercio europeo... ¡ahora tenemos dos tercios rusos! Ahí está el gran error, el Nordstream 1, el Nordstream 2, que yo siempre critiqué duramente. Necesitamos fuentes más diversas, y regasificadoras, y almacenes... como tiene España. Alemania ha cometido en este asunto demasiados errores.
Sería clamar en el desierto cuando usted decía esas cosas. Nadie escucha al que avisa del peligro cuando las cosas van bien.
Exacto.
¿Cree usted que Putin está sacando ventaja de ello?
Putin lo que está es cometiendo un error tras otro. Ventaja ninguna, de nada. Trató de convencer a los ucranianos de que no existen, de que son parte del imperio ruso… y lo que ha conseguido es generar un poderosísimo sentimiento nacional y proeuropeo. Hasta hay un cisma entre las iglesias ortodoxas...
Putin quería debilitar a la OTAN. ¡Y hoy Finlandia y Suecia quieren unirse! Está suscitando un magnífico movimiento hacia la unidad entre los aliados. Y lo mismo a nivel de la UE. Los tres primeros paquetes de sanciones fueron fortísimos, sobre todo para congelar los fondos en divisas del Banco Central de Rusia, lo que fue una durísima decisión para ellos. Es un error tras otro...
¿Y militarmente?
Todos a este lado, como observadores, estamos bastante sorprendidos ante su maquinaria de guerra. Tan débil... Nos ha enseñado a todo el mundo que Rusia no es tan fuerte como dice ser. Así que le diré que Putin está consiguiendo exactamente lo opuesto a lo que quería lograr. Y espero que con la presión adicional del mundo occidental, logremos a medio y largo plazo un cambio total.
Pero mantiene el botón nuclear...
Por eso mismo debemos mantenernos en un principio claro, que significa ninguna actividad militar de la OTAN. Ésa es una línea roja extremadamente importante: la OTAN no es parte en esta guerra. Pero con la otra mano, seguir apoyando a nuestros amigos ucranianos en sus acciones militares, con armas y las sanciones económicas.
¿Está usted de acuerdo con el anuncio del canciller Scholz de duplicar el gasto en políticas de Defensa?
Lo aplaudo. Mi formación siempre ha querido hacerlo. La tragedia de todo esto es que él mismo centró su campaña electoral precisamente en lo contrario. Los socialistas y los verdes alemanes se despiertan por fin a la realidad. Están dando los pasos necesarios, y yo lo respeto. E incluso lo apoyo. Pero en realidad la motivación no la tienen, simplemente se ven forzados a hacerlo.
Y por eso, Europa concluye que Alemania no está liderando correctamente, que se deja llevar por las presiones, por la presión de los medios, por la presión internacional... eso no es bueno para Europa. ¡Necesitamos líderes serios! En Alemania y en España también.
"Scholz se deja llevar por las presiones, y eso no es bueno para Europa; necesitamos líderes fuertes en Alemania y en España también"
¿Y por qué su partido nunca subió el gasto en Defensa? Han gobernado los últimos 16 años.
Para ser honesto, todos los partidos nos hemos beneficiado de estos años de paz. Era muy cómodo, seamos sinceros. Pero, en los principios, mi partido ha estado siempre insistiendo en llegar a este objetivo del 2% que reclama la OTAN, y los socialistas lo bloqueaban.
Como ejemplo, le diré que en la última campaña electoral salió el tema militar y los socialistas llevaron la discusión a si los drones para el ejército debían ir armados o no. Era una cosa loca, compramos drones militares pero que no disparen. Espero que vuelva la seriedad en mi país.
¿Ha conjurado ya Alemania el peligro de los populismos de AfD y Die Linke?
Mire, lo más positivo de las últimas elecciones en Alemania fue que ambos fueron derrotados, así que los extremos del paisaje político alemán han perdido influencia. Es decir, que el centro democrático fue fortalecido por los votantes. Lo considero una señal importante a toda Europa para vencer al populismo.
Creo que mucha gente se ha dado cuenta, en los tiempos de pandemia y ahora en los de guerra, que el populismo y el extremismo no va a resolver sus problemas del día a día. En estos tiempos complicados, uno pide líderes serios y experimentados.
En su país, es fácil ver coaliciones entre los dos grandes partidos... Tengo curiosidad por saber cómo diagnostica un político alemán que en España haya un Gobierno con presencia de ministros que se autodefinen como comunistas.
¡Es algo singular! [risas] Es único, sí... Pero déjeme que le diga que nunca se puede comparar un país con otro. Cada uno tiene sus propias tradiciones, incluso en política...
...permítame, es la primera vez que hay ministros comunistas en España en casi un siglo.
Y permítame a mí que, a resultas de esto que me dice, le lleve a la realidad. A los resultados que presenta el Gobierno español. Y que mande un mensaje claro: si uno compara hoy cómo se están invirtiendo en Italia o incluso en Grecia los fondos de recuperación europeos, lo que muestran los hechos es un desarrollo económico totalmente diferente.
No se ven las inversiones ni la buena gestión en España. Por eso, incluso en el nivel europeo, estamos revisando lo que está pasando con los fondos de recuperación. Para ver si se están invirtiendo en la dirección adecuada.
"No se ven las inversiones ni la buena gestión en España. Por eso, en el nivel europeo, estamos revisando lo que está pasando con los fondos de recuperación"
Más allá de que los españoles sepamos que nuestros gobernantes no suelen ser muy rigurosos, en nuestro país tenemos la impresión de que alemanes y holandeses son unos 'halcones del control presupuestario'... ¿Es España una preocupación?
España nunca. Pero sí su política. Preocupa si se está utilizando en el modo adecuado la solidaridad de Europa. España va a recibir 70.000 millones en transferencias y otros 70.000 en préstamos. Pero, ¿qué está usted haciendo con este dinero? ¿Lo está invirtiendo de verdad en mejorar su futuro? Habrá que probarlo, porque no está nada claro lo que pasa en España, ni si va a funcionar.
Esto es lo que criticamos... ¡esto es lo que tenemos que criticar porque lo están pagando los contribuyentes europeos! Los parlamentarios europeos estamos obligados a pedir cuentas de esto, y espero que contemos con mejores herramientas en los próximos años.
Tal como van las cosas, es posible que el PP gane las próximas elecciones en España...
Sí.
...pero si lo hace, lo más probable es que deba aliarse con Vox. ¿Usted cree que es un partido de extrema derecha? ¿Un partido con el que no pactar bajo ninguna circunstancia?
Lo primero de todo es aclarar que nosotros luchamos por nuestras ideas, eso es lo que hacemos en una campaña [risas]...
...ya, pero seamos realistas...
...y haciendo campaña por lo nuestro, yo confío mucho en Alberto Feijóo. Porque ha logrado en su región derrotar a Vox y a todos los demás con cuatro mayorías absolutas.
Pero sí, ya sé lo que los números dicen, aunque creo que podremos estabilizar la base centrista del PP, podemos ganar y convencer. Él es un político adulto y todo el mundo en España puede decir que está preparado para este trabajo, que será un buen presidente, nadie puede dudar de esto. Hay un punto de inflexión para todo.
Desde su experiencia en la política europea, ¿qué explicación tiene que España sea siempre el país con más desempleo, menos competitividad, el que más sufre las crisis y el que más tarda en salir de ellas?
Demasiados años de socialistas en el Gobierno, ¿no? [carcajada] Muchos, muchos años de socialismo...
...vale, ya me ha dado el titular...
...no, mire. Es que cuando uno se fija en los últimos Gobiernos en España, es realmente la verdad: que los socialistas ponen en riesgo el futuro del país, siempre gastan demasiado, siempre crean problemas económicos y entonces, vuelve el Partido Popular y logra recuperar a España.
Con un crecimiento sostenible, un camino de reformas con orientación de futuro, gastando bien, acabando con los clientelismos y eso... eso es lo que España necesita.
¿Podemos separar la crisis de la guerra de la crisis de la Covid? ¿Sin la pandemia estaríamos mejor o peor preparados para afrontar esto?
Por supuesto, estaríamos mejor preparados sin la pandemia, claro. Porque el golpe económico fue enorme, la caída del PIB en 2020 fue... eso nos ha generado una carga enorme.
Aunque por otro lado, debo decirle que, especialmente en tiempos de crisis, los europeos mostramos nuestra mejor cara. Así lo hicimos con la compra conjunta de vacunas, con la solidaridad económica común de los fondos de recuperación. Ahí, Europa ha demostrado estar preparada para responder al desafío.
Hay esperanza.
Mire 2019, la economía europea funcionaba bien, con presupuestos sólidos y el euro estable. Pero a la vista de cómo respondimos a la Covid, para mí es muy importante que la gente se dé cuenta de que supimos afrontarlo juntos hace dos años. Así que podemos tener esperanza de que hay salida, de que ciudadanos y políticos sabemos hacerlo juntos.
Lo que yo sueño es con que los políticos no sólo hayamos aprendido a reaccionar ante las crisis, sino que ya estemos empezando a mirar más a largo plazo. Mire, Helmut Kohl dijo una vez "olvídense del marco alemán, hacemos el euro"... ¡sin estar en crisis! Pero lo hizo porque entendió los desafíos, que estaba Estados Unidos, que estaba China... y que el marco o el franco francés no podrían hacerlo solos, había que hacerlo juntos. Ésa es una mirada política de liderazgo: hay un futuro y tenemos que prepararnos para él.
Dígame un ejemplo de qué debe hacer la UE para adelantarse a los problemas venideros.
Los desafíos y las necesidades de hoy son caminar inmediatamente hacia la Europa de la Defensa y Asuntos Exteriores. En primer lugar, debemos acabar con la necesidad del voto unánime en política exterior. ¡Estamos bloqueados, somos estúpidos! Este bloque, este enorme continente, este gran poder económico, está bloqueado por los enfoques egoístas de sus países individuales.
Y en segundo lugar debemos construir una Unión Europea de la Defensa. Al menos, en los asuntos en los que tendríamos un valor añadido europeo. Por ejemplo, en la ciberguerra: ya no es tanto que te ataquen en las fronteras, sino que te atacan el software. También tiene todo el sentido ir juntos en la creación de un escudo antimisiles. Y de nuevo debo criticar al Consejo Europeo, no veo este liderazgo en las conclusiones de cada cumbre. Lo mencionan, hablan de ello, pero no hay nada concreto, nada que demuestre que van a avanzar.
"¡Somos estúpidos! Este enorme continente, este gran poder económico, está bloqueado por los enfoques egoístas de sus países individuales"
¿Habrá alguna vez un ejército europeo que sirva de apoyo disuasorio a una política exterior verdaderamente común?
Mire, los padres fundadores tras la II Guerra Mundial, en las horas más oscuras de nuestro continente -cuando la única emoción común era el odio entre nosotros, entre franceses y alemanes-, ya hablaron de un ejército europeo. Fue una de las ideas fundadoras de la Unión Europea. La idea que había detrás era, claro, que nunca más haya una guerra en Europa.
Hoy tampoco es creíble que pueda haber una guerra dentro de la Unión Europea pero yo hoy diría 'seamos pragmáticos' primero. Y ya llegaremos... ya le he hablado de la ciberdefensa, del escudo antimisiles, pero también añadiría la creación de unas fuerzas de intervención rápida. Una unidad así podría haber estabilizado el aeropuerto de Kabul durante unas semanas, algo que no nos fue posible el verano pasado.
¿Hay algún consenso sobre esto?
Todavía no. No veo ese liderazgo.
¿Y qué hacemos con la OTAN?
La defensa europea descansa siempre en la OTAN. Esto sería reforzar la Alianza, no debilitarla, ése es un mensaje nuclear. La OTAN es fundamental para todo, nos da seguridad y protección a todos. Pero seamos claros, imaginemos cómo se verían las cosas hoy si Donald Trump siguiera en la Casa Blanca. Y ésa es la razón por la que debemos prepararnos para todos los escenarios.
Mire, somos un continente muy grande y potente económicamente, ya invertimos mucho dinero en nuestra defensa, ¡pero no logramos resultados! Por eso debemos prepararnos para una situación en la que tuviéramos que defendernos por nosotros mismos. Con nuestros propios medios.
"La OTAN es fundamental, pero imaginemos cómo se verían las cosas hoy si siguiera Trump; debemos prepararnos para todos los escenarios"
¿Eso que usted pide sería el embrión de una especie de Estados Unidos de Europa? ¿Los quiere alguien, no los quieren más que unos iluminados?
La Unión Europea nunca será como los Estados Unidos. Somos únicos en nuestra esencia, en nuestra Historia, en nuestras tradiciones. Pero lo que yo sí creo es que debemos desarrollar una identidad europea para 'nosotros, los europeos'. Y eso significa, para mí, defender el modo de vida europeo.
Hoy tenemos en Madrid, en Berlín, en Sevilla... un sentimiento común de libertad, de democracia, de Estado de derecho, de igualdad entre hombres y mujeres. Tenemos la abolición de la pena de muerte... ¡Estamos de acuerdo desde Rumanía hasta Irlanda, de Finlandia a España, en qué está bien y qué está mal! En cómo organizar la sociedad. Y esto es lo que yo llamo 'modo de vida europeo', lo que nos hace ser europeos.
¿Y cómo propone usted darle cuerpo a esa identidad europea?
Para fortalecerla, junto con la propia de cada uno -yo soy un bávaro orgulloso, un feliz alemán pero también un europeo convencido- es para lo que debemos trabajar. Así que yo no empezaría con debates teóricos sobre cómo formar una unidad de Estados. Yo empezaría por la identidad.
Acaba usted de citar el Estado de derecho. Y en España nos llevan años advirtiendo desde la Comisión y el Consejo de Europa por los manejos políticos al Poder Judicial. ¿Se cree en la UE que España puede ser un problema como Polonia?
Espero que no.
Ahora, una serie de preguntas cortas, si me lo permite: Dígame el país miembro de la Unión que sea ejemplo de las siguientes virtudes:
Uff... de acuerdo, a ver.
Rigor en las cuentas: "Países Bajos".
Salud de sus instituciones: "Finlandia".
Capacidad de consenso: "Luxemburgo".
Políticas de competitividad: "Austria".
Compromiso ciudadano con el proyecto: "Los países bálticos".
Realismo político: [se lo piensa largamente, su asistente le sugiere países, hasta con bromas, Alemania] Pues no sé...
¡Así que Alemania no es ejemplo de nada!
Bueno, tampoco he mencionado a Polonia, ni a Italia, ni a otros... [risas]
España acaba de conocer su dato de inflación, que ha alcanzado casi el 10%. Da miedo de verdad.
Tienen que actuar, y tienen que hacerlo ya. El mayor culpable de esta situación es el coste de la energía. Y por ese motivo, el Gobierno debe actuar. Hoy la subida de los precios de la energía no tiene que ver con el mercado, sino con la especulación y la guerra. Así que el Estado debe intervenir y por eso mismo critico tan duramente al Consejo Europeo, que no fue claro a este respecto. La Comisión también debe presentar urgentemente medidas para estabilizar los precios de la energía.
Sí, pero me refería al problema concreto en España... Hace sólo tres meses, este Gobierno aprobó la reforma de las pensiones, que las ancló al IPC... y este año podría pasar del 10%. Y ante eso, el Gobierno Sánchez ha pedido más dinero, que la UE instaure un nuevo megafondo común.
He aquí una pregunta certera para Pedro Sánchez, ¿cómo pretende que esto funcione? Díganos. Porque la UE ya se ha endeudado para salir de la crisis de la pandemia. ¡Y era necesario, entiéndase! Pero ahora llega ya el momento de la verdad y, como ya le he dicho, se necesita un enfoque serio de las políticas.
También le diría al presidente Sánchez que debe mantener un equilibrio en la sociedad. Estaría sacando el dinero de la economía productiva, y empobreciéndola, para privilegiar a un sector concreto de la sociedad.
"Pensiones ancladas a este IPC... he aquí una pregunta para Sánchez, ¿cómo pretende que esto funcione? Llega el monento de la verdad"
Hace unos días, estuvo en España Mark Rutte, primer ministro holandés y quizá el enemigo público número uno de Pedro Sánchez...
...¿y lo recibió? [risas]
Sí, pero fíjese, fue la primera vez que no dio una rueda de prensa conjunta con un primer ministro. En todo caso, Rutte fue quien más claro dejó en julio de 2021 que los fondos de recuperación serían "una y no más".
Bueno, y hace dos años, Mark Rutte decía que jamás aceptaría la emisión de eurobonos, y ahora los tenemos. Lo que yo le pregunto a Sánchez ahora es por qué no tenemos ya los 15.000 millones en la economía, por qué ha invertido una parte tan pequeñísima de lo que ya ha recibido. Y por eso tiene que explicarle a los contribuyentes europeos, y probar, que este dinero está positivamente bien invertido. ¿Puede usted probarlo?
Debo decirle que España es uno de los puntos de la verdad, uno de los sitios clave donde poder comprobar si en dos o tres años podremos decir 'sí, aquella fue una buena idea, el esfuerzo mereció la pena, el dinero fue bien invertido'. Si Pedro Sánchez puede demostrar que está construyendo, de verdad, una economía más resiliente, que está digitalizando y llevando a España hacia la transición ecológica, entonces todo es posible. De otro modo, olvídelo.
Alguien me dijo hace poco que el problema de España es que no se ha dado cuenta de que es uno de los cuatro grandes... y se empeña en participar de la UE como un pequeño.
Eso está bien visto. Porque si miras a Italia, por ejemplo, hay un liderazgo serio. Y si lo hubiera en España sería bienvenido. De hecho, lo estamos demandando. ¿Dónde está la voz de España? ¿Dónde su liderazgo y su impulso? Porque el Gobierno está ocupado de sus cosas domésticas, y enfoca los problemas de manera populista, sobre todo la política social.
Necesitamos una España fuerte, con un liderazgo que demuestra que va por el buen camino. Será bienvenido, la voz española es necesaria.
Permítame que le pida una confidencia... Dígame tres cosas que comentara con el antiguo líder del PP, Pablo Casado, sobre lo que Pedro Sánchez está haciendo mal.
Lo primero de todo, gobierna apoyado por separatistas. Eso está mal. El segundo punto es la economía. Sánchez no está haciendo las inversiones de manera adecuada, no hay transparencia ni ha involucrado a las autoridades autonómicas. Además, aumenta los problemas con demasiado gasto público. Y el tercero es que no dialoga con los partidos de la oposición de centro derecha.
Y dígame tres cosas que debería hacer el nuevo, Alberto Núñez Feijóo, para arreglarlo.
Estoy seguro, para empezar, de que mantendrá el enfoque europeísta de su predecesor. Me honra que me invitaran a su congreso, junto a otros líderes europeos. El PP es parte de la familia política más grande de Europa, y estamos orgullosos de ello. El segundo valor que destaco es que Alberto es un líder respetado, cumplirá.
Y el tercer mensaje es que estamos en tiempos de guerra, en tiempos de crisis, y con España unida es de nuevo la hora del Partido Popular. Porque ya ha demostrado que sabe hacerlo, estabilizar el país y recuperarlo.
También se va a renovar la dirección del EPP, justo ahora que los dos más grandes, el español y el alemán, están fuera del poder. ¿Qué nuevo rumbo deben tomar los partidos de centro derecha europeos?
Tenemos dos de los tres presidentes de las instituciones europeas y el mayor grupo del Parlamento, el EPP es el mayor partido de Europa. Y una cosa importante es que los políticos de centro derecha somos buenos gestionando y arreglando los problemas. Somos buenos volviendo a lo esencial, en energía, en producción alimentaria, lo básico para nuestros conciudadanos. Eso para empezar.
El segundo punto, en mi opinión, es que el EPP debe definir una idea clara del futuro de este continente. La gente debe tener claro qué obtiene votando a este partido, y esa identidad está basada en el orgullo de cada uno por su nación y por ser europeo. Eso es lo que nos diferencia de los populistas. Debemos dejar claro lo que representamos, ante los desafíos. Hablemos de China, por ejemplo. ¿Sobrevivirá Europa, con sus negocios, con su modo de vida?
¿Hay un tercer aspecto?
Sí. Debemos recordarnos a nosotros mismos el verdadero ADN del centro derecha y la democracia cristiana, que es la unión, el tender puentes. En este mundo gobernado por las redes sociales, la gente está extremando sus posiciones, se dividen las sociedades. Pasa en EEUU, pasó con el Brexit en Reino Unido... será un trabajo duro, pero es nuestro ADN. Unir a los pueblos, fomentar acuerdos.
Una de las primeras decisiones de política exterior de Olaf Scholz al llegar a la cancillería fue la de ponerse del lado de Marruecos en el conflicto del Sáhara. Eso molestó mucho en Madrid, sobre todo viniendo de un partido hermano... y forzó a Sánchez a seguirlo. ¿Por qué hizo eso Scholz?
No lo sé... pregunte a los socialistas. Por qué han hecho eso y han generado más problemas que soluciones. Ha sido una mala decisión.
Marruecos, Rusia, China, India... El mundo está cambiando, ¿no es cierto? ¿De verdad ha nacido la Europa geopolítica, como dijo Borrell hace hoy un mes?
Bueno... digamos que estamos embarazados. Ya veremos cómo sale el bebé [muchas risas]. El acuerdo está ahí, las posiciones están siendo fuertes, sorprendentemente. Pero aún hay muchos puntos que nos separan respecto al tema militar.
Debemos ser honestos, desde el 24 de febrero el mundo ha cambiado. Aun a pesar de que Ucrania está lejos de España. Tenemos que ser conscientes de que, como dijo Joe Biden, viene un largo periodo, quizá décadas, de lucha entre las democracias y las autocracias a nivel global. Y ahí la piedra angular es China, no Rusia. Así que no podremos mantener el viejo modelo de negocio de Europa, de venderle coches y comida a los chinos. Tendremos que innovar, y pensar distinto.
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