Dicen -y he dicho- que el SOE es el partido que más se parece a España, de modo tal que Susana vive y se vive de parecerse a España. O a lo que ella cree que es España. Si España es un país de porteras, cainitas y envidiosos, el resultado será que Susana, sabiendo nuestra forma de ser, nos salvará como país en el año de la nevada. O en el año siguiente y frente a Trump y frente al mundo. Triana übber alles.
Navajear en las Juventudes del Partido da resabios y cintura para que ella, Susana, se mueva con cuchilladas y caderazos entre AVE y AVE: su término medio geográfico está en Puertollano, entre idas, venidas y secreteos con el Ibex y más allá y más arriba, que los estadistas son así. Que lo mismo en el besamanos al Borbón que en la paguita al liberado que hace socialismo de dominó con fichas y militantes en el hondo Sur.
Díaz ha vuelto a poner encima de la mesa la excusa de que Madrid tiene privilegios sobre las autonomías más tiesas; argumento sobre el que tampoco quieren rascar mucho los políticos de un lado y otro, pues pensar en privilegios, regiones de segunda y regiones pisadas, nos/les puede llevar a la realidad última del sentido -o sinsentido- del "café para todos". Y del Estado Autonómico... Y del peaje para reconciliar sensibilidades catetas; cuando los españoles se dieron unos a otros la paz, la palabra y el cupo fiscal.
Precisamente en Andalucía faltan café caliente, hidrato en las tripas, sábanas en los hospitales, y no queda en la caja regional ni una gorda para pagar la primera industria del Sur que es mantener esa Junta paralela de afines sin pensar en el mañana. Porque los prostáticos pueden esperar una mijita a que les llegue la cuidadora.
Hoy Susana lleva la bandera de España en el fajín, pero bien que se arrima al "Madrid ens roba".
Cuenta este periódico que el PSOE andaluz, hoy, perdería siete puntos en su cortijo. Pero qué será eso comparado con la gloria que le espera a Díaz en lo suyo. Su reino no es de este mundo, y ya dijo el poeta que "contra las vocaciones fuertes hay poco que hacer". Susana piensa en "su gente", en "su tierra", y hasta en su partido cuando quiere. Lo que hay que poner en cuestión es al partido y a lo que Díaz da por "su tierra", que depende del día y de dónde hable.