Nunca podremos agradecerle a Quim Torra todo lo que ha hecho por dinamitar la causa del nacionalismo catalán. Ni el más feroz anticatalanista lo habría hecho mejor y con mayor eficacia. ¡Si hasta SOS Racismo lo ve, gracias a los términos en los que él lo ha retratado, "peligroso, irresponsable e inaceptable"!
En general, eran conocidos los postulados ultraconservadores y xenófobos de los padres del catalanismo, en la línea del vasco Sabino Arana. Y ahí los Daniel Cardona, Macià, Prat de la Riba... Tal vez porque eran personajes de otro siglo, se pasaba de puntillas sobre sus planteamientos abiertamente racistas.
Pero la semilla estaba ahí. La cultivó con esmero el jubilado millonario Pujol -"El andaluz es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña"-, y la recogieron nacionalistas muy del momento como Forcadell -autora del hallazgo de que Cs y PP no "son" partidos catalanes sino partidos "en Cataluña"- o Núria de Gispert -famosa por su "¿por qué no vuelves a Cádiz?", dirigido a Inés Arrimadas-.
Basta ver estos días la reacción del mundillo separatista en las redes sociales y en los medios adictos al régimen para percatarse de cuánto ha acusado el golpe a resultas de la obra ensayística de Torra. Que si los artículos son de hace cuatro años, que si la historia de España está plagada de racistas... Sí, eso ya lo sabíamos, lo que ocurre es que a ninguno de ellos lo nombrarían en 2018 presidente del Gobierno.
Cuando una periodista extranjera pidió este martes a Quim Torra, en Berlín, una explicación sobre sus comentarios racistas acerca de los españoles, el nuevo presidente de la Generalitat esquivó la pregunta y se limitó a decir que les ofrece "fraternidad". ¿Fraternidad para con las "bestias con forma humana" y "ADN defectuoso"? ¿Fraternidad para "carroñeros, víboras y hienas"?. Guárdatela, Quim.
Ni en sus mejores sueños habría imaginado Torra que sus artículos serían traducidos al inglés, al alemán al francés, al español... y que pasarían de móvil a móvil para leerse con voracidad. Ni en su peor pesadilla hubiera imaginado, tampoco, que servirían para quitarle la careta a la República racista de Cataluña.