Era mediodía en Lasarte. Bochorno de domingo. Te vi, Santi Potros, vestido de deportista con un gorrito blanco -qué ironía-. Lasarte, con mesura, te tributó un homenaje a ti, gudari presente en todas las oraciones, héroe de tantos por los que corre la heroica sangre (sic) de los guerreros. A ti, que de tanta sangre impura has llenado las calles.
Pancartas de bienvenida, una herrikotaberna con colores horteras y tú acribillado entre los besos de los tuyos "y absuelto por los ojos más dulcemente azules": como en aquel verso de Panero. Y en aquel antro que parece un nightclub, donde lo mismo hay minifaldas, pintalabios, que una ikurriña y una hucha para los pobres muchachos de Alsasua y los encarcelados en Cádiz, en Córdoba, en el Dueso y en el Puerto. Ongi etorri, Xanti. El pueblo está contigo. Que nadie te enturbie ahora tu paz, Santi Potros. Bien sabes, Santi Potros, que los soldados de la patria sólo soñáis con un amanecer en el hayedo y con la niebla despejada ya en el frondoso valle.
Eran españoles, maketos, fascistas, aquellos seres que liquidaste para hacer más pura tu sangre y tu patria y tu socialismo y tu independencia. Lo de Hipercor o la plaza de la República Dominicana eran ekintzas, cada muerto os iba liberando más y más. Y qué homenaje tan precioso en Lasarte. Con los más tuyos y sin que tus compatriotas invadieran tu intimidad. Tan respetuosos siempre. En los carteles te felicitaron la vuelta a casa, tu liberación, que la culpa es de Covite -como leímos en algún balcón- y la lucha sigue.
Qué bien habéis inoculado el relato. Agitaste el árbol que dijo Arzalluz, y ya están aquí tus nueces de la víspera de la liberación. Y después la televisión del Estado opresor. Ese 24 Horas de RTVE en bucle, tedioso, contando que los etarras sois "presos políticos", como Marcelino o Mandela. Qué lapsus.
Estos años de cárcel no te han cambiado la mirada, Santi Potros. Eres todo un soldado. En la cárcel has estado atento a Cataluña; porque también es vuestra batalla. Pensarás que el PNV es tecnócrata, sí, pero es el signo de los tiempos modernos, hay que quitarle moho al laburu; ellos os blanquearán en la medida de los Presupuestos y de la equidistancia, descuida.
Prepara unas memorias sobre tus años de cárcel. Pasea por Iparralde o vete de txikitos a Benidorm. Y que el Infierno te reciba -cuando te toque- con más pancartas que en Lasarte. Por ahora quiero que cada noche en libertad te susurre un muerto tuyo. En lo más profundo del sueño.
Ongi etorri, Xanti.